Amor Dulce y Salvaje

MI DECISIÓN

-Estás loca Alma, si antes lo estabas, hoy nos has demostrado que has llegado al borde-. Camila observaba confusa a Alma sobre el reflejo del espejo y aprovechaba tirar un poco del cabello de su hermana, en la tarea de trenzar su cabello,  como si con ese movimiento pudiera lograr hacer comprender a su hermana que la decisión de regresar al pueblo en el que creció junto a su padre era una completa locura. Sin embargo Alma sonreía y observaba a su hermana, siempre por el reflejo del espejo. -y te ríes de mí, ¿sabes cuanto te voy a extrañar?- Las palabras de Camila sonaban entre colera y tristeza y Alma no pudo más que levantarse y abrazar a su hermana menor. -Tranquila pequeña, siempre estaré pendiente de ustedes, sabes que jamás podría olvidarme de mamá y de tí-. Camila forcejeaba para deshacerse del abrazo de su hermana, pero en el fondo de su corazón deseaba que el abrazo no terminara nunca.  Camila era 7 años menor que su hermana y a pesar de la diferencia de edades, su relación era muy cercana, se amaban profundamente y compartian mucho tiempo juntas, era una chica hermosa, de rostro delicado, ojos pequeños y mirada risueña, amaba la moda y siempre vestía muy bien, estudiaba diseño gráfico en la universidad y gustaba de la vida de la ciudad. Su hermana era muy diferente, Alma era una joven muy independiente, amante de la naturaleza, de los animales, especialmente de los caballos, gustaba de la lectura  y de ver series de detectives, era alta, de brazos  y piernas largas, de cuerpo delgado pero bien definido, de ojos negros y mirada penetrante, cabello largo, rizado y castaño, de labios carnudos y rosados, en general  de una belleza peculiar. Alma había estudiado ingeniería civil, aún en contra de la voluntad de su madre, quien hubiese preferido una carrera diferente. El último año había laborado para una firma de ingenieros y había apoyado en unos proyectos de construcción de casas para una ONG, sin embargo después de la muerte de su padre había decidido regresar a su antiguo hogar y retomar los proyectos que su padre había dejado inconclusos trás su muerte.  Juan Guerrero había sido un hombre muy inteligente, valiente, amante de la naturaleza y comprometido con sus vecinos y su comunidad y su hija mayor había heredado esas cualidades.

Rumina, la madre de Alma y Camila había estado casada con Juan durante 5 años y producto de esa unión había nacido Alma y un hijo varón que había fallecido con 5 meses de edad y que había provocado un alejamiento de la pareja, ya que en la enfermedad del niño la distancia entre el pueblo y la ciudad, según Rumina había provocado que el menor no hubiera tenido atención médica a tiempo y que ésto había terminado con la vida del niño; desde ese momento Rumina odió su vida en el pueblo y después del divorcio no volvió nunca más. Sin embargo su hija iba de visita durante las vacaciones y disfrutaba a todo pulmón de la vida del campo y de la presencia de su amado padre, por lo que jamás rompió los lazos que la unian con su pueblo y con su padre.

Rumina después de 1 año de estar divorciada, se había enamorado nuevamente y producto de esa relación había nacido Camila, 3 años después había quedado viuda y había decidido no volver a casarse y gozar de su vida al lado de sus hijos y de sus proyectos profesionales. 

La vida de Alma había girado entorno a su día a día con su hermana y su madre que eran unas estupendas mujeres y su relación tan estrecha con Juan, su padre. Después de la muerte de éste, había quedado realmente devastada, pero, entre su dolor había decidido continuar con el legado de su padre y regresar a su pueblo, a su gente y a su amada naturaleza. 

Ese fin de semana se levantó muy temprano, preparó una taza de café y subió al techo del edificio de apartamentos en los que vivia con su familia. Era el gran día y aunque le entristecía dejar a esos 2 grandes amores, era el momento de continuar con su vida, respiró profundo y cerró los ojos; la magia del amanecer la envolvía, sabría que el siguiente día el panorama sería diferente, y eso alimentaba su corazón de dulces posibilidades, en su cabeza no podía imaginar que la aventura sería una fiel compañera y el amor estaba a la vuelta de la esquina. 

 

 




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