Amor Dulce y Salvaje

UN GIRO A LA HISTORIA

-La familia del señor Joseph.....- El médico no pudo terminar de indicar el nombre del paciente, ya que una señora elegante, de ojos azules como el oceano, anegados de lagrimas lo interrumpió. -Es mi hijo doctor-  -¿esta vivo mi hijo, vive Joseph?- dijo, entre sollozos. La mirada del médico no reflejaba mucha información; sin embargo con voz pausada contestó. -Su estado es crítico, se encuentra en este momento en sala de operación- El señor Mackeiham con el rostro pálido se encontraba tomando de los hombros a Clarisse; su esposa,porque sabía que tarde o temprano iba a necesitar su ayuda para mantenerse en pie, estaba en un estado crítico de tensión. -¿que fue lo que sucedió doctor? preguntó. -Su hijo se encontraba en el asiento del copiloto, cuando el vehículo los colisionó; fue una tarea dificil para los bomberos sacarlo del taxi...quedó atrapado entre ambos vehículos, su hijo tuvo serios daños en la cadera y las piernas....- El señor Mackeiham palideció aún más, su esposa se desmayó en sus brazos....

Las horas para Alma habían sido eternas, miraba el celular cada 2 por 3, su corazón latía de prisa, jamás había tenido una sensación tan extraña;  miraba los alrededores y sentía que en esa inmensidad de tierra, hacía falta algo...o alguien.  Tomó una muda de ropa y se alejó hacía el rio, a su largo favorito; necesita tranquilizar su corazón agitado, aquel lugar podría compartirle un poco de su  paz y tranquilidad: aunque debía regresar rápido a casa, Joseph podría comunicarse y no podría contestarle; sin embargo antes de alejarse de la hacienda, se había cerciorado de ordenar a todos los habitantes de la casa que enviaran por ella si Joseph llamaba a casa.

Inmediatamente que Alma llegó a su "lugar favorito" el sol se escondió y unas enormes nubes negras se apoderaron del cielo; Alma las observó y suspiró, parecía que el día se había "encaprichado" en parecer triste, tanto como su corazón. 

Alma sabía que debía regresar a casa, las tormentas en esa zona eran particularmente fuertes en esa época y la situación se podría complicar para los vaqueros; necesitarían su ayuda. Los truenos eran cada vez más frecuentes y escandalosos; el caballo se negaba a continuar su marcha, por lo que prefirió traquilizarlo "al final" la tormenta ya estaba en su espalda, por lo que prefirió ir lentamente por el camino. 

Minutos después llegó a casa; Juanita la esperaba en  la puerta de la casa con gesto de preocupación, también encontró un pick up estacionado frente a la casa; tenía visita y no estaba ni emocionalmente ni fisicamente preparada para recibir ninguna.  Tenía un fuerte dolor de cabeza y de extremidades; sabía que la lluvia no le caería muy bien a su salud; porque aunque estaba acostumbrada a situaciones extremas, debido al trabajo de la hacienda;  desde la mañana había tenido algunos sintomas extraños, a los que le había restado importancia,  lo relacionaba con su estado de ánimo, pero ahora se daba cuenta que se había equivocado. 

-Pero niña, mírate como estás...dijo Juanita, quitando las cuerdas del caballo y entregándoselas a Fermin que también la observaba con gesto tosco. -¿quien está adentro? - dijo, ignorando la queja de su nana. La anciana observó con gesto de preocupación -Es don Samuel Quezada- dijo. -Te espera desde hace un rato- Alma la miró con gesto interrogante, lo cual Juanita comprendió. -No sé mi niña, no ha dicho nada más-. Alma le pidió a Juanita que atendiera al visitante, ella iría a mudarse la ropa...no había opción, debía atender al hombre.

 

 




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