Desperté por la luz del sol que entraba por la ventana.
La miré, tan inocente, tan pura, tan perfecta...
La desperté con un dulce beso, al verme sonrió dulcemente.
—Lo hiciste...
Dijo sonriendo y con una lágrima de felicidad resbalando por su mejilla.
—No entiendo.
Dije mirándola algo confundido sin entender de qué hablaba.
Ella sonrió como si estuviera frente a un niño curioso.
—Prometiste llevarme a la luna...lo cumpliste.
Dijo mientras sonreía y me daba un dulce beso.