—Ella estaba feliz de haberte conocido, de que la amaras.
Dijo su madre al verme destrozado. Ella me abrazó y me dijo al oído.
—Ella está aquí, jamás nos dejará, no dejes que te vea llorar, eso la entristecerá mucho, recuérdala como cuando sonreía, recuérdala siempre.