No podía creer aquello que estaba pasando, de verdad que mi padre esta vez había logrado que yo llegara a mi punto limite, se excedió, una sola cosa le había pedido, una, yo que nunca me negaba a sus ordenes, solo le obedecía siendo el hijo estrella y su orgullo delante de la industrial comercial, pero no podía seguir las ordenes en algo como esto, yo había hecho una promesa y lo cumpliría fuera lo que fuera. Para disimular y tampoco dejarlo mal observe mi teléfono, bien, era momento de actuar.
— Si me disculpan, se me acaba de presentar un inconveniente, me tengo que retirar, pero ustedes disfruten de la cena.
Claro estaba que solo quería salir de ahí, los observe a todos y por ultimo al señor que llamaba papá el cual me estaba lanzando en esos momentos una mirada acusadora, una de esas donde me advertía que hablaríamos mas tarde, pero la verdad era que yo ya no quería hablar con él. Escuche que alguien me siguió, sabia quien era solo haría caso omiso a su siguiente sermón.
— Tuve que retirarme de la mesa un momento solo para venir a ver lo que a mi hijo le sucede.
Ya estábamos en el exterior del lugar, yo mi parte esperando que trajeran mi coche.
— ¿Aun tienes el descaro de hacer esa pregunta? Papá.
Solté una risa amarga, el me miraba interrogante, de verdad que estaba haciendo esto, no era habitual en mi faltarle el respeto pero la situación lo a meritaba.
— Tu y yo teníamos un trato, se supone que respetarías mi decisión y dejarías que al menos esto hiciera yo por mi vida, no tendrías nada que ver, me hiciste venir aquí con la excusa de que seria una reunión de trabajo, pero fue todo lo contrario en cambio me presentas a una chica que no dudo en decir “Buenas noches, me llamo Lidia Vandelour, tu futura esposa”, no era solo eso si no que cuando volteo estas tú, ahí parado con tu mejor sonrisa.
Las luces me hacen prestarle atención de donde provenía, era mi auto estacionando se.
— Eryx, no sea un niño, tienes veintiséis, se supone que ya deberías estar casado y a punto de tener herederos para el negocio familiar, yo solo te estoy facilitando el trabajo porque de tu parte no hay movimientos en lograr hacer esto un hecho, hijo, ahora no me comprendes pero se que mas adelante lo harás, tu madre ya no esta pero se que me estaría apoyando en estos momentos.
Me aparte enseguida de él cuando tuvo el indicio de acercarse, aunque ya había pasado mucho tiempo los recuerdos vivían en mi. Lo mire con cierto dolor, sabia a la perfección que mi madre no estaba presente, no creo que debía nombrarla. Un suspiro salio de mis labios era inútil discutir con él, me di la vuelta y camine hacia la puerta del copiloto.
— Esteban, yo contigo no pienso discutir, yo había tomado una decisión y así se va a mantener te guste o no.
Fue lo que dije antes de subirme al coche, un mensaje de Ryan fue lo que llego, no le preste atención cuando ya le estaba enviando uno que de seguro no se lo esperaba aún.
Para: Ryan
Es un hecho, Ryan, organiza todo para mañana en la tarde.