Amor en el agua

Capítulo VIII

5 años más tarde

Rachel volvía a su país convertida en una famosa diseñadora de modas y de negocios.

Lo primero que hizo al llegar fue visitar las tumbas de sus padres y tía.

-He vuelto -les dice dejando ramos de rosas - y aún los sigo extrañando después de tanto - llora - no cumplí tía - saca su pañuelo - no seguí mi sueño, seguí lo que te gustaba, seguí la tradición familiar el gran nombre de la familia Bianco de la Vega, espero sepas perdonar - logra cesar su llanto - y te sientas orgullosa de lo que soy - sonríe - ¡Adiós! Amados padres, amada tía.

Sale del cementerio con fuerzas renovadas.

Antes de subir al auto escucha su nombre.

-¡Rachel! ¡Eres tú! - se lanza una rubia con abdomen hinchado. -¡Al fin vuelves! ¡Te eztrañamos!

-¿Vanessa? Estás cambiada - la mira de pies a cabeza - ¿Estás? - no logra decir las palabras correctas.

-La misma solo que ahora doble - sonríe tomándola del brazo - me case y estoy esperando a un varón - llora felíz - ¡Me alegra que hayas vuelto! Perdón - trata de parar pero no puede.

-Felicidades - sonríe abrazándola - espero que seas muy feliz, entrega una golosina.

-Gracias pero prefiero tus postres - logra cesar el llanto.

-Ya no cocino - dice suavemente - pero podemos concretar una cita, un día de estos - entrega su tarjeta de presentación - abre la puerta de su auto - Sube, te doy un aventón - sonríe.

-Gracias - felíz se abrocha como puede el cinturón.




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