Amor en guerra

Capítulo 4

Los días fueron pasando y las cosas entre Ricardo y yo, estaban mejor que nunca. Sentía que había recuperado a mi esposo. Me sentía plena, feliz.

Podía ver como mi esposo lucía más relajado cada día, ya compartía más con sus padres y con otras personas que no fuéramos sus hijos o yo. Aunque Esteban se encargaba de sacarle de sus casillas y un día no lo soportó más y le lanzó un golpe en su rostro.

―¡Ricardo!― Grito tomándolo de su brazo para alejarlo de Esteban.

―No te quiero cerca de mi esposa― Dice señalándolo con furia.

―¿Cual esposa?― Dice Esteban limpiando su labio de sangre –Has venido a divorciarte de ella―

―Ella aún está casada conmigo― Ricardo da un paso para acercarse a Esteban.

―Hasta que se divorcien y cuando lo haga tendrá el camino libre― Da una sonrisa burlona Esteban.

―Ella y yo no nos divorciaremos― Dice y me quedo congelada mirándolo.

―¿A no?― Esteban inclina su rostro ―¿Acaso piensas quedarte a su lado?― Ricardo baja su mirada y se encuentra con la mía.

―Si ella quiere― Mi corazón se agita y siento como mi esposo acaricia mi mejilla limpiando una lágrima –Perdóname por todo el daño que he hecho, no te recuerdo pero siento que te amo― Un sollozo se escapa de mis labios y me lanzo hacia su cuerpo.

―Te amo― Susurro en su pecho y siento como acaricia mi cabello.

―Yo también― Dice besando mi frente y levanta su mirada para observar a Esteban― Mas te vale que no me sigas invitando a mi mujer a salir o voy a sacarte de esta casa a patadas― Esteban sonríe aplaudiendo.

―Bienvenido hermano― Se acerca a nosotros levantando sus manos en forma de defensa –No pienso quitarte a tu mujer, yo ya tengo a la mía― Guiñe su ojo sacudiendo mi pelo.

―¿Qué?― Pregunta Ricardo sin comprender hasta que sentimos los pasos de mi hermana para acercarse a su marido, toca su labio ensangrentado y mira mal a mi marido abrazando a su esposo y sonrió al ver como mi amigo hace una cara de tragedia y abraza más fuerte a su esposa mientras acaricia su pequeña barriga.

―Bienvenido Ricardo― Dice mi hermana con una sonrisa –Espero que no vuelvas a dejar sola a mi hermana― Mi esposo asiente y me acerca más hacia su cuerpo.

―¿Así que todo fue un plan?― Pregunta Ricardo haciéndose el ofendido, pero sé que se ha relajado al ver a Esteban con mi hermana.

―¿Qué te puedo decir?― Dice Esteban palmeando su hombro –Los hombres de esta familia somos muy territoriales y actuamos como bestias al ver que alguien quiere quitarnos a nuestras mujeres― Sonríe.

―Hijo― Sonia se acerca a Ricardo y lo abraza entre lágrimas.

―Lamento mucho lo que ha sucedido― Dice Ricardo besando la frente de su madre –Sé que he actuado mal pero deben entender que para mí son desconocidos― Dice mirándome –Pero en este tiempo he comprendido que dentro de mi alberga el amor y cariño hacia ustedes― Su padre se acerca abrazarlo.

―Me alegro mucho hijo―

―¿Qué va a pasar con la Rusa?― Pregunta mi hermana y me tensionó.

―He hablado con ella, le dije que ya no iba a divorciarme― Baja su mirada – Pero no puedo hacer nada al respecto, ella está embarazada y pienso responder por mi hijo― Asentimos y nadie dice nada, cosa que agradezco.

Sé que esa mujer no tiene la culpa de lo que está pasando, pero yo tampoco la tengo y no puedo permitir que mi matrimonio se destruya, Ricardo y yo hemos pasado por muchas cosas.

No volvimos a hablar de esa mujer, de vez en cuando observaba a Ricardo discutir por celular con esa mujer en alemán, ella lo empezó a llamar todo el día, a cada hora y cada vez mi esposo lucía más furioso.

―¿Qué estarán hablando?― Pregunta mi hermana mirando a Ricardo en el jardín trasero discutiendo por celular y podemos escuchar lo que dice aunque no entendamos ni una palabra.

―Le está diciendo que no piensa divorciarse de su esposa― Dice Esteban y ambas lo miramos.

―¿Acaso sabes ruso?― Pregunta su esposa.

―Claro― Encoje sus hombros restando importancia.

―¿Qué otros idiomas sabes?― Pregunta mi hermana.

―Francés, alemán. Español, inglés, ruso― Mi hermana abre sus ojos.

―¿Y por qué no sabía?― Mi cuñado sonríe y toma su mano.

―Nunca me preguntaste― Mi hermana rueda los ojos y le hace señas con su cabeza para que le preste atención a Ricardo.

Mi cuñado trabajó como agente en las fuerzas especiales hasta que en una misión casi muere y mi hermana le advirtió que si volvía arriesgar su vida, ella no permanecería a su lado y al ver mi imagen de verme sola con mis hijos decidió retirarse e invertir en un negocio y le estaba yendo muy bien.

Los tres nos quedamos en silencio viendo a Ricardo moverse de un lado a otro mientras discute y Esteban va traduciendo lo que dice, mi corazón late con prisa al escuchar que esa mujer le exige que se divorcie de mí y que le debe enviar más dinero y Ricardo no está dispuesto a acceder a ninguno ya que le envió suficiente para estos meses. Presiento que ese hijo va a ser una carga para nosotros, no por el bebé, ya que no tiene la culpa de nada, pero esa mujer no me da buena espina.

Ricardo decidió apagar el teléfono y solo lo prende una vez para llamar y saber cómo está la mujer, ya que él dice que es su deber en hacerlo. Trato de no pensar en eso y evitar que me afecte, pero es imposible sentir esa inquietud y esa molestia y más que varias veces he pensado y hasta soñado con él haciendo el amor con otra mujer y me afecta demasiado.

Mi esposo y yo seguimos compartiendo nuestro lecho, mis hijos cada uno duermen en su habitación y cuando ellos se duermen, no demoramos en desvestirnos para hacer el amor.

Dormir abrazada a mi marido me daba paz y más cuando él se comportaba como siempre ha sido conmigo y con sus hijos, aunque no nos recuerde aún.

A veces me pregunto si algún día lo hará, pero decidí no preocuparme por ello, que sea lo que Dios quiera.

Un día llegamos de recoger a los niños de sus colegios cuando encontramos a una mujer afuera de nuestra casa, en ese momento sentí como mi mundo se vino abajo al ver a la mujer con una barriga y me di cuenta que debía ser la Rusa.




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