Esteban tira la carpeta que le han entregado de la investigación de esa mujer.
―No hay nada, esa mujer está limpia― Dice –No tiene antecedentes ni nada, ni una mancha― Suspiro tomando la carpeta para empezar a leer su contenido.
―Debe de haber algo― Dice Robert.
―Ricardo me comentó que él despertó unos meses después del atentado y nadie sabía de él, que conoció a la rusa que iba a visitar a un familiar y se hicieron amigos y que cuando le dieron de alta como no se sabía nada de su vida, él se fue a la casa de esa mujer― Hace una pausa y cruza su pierna – Mi primo estuvo unos meses en recuperación y ella cuidó de él en esos meses―
Me remuevo de mi asiento sintiendo una desagradable sensación con solo imaginármelo a él solo en ese país, desorientado sin su familia.
―La relación empezó un año después de salir del hospital― Termina.
―Está comprobado que esa mujer es una oportunista― Dice Robert – Mi hijo se metió con esa mujer sin saber que estaba casado y eso debe de servir de algo―
―Los abogados están en eso― Dice Esteban.
―Saldré un momento, necesito hacer unas llamadas― Robert sale del estudio y me quedo sola con Esteban.
―Estás muy callada y estoy empezando a preocuparme―
Me remuevo incomoda.
―He tomado una decisión― Levanta una ceja mirándome – Iré a Rusia, investigaré yo misma― Esteban niega con la cabeza.
―Estás loca, no tienes nada que hacer allá. Además no sabes el idioma―
―Contratare a un traductor― Niega.
―Ya mandamos a investigar, no sirve de nada que vayas―
―Esteban― Suspiro mirándolo –Yo tomé la decisión― Mi cuñado se remueve y se levanta del sillón.
―Es peligroso que vayas Anabele, no vamos a arriesgar que algo te pase― Niego con la cabeza.
―Iré, no puedo quedarme acá a esperar que mi marido sea condenado―
―Ana...―
―Ya lo decidí Esteban― Mi cuñado maldice, sabe muy bien que no podrá evitar que viaje.
―Está bien, pero no hagas nada precipitado, necesito que dejes que yo organice todo para el viaje― Asiento.
―Me iré a más tardar el miércoles― Muerde sus labios asintiendo.
―Sabes que todos van a enloquecer― Encojo mis hombros.
―No necesito permiso para viajar, le diré a mis padres que se queden con mis hijos― Asiente y se acerca para abrazarme.
Cierro los ojos y me dejo abrazar, en ese momento es lo que más necesito.
Como era de suponer, mi familia y mis suegros han puesto el grito al cielo al saber sobre mi viaje y por más que tratar de persuadirme no pudieron evitar que cambiara de opinión.
Alisté mi maleta y me despedí de mis hijos, mi corazón se estrujó al salir de casa de mis padres y el temor se instaló en mi pecho en pensar que no pudiera volverlos a ver.
Mis suegros han venido a llevarme al aeropuerto junto con mi hermana y Esteban, este último se ha mantenido callado.
Sé que está molesto, esto es un riesgo que estoy dispuesto a hacer por mi esposo. Yo lo perdí una vez, no pienso hacerlo de nuevo.
Hace unos años me confié en la investigación que hizo el ejército donde decía que mi esposo estaba muerto, me fié en ellos y si hubiera investigado más a fondo nos hubiéramos dado cuenta que mi esposo no estaba muerto y esto no estaría pasando, por esa razón no confío en nadie y quiero yo misma investigar.
Bajamos de la camioneta y me sorprendo en ver una maleta que no es la mía.
―¿Y esto?― Esteban baja la maleta y me mira.
―¿Enserio pensaste que iba a dejar que fueras sola?― Abro los ojos – Sabes que jamás lo permitiría―
―Pero... Pero...― Miro a mi hermana y sus ojos están llenos de lágrimas.
―No puedes dejar a mi hermana, ella te necesita― Mi hermana se acerca tomando mis manos.
―Yo voy a estar bien, tengo a la familia conmigo― Sonríe – ¿Crees que íbamos a dejar que viajaras sola? Que ilusa eres―
―Noo. Este, tiene que quedarse contigo― Mi hermana niega limpiando una lágrima en mi mejilla.
―Él va a ir contigo o no vas a ir a ningún lado― Me advierte –Tú decides―
―No puedes mandarme, soy mayor que tú― Mi hermana encoge los hombros restando importancia.
―Puedes que sea mayor, pero yo soy más fuerte que tú― Dice –Puedo golpearte y amarrarte y no dejarte ir a ningún lado―
―Eso es verdad― Dice Esteban a nuestro lado –Ella puede patear tu culo sin ningún problema― Sonrió.
―Gracias― Digo y ambos me abrazan.
Me despido de mis suegros y de mi hermana, en dos días es la primera audiencia de Ricardo y sé que no le va a gustar no verme en la corte.
Le pedí a ellos que no fueran a decirle nada sobre el viaje, esto lo pondría histérico y con los problemas que tiene no quiero agregarle una preocupación más.
Traté de dormir pero me fue imposible, los nervios y la angustia no me dejaba hacerlo. Sentía en mi garganta una bilis subir y bajar y varias veces estuve atentada de vomitar.
Doce horas después ya nos estaban informando que habíamos llegado a nuestro destino, Esteban ha estado sumergido en todo momento en su computadora y después del anuncio la guarda.
―Necesito que hagas todo lo que yo te pida hacer Anabele― Dice Esteban al momento de aterrizar –Es muy importante que no arriesguemos nuestra vida― Asiento –No sabemos quién es esa mujer y con quien está relacionado― Suelto un suspiro tratando de evitar vomitar encima de su cuerpo.
―Ok―
Cierro mis ojos al momento de que el avión impacta contra el suelo y poco a poco va bajando la velocidad. Esteban en todo momento ha sostenido mi mano y cuando siento el avión detenerse suelto el aire en mis pulmones que había estado reteniendo.
Al bajar del avión me estremezco al sentir el frio de la ciudad calar mi cuerpo. Abrocho más mi chaqueta y salgo detrás de Esteban, quien empieza a hablar por celular.
Ambos abordamos un taxi y mi cuñado sigue hablando por móvil, miro por la ventana distrayéndome en las luces de la noche y logro bostezar por el cansancio.