Él llego a su casa en unos minutos, corriendo como loco en su moto. Estaba realmente fastidiado por la actitud de esa chica, sabía que no fue… bueno no debía haberla visto así al menos si se hubiera volteado.
-. Carajo – lanzó su casco sobre su cama - ¿Quién se cree?. No es que hubiera sido intencional es solo que no pude reaccionar a tiempo.
“Esa excusa está bien… pero ¿por qué te afecta tanto la actitud que ella tomo contigo, apenas la conoces o hay al más?”
Justo ahora su conciencia despertaba dejándolo más confundido que antes.
Decidió tomar una ducha para ver si se podía relajar. Mientras dejaba el agua correr por su cuerpo en su mente solo estaba el rostro de aquella joven mientras estaba frente a la cámara con una hermosa sonrisa, hablaba de una manera muy profesional, se desenvolvía bastante bien, parecía que lo hubiera hecho muchas veces.
-. ¿Qué rayos hago pensando en ella? – se recargo sobre la pared y la golpeo con su piño.
Una vez que salió, a unos cuantos minutos escucho a su padre llamarlo para la cena; no tenía apetito y aun así bajo.
Trato de poner su mejor cara, para que su padre no tratara de bombardearlo con mil y un preguntas; ni él mismo sabía que le pasaba.
Su padre había preparado pechuga de pollo a la plancha, con espárragos y palta. Se veía realmente delicioso y solo por ese momento le pareció que era lo que necesitaba para olvidar ese mal rato.
-. ¿Qué te pasa? – pregunto su padre
-. Nada – dijo picando algunos espárragos
-. Te conozco y parece que alguien te hizo enojar
-. Yo diría que “ella” te hizo enojar – dijo su tía, quien se había mudado con ellos
-. Es una chica – su padre estaba realmente sorprendido
-. Sí, se trata de una malcriada que no fue capaz de disculpar un pequeño error – respondió irritado, fijando su mirada en ambos
-. Ok – sonrió su padre
-. ¿Qué le hiciste? – preguntó su tía
-. Yo… bueno – comenzó a relatar lo sucedido dejando a ambos estupefactos y muy atentos a cada detalle de su historia – y eso fue todo – dijo al terminar
-. Te parece poco – el semblante de su padre era serio y estaba algo molesto – eso no es de caballeros
-. Lo sé trate de disculparme ¿sí?
-. Y... – su tía estaba más molesta - ¿te parece que fue suficiente?
-. Entonces ¿Qué debía hacer?
-. Disculparte directamente, no ofreciéndote a hacer todo – dijo su padre
-. La conozco bien y aun así no te hubiese disculpado… - dijo su tía con una sonrisa pícara en su rostro – lo que trato de entender es ¿Por qué te afecta tanto?
Ricardo se quedó sin palabras y salió disparado a su cuarto en el cual se encerró apenas entro. Su padre y su tía se quedaron terminando su cena en completo silencio cada uno tejiendo sus teorías en su cabeza.
Ricardo se sentía extraño no sabía ¿Qué le estaba pasando?; es decir, ¿Por qué salir huyendo? Y ¿Por qué la actitud de aquella muchacha le había afectado tanto?
Cuando ambos terminaron la cena; Víctor estaba realmente intranquilo había formulado un millón de ideas y teorías en su cabeza; pero ninguna lo convencía.
-. ¿Sara qué crees que le esté pasando a Ricardo? – se animó a preguntar
-. Tengo mis sospechas; pero déjame un par de semanas para confirmarlo – él asintió y ella le sonrió – no te preocupes no es nada malo.