Amor En La Cocina

CONFRATERNIDAD ¿PELEAS?

Se contrataron dos buses, sería a las afueras de la ciudad para tener contacto con la naturaleza, cada aula participo eran ya cuatro.

Hubo juegos como la momia, la herencia, jalar soga, etc.

Se jugó futbol y vóley mixtos, los ganadores se llevaron una caja de cerveza para compartir. Se disfrutó de un almuerzo de cabrito, arroz con pollo y ceviche. Todos se sentaron uniendo las mesas en forma circular y compartieron un gran momento.

Charlaban y se conocían entre sí, se tomaban algunos selfies y publicaban en las redes sociales.

El lugar era hermoso tenía un portón de manera y al entrar se dejaban los autos o el transporte que hayas usado, al avanzar había una cancha de futbol (pasto natural), y al costado un área techada con mesas y sillas, al fondo se encontraba la pista de baile también techada, con equipo de sonido, el piso era de cemento pulido y algunas sillas.

Terminado el almuerzo, todos fueron a la pista de baile, los varones cargaron las cajas de cerveza y la música comenzó a sonar a todo volumen. Sandra se había quedado con un pequeño grupo de amigos.

Teresa, Ana, Segundo y Carlos la acompañaban mientras brindaban y se felicitaban por haber aprobado todos los exámenes.

Sandra era una amante del baile; pero no era capaz de hacerlo frente a otras personas, de pronto comenzó a sonar Muchacho Malo de Olga Tañon. Segundo que la conocía bien tiró de su mano y la llevó a bailar, al principio apenas y se movió; sin embargo al llenarse más parejas de a poco se fue soltando y sacando todo su talento.

Se dejó llevar por la música y movía sus caderas al compás, era muy coordinada y su compañero no se quedaba atrás; bailaron como siete canciones seguidas y luego tomaron un descanso para refrescarse.

Sandra se excusó y fue al baño. Necesitaba refrescarse y retocar su labial que era el único maquillaje que usaba. Se miró en el espejo y vio que solo necesitaba un poco más de color, se disponía a salir; pero alguien la tomó del brazo regresándola.

-. Bailas bien – dijo cerca de su oído – es una sorpresa

-. No sabía que me observabas – trato de zafarse

-. Tu baile llamo mi atención – tomo su otra mano y coloco ambas sobre su cabeza

-. Suéltame este es el baño de damas – no quería demostrar que estaba asustada

-. Tienes miedo – sonrió – pensé que eras valiente

-. No – lo miró fijamente – no me gusta que haya rumores sobre mí eso es todo

-. Te importa el ¿Qué dirán? – la miraba confundido

-. Déjame – casi gritó – te lo advierto

-. ¿Qué harás? – rio

-. Tú te lo buscaste – levantó su pierna asestándole un golpe en la entrepierna, aprovechando su dolor salió como alma que lleva el diablo.

Llegó con sus amigos muy agitada y sonrojada, ellos evitaron la ronda de preguntas sabían que no le sacarían nada. Ella estaba sorprendida de que Ricardo la haya acorralado así en el baño solo rogaba porque Alejandra no los hubiera visto.

Ya rodeada de su grupo trató de calmarse y seguir pasándola bien, hablaban de cosas triviales y reían de uno que otro chiste.

Todos fueron a bailar y ella se quedó aduciendo que estaba cansada; después se arrepentiría de esa decisión y mucho. Mientras sonaba una salsa, ella solo movía sus pies al ritmo; de pronto vio que Alejandra se acercaba y su cara era de pocos amigos.

-. Necesitamos hablar – su tono era seco y algo agresivo

-. No puedo – trataba de sonar segura

-. Ahora – la tomo por el brazo y la llevo hacia la cancha de fútbol; Sandra no sabía cómo reaccionar, ni siquiera tenía idea de que era lo que quería.

-. ¿Qué quieres? – se jalo para soltarse quedándole una marca roja en su brazo

-. Te dije que te alejaras de él – la miro desafiante

-. Dale con la canción – revolvió los ojos

-. Te gusta – gritó – no es para ti

-. Es tuyo si lo sé – se cruzó de brazos – ya te dije a mi no me importa

-. No te creo – levanto la mano para abofetearla, ella la intercepto y la miro fijamente

-. No me tocaras – soltó su mano – ya fue suficiente – se alejó, esto sobrepasaba el limite por mucho, ni siquiera su madre la había tocado.

Llegó a su grupo y trató de olvidar todo, relajarse y disfrutar lo poco que le quedaba. A las 5:00 pm todos subirían en los buses y después a sus casas por dos semanas de descanso.

De pronto Ana llego cogida (prácticamente colgada) del brazo de un chico de más o menos 1.80, ojos verdes, pelo castaño claro, labios y nariz fina; de una complexión atlética.

-. Amiga te presento a mi primo Daniel – él le extendió la mano y ella la tomo y sonrió.

-. Mucho gusto

-. El gusto es mío – le guiño el ojo – mi prima no me había dicho que tenía amigas tan hermosas

-. Vaya, mejor los dejo – Ana los miraba pícaramente – siento que estoy tocando el violín

Sandra la quería matar, no sabía que hacer o tan siquiera como romper el hielo para su suerte Daniel fue quien inicio la conversación y ella se sintió muy cómoda como si lo conociese desde hace mucho tiempo.

Daniel era divertido y era uno de los pocos que la había hecho reír; en realidad era un chico muy apuesto y muy bueno en las matemáticas para ser ingeniero de sistemas, la fiesta continuaba y ellos parecían muy entretenidos sin hacer caso a lo que pasaba a su alrededor.

Ricardo se encontraba con su tía y su padre, y por mucho que intentara prestar atención a lo que ellos hablaban no podía dejar de mirar a Sandra muy divertida con su amigo que no pertenecía a la escuela.



#5558 en Novela romántica

En el texto hay: amor, cocina, peleas con la ex

Editado: 11.08.2019

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