Amor En La Cocina

DESPEDIDA

Llegue a casa y me encontraba ansioso por ver a Sandra y abrazarla, tome mi casco y en mi moto regresé no sé en cuanto tiempo llegué; pero eran algo de las cinco de la mañana.

Fui directo a su casa y por mi ansiedad la llamé para que bajara su voz era adorable adormilada, bajo con un diminuto short, un polo de tiras muy pegado y una pashmina.

Me acerque a ella y sin esperar nada la besé, ansiaba sentir sus labios y acariciar su cuerpo; nos separamos por falta de aire yo tenía una sonrisa boba en mis labios.

-. ¿Recién llegas? – dice pegando rostro en mi pecho

-. Sí – acaricio su cabello – y no aguantaba estar un día más sin verte

-. Pasa la moto hoy te quedas aquí – toma mi mano y me besa

-. De acuerdo – hago una especie de saludo militar

-. Te extrañe

-. Y yo más – la jalo para besarla nuevamente.

Entramos a hurtadillas, para que no le causara problemas con su madre, en su cuartos nos acurrucamos en su cama y dormimos.

SANDRA

Me levante lo más despacio que pude, me encanto que llegara a visitarme; no quería despertarlo de seguro estaba muy cansado.

Fui a la cocina y mi madre terminaba su desayuno y me informaba que se iba el fin de semana con una de mis tías a su finca sería un fin de semana de chicas.

Eso era mejor así podría estar con él en casa y no tener que ver su cara con una expresión hiriente. Nunca iba a lograr que ella me quisiera; pero igual duele a pesar de saberlo. Prepare el desayuno y no estaba segura de sí despertarlo, aunque no fue necesario porque él apareció detrás mío dándome un abrazo

-. La cama se siente vacía cuando tú ya no estas

-. No seas tonto – mis mejillas estaban totalmente rojas

-. Solo digo la verdad, te extrañe – susurra en mi oído

-. Yo también – me giro para abrazarla

Nos sentamos a desayunar y él dice que vayamos a comer en las afueras, tal vez visitando Monsefú o Etén.

Lo pienso un par de minutos; pero le digo que mejor el domingo hoy solo quiero estar junto a él porque la verdad que me hizo mucha falta en estos días.

Él asiente diciendo que también desea estar conmigo; decidimos mirar películas en mi laptop y en casi todo el día no salimos de la habitación (salvo para lo necesario)

El paso de las horas eran invisibles para mí cuando estaba junto a él, no puedo negar que adoro su compañía; pero temo que se aburra de mí porque no soy capaz de tener sexo con él.

“Lo perderás y solo por tus costumbres y tu crianza”

No puedo hacer nada, así me criaron

“Por santurrona te vas a quedar sola”

Nadie te llamo déjame en paz

“La verdad duele”

Y ahí estaba mi conciencia haciendo acto de presencia, otra vez diciéndome que debo darle lo que él proponía y yo la verdad no estaba lista.

Es un tema muy complicado para mí y si solo quiere eso y de ahí botarme.

Es lo que pasa en la vida real y nadie lo puede negar; me voy a volver loca de tanto darle vueltas al mismo tema ¿Qué hago?

Hoy sus besos no habían subido de tono, eran calmados, suaves y dulces; eso me gustaba no sentía que fuera capaz de rechazarlo otra vez. En ciertas ocasiones que han estado por pasar mi juicio se ha nublado y con cada gota de sentido común he tenido que reponerme; pero no creo poder ser capaz de ser tan racional otra vez.

-. Sandra ¿en qué piensas? – su voz me saca de mis pensamientos

-. La verdad – estaba mordiendo mi labio – no soy capaz de hablar de eso

-. Vamos – dice abrazándome por mi cintura

-. ¿Quién es Treyci? – eso no era lo que querías preguntar

Y a ti quien te invito Shhh!

-. Es prácticamente mi hermana – se veía dudoso – tuvo una vida difícil, yo la ayude y ahora ella sabe defenderse muy bien y es guardaespaldas

-. Ahora entiendo – digo con un hilo de voz – por eso peleaba tan bien

-. Después de lo dura que fue su vida, aprendió a defenderse; pero aún le cuesta confiar.

-. Sé que debió ser muy malo – suspire – y no debo preguntar; pero ella me cayó muy bien crees que la volvamos a ver.

-. Tal vez – dice acomodándose en la cama – aun debo agradecerle que estuviera junto a ti ese día – se entristeció

-. Ah! Nunca había peleado – digo – bueno una vez y me expulsaron del colegio por romperle el tabique a una compañera.

-. Lo siento, amor – su mirada está en el suelo y no es capaz de mirarme fijamente – no quería ponerte en riesgo debí actuar en cuanto supe que Lourdes no se rendiría tan fácil

-. Oye – levanto su barbilla – ya no te preocupes, debiste advertirme cierto; pero estuviste pendiente de mi seguridad y eso es lo que vale

-. Pero… - no lo dejo terminar

-. Nada – digo seria – no sé porque ella era tan peligrosa; pero ya paso dejemos en el pasado.

-. Por eso es que estoy muriendo por ti – una ligera sonrisa – dime ¿Qué hechizo me lanzaste?

-. No soy una bruja – resoplo

-. Pues – dice atrayéndome hacia él – créeme que nadie ha sido capaz de volverme tan loco como tú lo has hecho.

Estaba por responderle cuando su celular nos interrumpió en bien miro el nombre, su cuerpo se tensó; gira el celular y veo que es Lourdes con señas lo aliento a contestar.

Lo hace y pone en altavoz para que yo lo escuche

-. Hola – su voz es seria

-. Hola – parecía que estaba llorando – yo…

-. ¿Que deseas? – acaricie su brazo porque estaba demasiado tenso

-. Solo llame para despedirme – dijo pero ahora parecía estar riéndose; la verdad era difícil de leer

-. Deja la actuación – me miró y parecía decirme que ella estaba fingiendo

-. Mi padre – su voz fue dura y cortante – me ha obligado a no verte más, tanto me odias cometí un maldito error y te pedí perdón; pero ahora estas con esa zorra

-. Si llamaste para eso, adiós

-. Adiós y ojalá y nunca seas feliz

La llamada termino y él estaba muy serio, no sabía que hacer así que comencé a besarlo; al principio fue un beso frio; pero poco después me correspondió y su cuerpo se relajó.



#5403 en Novela romántica

En el texto hay: amor, cocina, peleas con la ex

Editado: 11.08.2019

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