capítulo 17 pido matrimonio a Rihanna

Narra Deimon

Me arrodillo en el suelo y saco una caja de mi bolsillo. Cuando abro la caja, ella se queda completamente callada. Entonces le hago las siguientes preguntas: ¿Quieres pasar el resto de tu vida con este hombre que ha robado tu corazón desde el primer día en que nos conocimos? 
Inmediatamente, ella me responde con un sí. Acto seguido, la beso. Luego le pongo el anillo en el dedo y la comienzo a besar de una manera apasionada, haciéndola poner sus muslos sobre mi cintura. Comienzo a caminar hasta la habitación, donde nos entregamos de la misma manera que Rihanna ha sido mía y nos dejamos llevar por el deseo y la pasión.

Al día siguiente, abro los ojos y veo a mi futura esposa, tan linda y hermosa. No sé cómo explicarlo, pero me había dado cuenta que hace unos meses que tiene complejos de sus muslos y su cuerpo que seguramente no le gustan. Sin embargo, para mí ella es la chica más hermosa del mundo.

Sin hacer ruido, comienzo a acariciar su cabeza y acto seguido le doy un suave beso. En ese momento, la escucho susurrar algo, me doy cuenta de que está soñando conmigo y eso me hace dibujar una sonrisa traviesa. Lentamente bajo mi mano hacia su vagina y meto un dedo, empezando a masturbarla. Ella comienza a gemir y sigo introduciendo un poco más. 
hasta que ella abre sus hermosos ojos, sigue gimiendo mientras me mira con esa mirada de lujuria. Por lo tanto, comienza a retorcerse de placer. Sin perder tiempo, le digo: 'Nena, levanta tus preciosos glúteos', se lo susurro al oído. Me doy cuenta de que su piel se eriza al sentir mi aliento. Acto seguido bajo hasta su intimidad y comienza a retorcerse de placer en cuanto mi boca toca sus labios vaginales. Las embestidas son suaves, lo que la hace arquearse y se ve tan linda así.

Abandono su vagina y me adentro en ella, su rostro bonito se esconde en mi pecho ya que mi miembro está duro. Le doy la primera embestida y presiono su labio inferior mientras muerdo su hombro con suavidad. Comienzo a susurrar cosas en italiano mientras me adentro en ella una y otra vez, el sudor empieza a caer sobre su precioso rostro. Con cada embestida, sus gemidos se mezclan con fuerza, rodeándome con sus piernas para sentirme.

Debo admitir que al verla así, siento como si estuviera en gloria. En medio minuto después me corro en su interior. Al salir, la atraigo hasta mi pecho para acariciar suavemente las finas hebras de su hermoso cabello.

De repente recibo una llamada de la comisaría avisándome que han encontrado un cadáver en un callejón cerca de la comisaría, así que le digo que iré de inmediato. Luego cuelgo al notar que Rihanna se levanta de la cama con su móvil, supongo que también recibió una llamada. Cuando Rihanna me dice que tiene que ir a la empresa, me levanto de la cama, la cargo y camino hacia el baño, donde nos comenzamos a duchar. Después de la ducha, me visto y acto seguido le digo

Así que le digo que iré de inmediato. Luego cuelgo al notar que Rihanna se levanta de la cama con su móvil, supongo que también recibió una llamada. Cuando Rihanna me dice que tiene que ir a la empresa, me levanto de la cama, la cargo y camino hacia el baño, donde nos comenzamos a duchar. Después de la ducha, me visto y acto seguido le digo que tiene ropa de mujer en el armario, así que me mira sorprendida. Le digo que la he comprado para ella por si acaso. 
Sin pensarlo dos veces, Rihanna camina hacia el armario y saca la ropa. La deja en el colgador para que no se arrugue y supongo veo cómo se pone la ropa interior, después se pone un vestido con chaqueta negra y, por último, sus tacones. Una vez ya está arreglada, salimos de la habitación.

En la cocina  Rihanna me ayuda a preparar el desayuno. Mientras tanto, me pongo detrás de ella haciéndole cosquillas. Ella intenta esquivarme, pero soy más hábil y le doy un beso largo y tierno que la deja sin aliento.

Debemos comer antes de que el desayuno se enfríe, propone haciendo un gesto ante la mirada traviesa de mi princesa.

—Si quieres, podemos empezar por el postre, ya me entiendes. — Su voz ronca cerca de su  oído la hago  sentir inquieta, subiendo su   temperatura al máximo.

—Quizás más tarde amor, vamos a desayunar. Me muero de hambre y necesito mucha energía para empezar mi trabajo —Me dice guiñándole el ojo, lo que la hace sonrojarse.

Nos sentamos a desayunar y hablamos de nuestro futuro, de nuestros planes. Después de desayunar, recogemos nuestras cosas y salimos  del departamento.

Montamos en mi coche y voy conduciendo hacia su trabajo. Durante todo el camino he tratado de contarle un chiste que la hace reír. 
En veinte minutos llegamos a su trabajo, se despide de mí y se baja del coche. Veo cómo entra por la entrada y saluda cordialmente al vigilante. Por lo tanto, comienzo a conducir hasta la escena del crimen. 
En veinte minutos llegamos a su trabajo, se despide de mí y se baja del coche. Veo cómo entra en la entrada y saluda cordialmente al vigilante. Por lo tanto, comienzo a conducir hasta la escena del crimen.

Cuando llego, me doy cuenta de que mis compañeros ya tienen todo acordonado la área .

 La policía científica comienza a revisar el cadáver y veo una marca roja en su cuello. Al acercarme un poco más, me doy cuenta de que es Max. Me pregunto a mí mismo qué hace él aquí si supuestamente estaba en la cárcel.
Después preguntaré a Juan, no es posible sin embargo , le pregunto a la policía científica cómo lo asesinaron y me dice que fue apuñalado múltiples veces y estrangulado con un cable.

Después le ordeno que tome huellas y pruebas para verificar al asesino.

Una vez estén listas, notifíquemelo. En cuanto volteo veo un arma a unos pocos metros, le digo a un agente que tome el arma como evidencia y la guarde en plástico. Luego, al ver un charco de sangre cerca, le pido a la policía científica que tome una muestra para realizar pruebas y así determinar de quién es esa sangre. Seguro que no es de Max. 
A continuación, voy a la comisaría. Nada más cruzar por la puerta y sentarme en un asiento, comienzo a investigar. Aparece Juan y me informa de algo importante para el caso del asesinato de Max, lo cual me deja muy sorprendido. Al parecer, alguien anónimo ha pagado una gran cantidad para que Max muriera. Sigue informándome un poco más y coloca una carpeta en la mesa. Al abrirlo, veo un sospechoso. La determinación en la carpeta me sorprende, ya que está en la cárcel. 
Pero Juan me dice que, aunque está en la cárcel, tiene millones de personas fuera de la cárcel haciendo trabajos sucios para él o incluso utiliza chicos como Max para vender drogas.