Amor en la oscuridad

La oscuridad

Un aroma salado inundó mi nariz ¿dónde estaba?, si aun fuera humana sin duda sentiría un dolor punzante en alguna parte del cuerpo, pero al ser un vampiro no podía saber en qué parte habían golpeado o lo que sea que hubieran hecho conmigo.

−Su alteza, por fin despierta −dijo Drusilla frente a la cama donde yo estaba acostada−. Le ruego escuche lo que tengo que decir antes de reaccionar con violencia.

− ¿Cómo logro noquear a un vampiro? −pregunté ignorando sus palabras−. No hay golpe suficientemente fuerte para lograr eso, y las drogas para hacer dormir no pueden entrar en el cuerpo de alguien que tiene la piel tan dura.

−Oh bueno, los humanos han desarrollado en secreto una manera de inyectar cosas al cuerpo de los vampiros, recuerde que llevan años analizándonos en laboratorios −explicó con una voz muy tranquila−. No muchos lo saben, pero ellos secuestran a vampiros jóvenes para hacer pruebas muy crueles en ellos, James le explicará mejor.

−Su alteza, un gusto verla de nuevo y consciente, me disculpo por la forma tan poco ortodoxa de traerla hacia nosotros −dijo James con la mirada en el suelo−. Mi tío tiene razón, yo trabajaba en un laboratorio y hace muy poco me entere cómo obtienen vampiros, al parecer quieren desarrollar un suero que le dé a los humanos las facultades de los vampiros sin beber sangre, desean tener un ejército capaz de enfrentarlos.

− ¿Quieren declararnos la guerra? −pregunté con la piel erizada por completo−. No pueden hacernos eso, no les hicimos nada, es imposible que nosotros queramos una guerra.

−Mi bella dama, ellos hacen cosas terribles, sin embargo, los experimentos ya se están probando en humanos y algo maravilloso está de nuestra parte −comentó Drusilla.

−La obediencia hacia la familia real más pura de vampiros viene en nuestra naturaleza, es imposible de quitar, aunque eliminen la alimentación que tenemos −explicó James con una sonrisa−. Técnicamente los humanos que sean inyectados la protegerán a usted y creemos que podrían obedecerle, puede salvar a todos de una guerra.

−Primero debemos averiguar cómo hicieron que los vampiros de diferentes partes del mundo ataquen a humanos y pierdan el control de su sed −repliqué con dificultad.

−Tengo la teoría de que desarrollaron una especie de droga que los vuelve más agresivos e instintivos −James me dio una hoja que contenía formulas−. Hay muchas de esas ocultas en una habitación, y estas solo son algunas, aun debemos investigar cuál es la correcta.

−Empecemos por las que se puedan soltar en el aire, porque las jeringas no atraviesan piel de vampiros −miré a otro lado pensativa−. Este problema lleva años y dudo que antes existiera este tipo de metal que si me hizo daño.

Lo recordé, aquella vez que marcó mi destino, cuando Jung Kook me había rescatado de un ataque masivo de vampiros, todo era muy extraño, sobre todo porque se supone que en las universidades todos ellos tienen un examen de control de su sed para poder entrar en instituciones mixtas con humanos que podrían sangrar en cualquier momento para que pudiera justificar el comportamiento agresivo de los vampiros. Pero recordé que todos habían reaccionado de la misma manera, un momento todos tenían la mirada hacia el techo de la cafetería y luego me miraban como un bocadillo listo para ser servido con una especie de manjar irresistible, pero había dos excepciones, Seok Jin y Jung Kook, por alguna razón ellos no habían intentado morderme, incluso Seok Jin había tratado de razonar con ellos y Jung Kook había tomado la decisión de salvarme reclamándome como su presa de caza.

−Ellos parecen ser inmunes a esa droga que los vuelve agresivos −susurré con la mirada perdida, levanté la cabeza y los vi confundidos ante mis palabras−. Seok Jin Kim y Jung Kook Jeon no pierden en control con la sangre, ellos me salvaron de un ataque masivo cuando era humana.

−Quizás una muestra de sangre sea más que suficiente para ayudar a encontrar una solución −dijo James−. Usted deberá convencerlo de darme una prueba de su sangre.

−No será fácil porque él no confía en tu tío y por ende no confía en ti James −me puse de pie para alejarme de Drusilla, no me sentía cómoda bajo su mirada−. No se ofendan, pero ni siquiera yo puedo confiar en ustedes y su palabra.

−Ellos tienen razón, Melantha, yo no hago cosas sin algo a cambio −replicó Drusilla con una voz muy serena−. Tiene que darme algo a cambio.

− ¿Qué es lo que quiere? Se lo daré siempre y cuando este en mis manos hacerlo −dije cortante.

−No esperaba menos de usted, es natural, habla como toda una líder precavida −sonrió de lado−. Le pido que convierta a mi sobrino y tenga un hijo con él.

Miré a James con una sorpresa evidente en los ojos, él parecía petrificado, estaba en shock por lo que deduje que ni siquiera él sabía que su tío haría tal petición tan incomoda, inesperada y descabellada. Yo era una monarca de toda una especie, pero los matrimonios arreglados no iban a ser parte de mi historia, ni loca permitiría que eso suceda.

−Me halaga que usted quiera entregarme a James de esta forma, pero yo estoy enamorada de Jung Kook Jeon y deseo ser esposa de él −respondí aun perpleja incluso ante mis palabras, no había pensado en matrimonio−. Si algún día deseara tener hijos sería con él.

−Entonces permita que mi sobrino se convierta en vampiro y espere a su primera hija mujer en matrimonio −soltó Drusilla−. Solo daré esas dos opciones, bella dama, pero eso es todo, lo que deseo es que mi sucesor pertenezca a la familia pura después de años de servidumbre.




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