Amor en Ruedas

Capítulo V

-Perdón por llegar tarde, me perdí un poco para encontrar tu casa- se disculpaba Nathan.

Decir que me quede estupefacta cuando abrí la puerta y lo vi a él en vez de a Alli es poco. Estaba confundida, alegre, asustada y todo eso no era una buena mezcla, sin agregar lo guapo que se veía con el cabello húmedo y esa chaqueta azul marino que llevaba. Mi cerebro perdió conexión con mi boca y olvidando mis modales empecé a hacer medias preguntas sin saber exactamente lo que quería decir y saber.

-¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué haces aquí?- sacudí mi cabeza para acomodar mis pensamientos-.  Perdón. ¿Cómo llegaste?

¿Cómo rayos sabe dónde vivo y qué demonios hace aquí?

-¿No te aviso Allison?- ahora también se veía confundido.

-No.

-Me llamó anoche para pedirme que pasará por ti para llevarte a la escuela- dijo abriendo la puerta del copiloto y luego la cajuela.

Seguía sin entender ni un comino de la situación-. ¿Qué?

-Sí, ella…

-Me explicas en el camino, es tarde- lo interrumpí acercándome al auto.

-Okay… espera yo te ayudo.

-No es necesario, yo puedo- no hice caso y acomodé la silla para poder subir al auto.

-No debes mover la mano Diann.

Como era de esperarse, no estaba siguiendo las indicaciones de la enfermera al pie de la letra. Alli le había explicado todo a mamá cuando me trajo a casa y como ella sabía que no iba a hacer caso, me obligó a sentarme en el sillón y se llevó la silla de ruedas a mí cuarto para asegurarse de que no hiciera ningún esfuerzo. Lamentablemente se había tenido que ir al trabajo a las cinco de la mañana y no tuve de otra más que moverme yo misma

-Ponte el cinturón por favor, no me gustaría que ahora salgas volando por el parabrisas- lo miré confundida, apenas estaba saliendo del trance en el que entré cuando me tomó de la cintura para subirme al auto, y apenas empezaba a comprender su mal chiste-. Okay, muy mal chiste, lo siento.

Se pasó la mano por la nuca y encendió el auto, noté como negaba con su cabeza, hacía muchos gestos extraños y ponía los ojos en blanco; asumí que hablaba consigo mismo y sonreí. Me puse el cinturón.

Creí que era la única loca que peleaba con su Yo interno.

-Ahora sí, explícame cómo llegaste a mi casa- me apresure a decir para sacarlo de su ensimismamiento.

Me explicó que Alli lo había llamado la noche anterior -no tengo la menor idea de cómo consiguió su número- y que le pidió que pasara por mí antes de la escuela porque ella iba a llegar tarde o algo así. Le dio mi dirección pero no le explicó cómo llegar y obviamente por ser nuevo en la ciudad, se perdió y tardó más en llegar.

También le dijo que ella misma me llamaría para avisarme  pero como ya sabemos, no lo hizo. Allison me debía una me debía una muy buena explicación.

***

Alli: Tranquila, no es para tanto.

Yo: Me dejas plantada y no me avisas que él va a pasar por mí.

Alli: No me digas que no te agradó.

Yo: NO.

Alli: Si como no.

Yo: Ash. ¿No que llegarías tarde?

Alli: Te hice un favor, no te quejes.

Yo: ¿Un favor? Estuve a nada de perder la primera clase.

Alli: Eso qué importa, él también la iba a perder e iban a estar una hora completa juntos, solos. Hubiera sido perfecto.

Alli: Deberías estar agradecida.

Yo: No me mandes dos papelitos a la vez.

Yo: Nos van a cachar.

-Srita. Lesser, ¿Está todo en orden? ¿Necesita hablar a solas con la srita. Nicum?- y el profesor Adams nos cachó y yo estaba totalmente volteada hacía Allison entregándole los papelitos.

Fuck.

-No, disculpe- dije en un tono de voz casi imperceptible.

Me moría de vergüenza. Todo el salón se había volteado a vernos.

-¿Puedo continuar con mi clase?

No.

-Por supuesto.

-Gracias, charlaré con ustedes al término de la clase.




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