Amor En Tiempo De Rivalidad

5.Tregua Forzada**

Esa tarde, mientras Liam trabajaba en la tienda de mensajería "Messenger Eagle", sus pensamientos seguían girando en torno a las palabras de Bella. La conversación sincera que habían tenido en su mansión no dejaba de resonar en su mente. Intentaba concentrarse en organizar los paquetes, pero cada vez que lo hacía, recordaba la expresión vulnerable de Bella mientras hablaban junto al fuego.

—Liam, ¿estás bien? Pareces distraído —dijo su jefe, el señor Thompson, un hombre mayor con una voz grave y mirada comprensiva.

Liam sacudió la cabeza, tratando de enfocarse. —Sí, lo siento. Solo estoy pensando en... cosas de la escuela —respondió, aunque sabía que eso era solo una parte de la verdad.

—¿Cosas de la escuela? —dijo el señor Thompson, levantando una ceja—. ¿O una cierta persona de la escuela?

Liam se sonrojó ligeramente y negó con la cabeza. —No, no es eso...

El señor Thompson sonrió con picardía. —Ah, claro. Porque la última vez que vi a alguien tan distraído, había encontrado una araña en su zapato —dijo, haciendo que Liam soltara una risa nerviosa.

El sonido del timbre de la puerta interrumpió su conversación, y Liam se apresuró a atender a un cliente que parecía estar llevando una montaña de cajas.

—¡Hola! ¿Necesitas ayuda con eso? —preguntó Liam, tratando de ser útil.

El cliente suspiró con alivio. —Sí, por favor. Siento que estoy participando en los Juegos Olímpicos de levantamiento de pesas.

Liam sonrió mientras ayudaba al cliente a cargar las cajas. —Bueno, al menos aquí no hay jueces que te den malas calificaciones.

—A menos que cuentes al señor Thompson, claro —bromeó el cliente, guiñando un ojo.

El señor Thompson, que había estado escuchando la conversación, soltó una carcajada. —Voy a pretender que no escuché eso. Pero Liam, asegúrate de mantenerte enfocado. Las cajas no se entregan solas.

Liam asintió y agradeció al cliente por la broma que había aligerado su día. Mientras seguía trabajando, no podía evitar sonreír ante la idea de estar en un concurso de levantamiento de pesas con cajas.

Mientras tanto, en el lujoso apartamento de los Whitaker en Manhattan, Bella estaba en la oficina de su padre, enfrentándose a él por un negocio fraudulento que había descubierto.

—¡No puedo creer que estés involucrado en algo así, papá! —exclamó Bella, su voz temblando de furia y decepción.

Su padre, un hombre de negocios exitoso pero sin escrúpulos, la miró con desdén. —Bella, no entiendes cómo funcionan las cosas en el mundo real. A veces, para mantener nuestro estatus, debemos tomar decisiones difíciles —dijo fríamente.

—¡Eso no lo justifica! ¡Estás engañando a la gente! —respondió Bella, con los ojos llenos de lágrimas—. No puedo creer que seas capaz de algo así.

Su padre suspiró, cansado de la discusión. —Bella, es mejor que te concentres en tus estudios y dejes los negocios a los adultos. No sabes lo que estás diciendo.

La discusión fue escalando hasta que, en un arrebato de ira, su padre la abofeteó con fuerza, haciéndola tambalear. Bella tropezó y se golpeó contra el borde del escritorio, dejándola aturdida.

—¡Eres un desastre, Bella! —gritó su padre, con los ojos llenos de desprecio—. No vale la pena hablar contigo. No entiendo cómo puedes ser mi hija. ¡Eres un desperdicio de tiempo!

Bella, con lágrimas en los ojos y la mejilla enrojecida por el golpe, intentó defenderse. —¡Papá, por favor, escúchame! Solo quiero que seas honesto...

—¡Cállate! —la interrumpió su padre, alzando la voz aún más—. Lo único que deberías hacer es concentrarte en tus estudios. Eso es lo único para lo que sirves. ¡No quiero escuchar más de ti!

Bella, temblando de rabia y dolor, salió corriendo de la oficina, con la sensación de que su mundo se derrumbaba a su alrededor. Corrió hasta su habitación, cerró la puerta con fuerza y se dejó caer al suelo, abrazándose las rodillas mientras lloraba desconsoladamente.

Más tarde esa noche, Bella se reunió con Emma en su habitación para hablar sobre el proyecto y sus sentimientos hacia Liam. Trató de disimular la marca en su rostro aplicando maquillaje, pero Emma notó que algo no estaba bien.

—Bella, ¿estás bien? —preguntó Emma, con preocupación en su voz—. Parece que ha pasado algo. ¿Qué te ha ocurrido?

Bella suspiró y se sentó en la cama. —Nada importante, solo un día difícil —dijo, tratando de cambiar de tema rápidamente—. ¿Cómo te fue a la final con el proyecto? ¿algún problema con tu parte?

Emma frunció el ceño, notando la evasión de Bella, pero decidió no presionar más. —Ha sido complicado, pero creo que habiamos avanzando bien. La parte de la investigación fue bastante intensa, pero creo que hemos logrado recopilar información valiosa por lo menos para pasar esta materia—respondió, siguiéndole la corriente.

Bella asintió, sintiéndose aliviada de que Emma no insistiera. —Sí, es cierto. He estado pensando en cómo podemos presentar nuestros hallazgos de manera efectiva. Tal vez podríamos hacer una maqueta o una presentación interactiva —sugirió, tratando de enfocarse en algo.

Emma sonrió, reconociendo el esfuerzo de Bella por centrarse en algo positivo. —Me gusta la idea. Una presentación interactiva podría captar la atención del profesor y de los demás estudiantes. Además, podríamos incluir gráficos y datos visuales para respaldar nuestra propuesta —dijo, entusiasmándose con el tema.

Bella se sintió reconfortada al hablar de algo productivo y creativo. —Perfecto, Emma. Trabajemos en eso. Creo que podemos hacer un gran trabajo si unimos nuestras habilidades —dijo, tratando de mantenerse positiva.

Emma se inclinó hacia adelante y le dio una palmadita en el hombro. —Estamos en esto juntas, Bella. Sé que puedes hacerlo, y estoy aquí para ayudarte en lo que necesites —dijo con una sonrisa de apoyo.

Bella agradeció en silencio la comprensión y el apoyo de Emma, sintiendo que tenía al menos una persona en quien confiar en medio del caos de su vida.



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En el texto hay: rivalidad, romance odio, romance accion juvenil

Editado: 18.03.2025

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