Amor en tiempo de zombies

Buenos Aires ha caído

Decidiste venir sin avisar a tus hermanas ni a tu madre, anteriormente me contaste que tu papá el doctor Angel había fallecido de un paro cardíaco dos años atrás, pensándolo bien fue afortunado por liberarse de ver a su familia devorada o infectada, pero me adelanto a los acontecimientos. 

Viniste sin avisar porque sabías que te lo impedirian ¿Quien viajaría a ciegas para encontrarse con un desconocido? 

Yo también le conté a mis familiares, amigos y colegas. Me decían : ¡Imposible que ella venga, ni siquiera te conoce! 

Pero se callaban cuando les mostraba tu foto, tu belleza les intimidaba y yo brotaba pecho. 

Exactamente era un año que nos enviábamos mensajes electrónicos y finalmente pudimos estar juntos. 

Fueron los mejores días que he tenido en toda mi vida. Entonces una noche mientras bailabamos después de una cena romántica me dijiste que era el hombre más tierno que habías conocido, que nadie había sido tan paciente, dulce y empatico con vos. Ese instante te besé en los labios con desesperación y supe que era el momento, tenía que hacer algo para no perderte. Me puse de rodillas y te pedí que te casaras conmigo, sonreiste y dijiste :«Si» 

Aquella noche fue inolvidable porque nos amamos con pasión y locura, nuestros cuerpos se fusionaron en un sentimiento único, el de saber que éramos el uno para el otro. 

Cuando desperté vos todavía dormías y aproveché para observar tu espectacular desnudez. No había la menor duda, eres perfecta. 

Cuando tomé el control remoto y encendí el televisor, quedé impactado al ver al presidente Evo Morales acompañado de sus generales que decretaba la ley marcial en todo el territorio nacional. En sus miradas claramente se reflejaba el miedo. Habría toque de queda desde las seis de la tarde hasta las seis del día siguiente y al que le en encuentren caminando fuera de esa hora podían pegarle un tiro. Se suprimió la libertad de prensa y de reunion de personas. Por supuesto nadie podía entrar ni salir del país porque las fronteras fueron cerradas. Había sectores en La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí que fueron declaradas zonas calientes donde hubo brotes de la pandemia. De momento a Santa Cruz no llegó ningún brote porque las autoridades fueron estrictas, pero no se sabía por cuanto tiempo. 

Nos subimos al coche dirigiéndonos al centro, las calles estaban tristes y vacías como si todos se escondiesen de algo terrible, el calor es sofocante y se respira un aire de intranquilidad, por increíble que parezca en todo el trayecto no vimos un solo carro patrullero, ni tan siquiera un oficial de tránsito. 

Llegamos a una estación de servicio para llenar el depósito del auto. Tendrías que estar ciego para no darte cuenta de que las cosas cambiaron sutilmente, hay un estado de alarma en la opinión pública. La gente de nuestro alrededor habla en susurros como conteniendo su angustia, dicen que el gobierno militarizo todas las refinerías más las reservas existentes y que se suspenderá el suministro. Hablan de las noticias en la radio que son bastante confusas y alarmantes, cuentan de tremendas explosiones y enormes incendios en las principales ciudades europeas, aparentemente incontenibles sin nadie que haga algo por combatirlos, dicen que la gente huye de sus hogares sin rumbo definido provocando carreteras colapsadas por miles de vehículos y es que en todo el planeta hay pánico por la ley marcial, ya que sí son encontrados fuera de la hora son fusilados en el acto... Ya no existen los privilegios para nadie. 

Donna está pálida y asustada, necesitaba saber si su familia se encontraba bien, así que la llevé al consulado de su país donde tenía ciertos contactos que podrían ayudarnos. 

Las oficinas del consulado estaban atestadas de ciudadanos argentinos desesperados por noticias veraces ya que la televisión sólo repetía imágenes pasadas de enormes multitudes zaqueando centros comerciales. 

Días atrás hubo un apagón mundial de los servidores de internet, no existe más. Todos los países del mundo cerraron sus fronteras, hay evacuación de ciudades enteras a supuestas zonas seguras. 

Donna se ve aturdida, confusa y cansada. Por fin pasamos a una oficina en la que mi buen amigo Federico Roldan nos indica tomar asiento y comienza a hablar con una calma bien disimulada. Mis años de práctica en los tribunales me permiten descubrir las pequeñas señales inconscientes que delatamos al mentir. El oculta algo :«Hace dos días perdimos todo contacto con Argentina, no hay internet, ni redes sociales, ni telefonía móvil o fija, sólo funciona la televisión local y la radio mientras tengan energía; los satélites dejaron de funcionar debido a la falta de operarios que simplemente ya no se presentaban a trabajar, ni se volvió a saber de ellos. Antes del apagón se registraron diferentes explosiones nucleares en China, Alemania, Rusia y España, sus autoridades y gobiernos dieron la orden de borrar ciudades enteras de la faz del planeta»

—Pero algo debe saber de Buenos Aires, ahí está mi madre y mis hermanas, toda mi familia —. Dijo Donna bastante afectada, literalmente temblaba con cada palabra pronunciada. 

El rostro del diplomático se rindió al terror, comenzó a temblar y gimotear :«Buenos Aires es un agujero negro. Argentina ha caído. Ellos no tardarán en llegar», exclamó antes de salir huyendo. 

Efectivamente llegarían doce días después. Irónicamente había un sector de la población que hacía caso omiso de las autoridades (lamentablemente me incluyo), y al cercarnos los engendros contribuyeron a que la ciudad caiga. 

 

 

 

 



#1166 en Terror

En el texto hay: muertosvivientes, romance, terror

Editado: 04.07.2021

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