Sofía se sentó en su sofá, con el teléfono en la mano, mirando la pantalla con una mezcla de emoción y ansiedad. Después de la desilusión con Juan, se había tomado un descanso de Tinder, pero Lucía la había convencido de que volviera a intentarlo.
"Vamos, Sofía, no puedes rendirte", le había dicho Lucía. "El amor está ahí fuera, solo tienes que encontrarlo".
Sofía se rió, recordando las palabras de su amiga. ¿El amor? ¿Qué era el amor? Un concepto abstracto, un mito, un sueño imposible.
Pero, a pesar de su escepticismo, Sofía se sentía atraída por la idea de encontrar a alguien especial. Así que, con un suspiro, se había decidido a volver a Tinder.
La aplicación se abrió, y Sofía se encontró con una avalancha de perfiles. Hombres guapos, hombres feos, hombres divertidos, hombres aburridos... ¿Dónde estaba el hombre de sus sueños?
Sofía comenzó a deslizar hacia la derecha, seleccionando a los hombres que le parecían interesantes. Y entonces, lo vio. Un chico guapo, con ojos azules y una sonrisa perfecta. Su nombre era Mateo, y su perfil decía que era ingeniero y que le gustaba la música y el cine.
Sofía se sintió un poco nerviosa, pero decidió enviarle un mensaje. "Hola, Mateo. Me gustó tu perfil. ¿Qué hay de ti?"
Mateo respondió de inmediato. "Hola, Sofía. Me gustó tu sonrisa. ¿Qué hay de ti?"
Sofía se rió, sintiendo un poco de emoción. ¿Sería este el hombre de sus sueños?
La conversación con Mateo fluyó fácilmente, y Sofía se rió mucho. Se enteró de que Mateo era un apasionado de la música y el cine, y que le gustaba viajar y probar nuevos restaurantes.
Pero, a medida que la conversación avanzaba, Sofía comenzó a notar algunas cosas que le parecían un poco extrañas. Mateo parecía un poco demasiado perfecto, un poco demasiado bueno para ser verdad.
"¿Qué pasa?", le preguntó Mateo, notando que Sofía se había quedado callada.
"Nada", respondió Sofía, tratando de sonar casual. "Solo estaba pensando en lo perfecto que eres".
Mateo se rió. "No soy perfecto, Sofía. Solo soy un chico que sabe lo que quiere".
Sofía se sintió un poco avergonzada, pero decidió seguir adelante. "¿Y qué es lo que quieres?", le preguntó.
Mateo se quedó callado por un momento, y Sofía se sintió un poco nerviosa. ¿Qué iba a decir?
"Quiero encontrar a alguien que me haga reír", dijo finalmente Mateo. "Alguien que sea divertida y apasionada, y que me haga sentir vivo".
Sofía se sintió un poco emocionada, y se dio cuenta de que Mateo era exactamente el tipo de hombre que ella estaba buscando.
"Yo también quiero eso", dijo, sintiendo un poco de esperanza.
La conversación con Mateo continuó, y Sofía se sintió cada vez más conectada con él. Se rieron, se contaron chistes, y se hablaron de sus sueños y aspiraciones.
Y entonces, justo cuando Sofía estaba a punto de sugerir que se vieran en persona, Mateo le envió un mensaje que la dejó sin aliento.
"¿Quieres ser mi pareja en Tinder?", le preguntó.
Sofía se sintió un poco sorprendida, pero no pudo evitar sonreír. ¿Era este el match perfecto que había estado buscando?
Sofía se sentó en su sofá, con el teléfono en la mano, mirando la pantalla con una mezcla de emoción y ansiedad. ¿Qué significaba que Mateo le hubiera pedido ser su pareja en Tinder?
¿Era esto el comienzo de algo serio? ¿O era solo un juego?
Sofía se rió, recordando las palabras de Lucía. "No te preocupes, Sofía. Solo disfruta del viaje".
Pero, ¿cómo podía disfrutar del viaje cuando no sabía adónde iba?
Sofía se decidió a hablar con Mateo, a preguntarle qué significaba su propuesta. Pero, justo cuando estaba a punto de enviarle un mensaje, recibió un mensaje de Lucía.
"Hola, Sofía. ¿Cómo va la cosa con Mateo?", le preguntó Lucía.
Sofía se rió, y le contó a Lucía lo que había pasado. "Me ha pedido ser su pareja en Tinder", le dijo.
Lucía respondió de inmediato. "¡Eso es genial, Sofía! ¿Qué vas a hacer?"
Sofía se encogió de hombros. "No sé. Me siento un poco confundida".
Lucía se rió. "Bueno, no te preocupes. Solo sigue adelante y ve qué pasa. Recuerda, el amor es un viaje, no un destino".
Sofía se sintió un poco más segura, y decidió seguir el consejo de Lucía. Le respondió a Mateo, aceptando su propuesta.
Y así, Sofía y Mateo se convirtieron en pareja en Tinder. Pero, ¿qué significaba esto? ¿Y qué pasaría en el futuro?
Sofía y Mateo comenzaron a hablar más a menudo, y Sofía se sintió cada vez más conectada con él. Se rieron, se contaron chistes, y se hablaron de sus sueños y aspiraciones.
Pero, a medida que la conversación avanzaba, Sofía comenzó a notar algunas cosas que le parecían un poco extrañas. Mateo parecía un poco demasiado perfecto, un poco demasiado bueno para ser verdad.
"¿Qué pasa?", le preguntó Mateo, notando que Sofía se había quedado callada.
"Nada", respondió Sofía, tratando de sonar casual. "Solo estaba pensando en lo perfecto que eres".
Mateo se rió. "No soy perfecto, Sofía. Solo soy un chico que sabe lo que quiere".
Sofía se sintió un poco avergonzada, pero decidió seguir adelante. "¿Y qué es lo que quieres?", le preguntó.
Mateo se quedó callado por un momento, y Sofía se sintió un poco nerviosa. ¿Qué iba a decir?
"Quiero encontrar a alguien que me haga reír", dijo finalmente Mateo. "Alguien que sea divertida y apasionada, y que me haga sentir vivo".
Sofía se sintió un poco emocionada, y se dio cuenta de que Mateo era exactamente el tipo de hombre que ella estaba buscando.
"Yo también quiero eso", dijo, sintiendo un poco de esperanza.
La conversación con Mateo continuó, y Sofía se sintió cada vez más conectada con él. Se rieron, se contaron chistes, y se hablaron de sus sueños y aspiraciones.
Y entonces, justo cuando Sofía estaba a punto de sugerir que se vieran en persona, Mateo le envió un mensaje que la dejó sin aliento.