Amor en Trámite

Capítulo 1.- Héroe Hecatombe

—Por más que lo intento, no logro entender qué rayos haces allá arriba—ella se mordió los labios mientras analizaba si su mejor amigo había perdido la cordura para haberse trepado a un árbol, siendo que él era tan torpe la mayor parte del tiempo— Dime algo, ¿estabas escapando de un apocalipsis o pensabas que eras un mono cuando te subiste allá?

La chica se cruzó de brazos mirando hacia arriba. Su mirada era una mezcla de intriga y diversión.

—Estaba salvando a un gato —Respondió el joven ojiazul atorado entre las ramas altas de un frondoso árbol.

—¿Encontraste un gato invisible? ¿Un gatito de peluche? ¿Está en tu imaginación? —cuestionó con diversión— ¿Tomaste alcohol por primera vez y egoístamente no me invitaste?

—No soy un vicioso, Elena. ¡A penas tengo dieciséis años! ¡Y tú tienes quince!—Se escandalizó— Era un gato real, Elena —gruñó después.

—¡No tenía idea de que conocía a un héroe! —respondió con sarcasmo, rodando los ojos—, quiero entender la materia gris que tienes en la cabeza... Si es que aún te queda algo de ella.

—Tonta —se quejó el otro—.
Vi un gatito en apuros. Estaba miaumiando asustado. Lo escuché y quise ayudarlo. No lo pensé mucho y me subí aquí.

—"Miaumiando" ni siquiera es una palabra existente, Fede... En fin... ¿Y dónde está el felino?

—Cuando terminé de subir, brincó y se fue. Tal vez y solo tal vez, subí en vano.

—Si dieran el premio al más bobo del mundo, creo que te lo ganas con los ojos cerrados.

—¡No necesito tus comentarios, Elena! —hubo un momento de silencio y suspirando derrotado, añadió—
Ayúdame a bajar de aquí... Por favor.

—Solo tírate y trata de caer de pie —Se encogió de hombros—. Los gatos caen de pie siempre.

—¡No soy un gato, Elena!

—¿Y qué quieres que yo haga? —se aguantó las ganas de reírse— Yo no te mandé a subirte a un árbol cuando eres un ser que tropieza cada cinco pasos. De todas las ideas que te flotan en la cabezota, esta estuvo fatal.

—No sé, piensa en algo...

Fede abrazaba la rama como si su vida dependiera de ello. En eso, el gato apareció. Era un esponjoso gato naranja. El muy traidor, había saltado con la agilidad de un acróbata para bajar del árbol, después de haber estado haciendo "miau" como si gritara por ayuda. Ahora se le veía de lo más tranquilo acicalándose en el suelo.

—¿En serio? —exclamó Fede ofendido, mirando al gato tan tranquilo, mientras que él ya estaba sudando frío del miedo de caer y romperse algo—. ¿Bajas tú y me dejas aquí arriba? ¡Fui estafado por un gato traidor!

En ese momento, Fede escuchó la hilarante y escandalosa risa de su amiga. Elena estaba parada al pie del árbol, y tuvo que recargarse en él ya que su ataque de risa la hizo doblarse un poco. La risa de la chica era tan divertida, que a pesar del miedo que Fede tenía, con escucharla, por un breve momento, sonrió.

—Qué héroe tan eficiente eres… No salvaste al gato, y quedaste atorado. Así que ahora el gato necesita salvarte a ti. Eres un Héroe hecatombe. Porque unos nacen con estrella, pero tu naciste estrellado y todo te pasa a ti —Elena encontraba la situación tan divertida, que calmar su risa fue todo un reto.

—¡No es gracioso, Elena! Estoy calculando la forma de bajar con dignidad. O por lo menos bajar sin romperme la cabeza —contestó él, ajustándose los lentes que amenazaban con caerse.

—Con dignidad, dice… —Elena aguantó otra risotada— Da las gracias con que bajes vivo y será ganancia.

—¿Y si llamas a los bomberos para que vengan por mí? —Fede la miró ya con algo de aflicción. Unos ojitos de borrego asustado que enternecieron a su amiga.

—Quieres bajar con dignidad y piensas llamar a los bomberos para que todo mundo se entere de tu rescate de niño bobo —Ella rodó los ojos y, sin pensarlo demasiado, comenzó a trepar por el tronco. Subía con la seguridad de quien tiene fe en su condición física.

—¡Oye! ¿Qué haces? —preguntó Fede, nervioso.

—Ayudarte a bajar con vida, tonto. No solo soy más alta que tú, también soy mucho más atlética—respondió, casi llegando hasta la rama donde él estaba atorado.

Pero antes que Elena pudiera alcanzarlo, Fede se movió causando que perdiera el equilibrio y cayó.

Elena que se había sujetado de una rama baja, extendió rápidamente la mano derecha y logró sujetar a Fede por el pantalón, a la altura de la cintura. Por un minúsculo y breve segundo soportó el peso de ambos, pero era demasiado para ella.

Fede movió desesperado los brazos, moviéndose como si nadara en el aire. Buscó en qué agarrarse pero no había nada de lo qué sujetarse.

—¡Como los gatos, Fede! ¡Ya es menos altura, trata de caer de pie!

—¡¿QUÉ!?

Todo fue muy rápido, aunque ellos lo sintieron eterno. Ambos cayeron del árbol con un golpe seco sobre la hierba, rodando un par de metros. Fede, en un torpe intento por proteger a Elena, terminó encima de ella, sosteniéndose con las manos a cada lado de su rostro.

Por un segundo eterno, quedaron mirándose a los ojos, escuchando el latido ensordecedor de su corazón. La respiración agitada, las mejillas encendidas y esa cercanía que jamás habían sentido antes. Fede tragó saliva, nervioso y a la vez embobado; Elena, por primera vez, no tuvo ninguna broma lista en la punta de la lengua. Se distrajo al ver tan de cerca los bonitos ojos de Fede, ocultados detrás de gafas enormes que no favorecían en nada lo delicado y dulce de su rostro.

—Ehm… —balbuceó él, incapaz de apartarse— ¿Te hiciste daño? ¿Estás bien?

—Estoy bien, satisfecha de rescatar al héroe de los gatos que no necesitan ayuda —su broma no surtió efecto en él, ya que no reaccionaba a darse cuenta de la posición tan cercana en la que estaban, así que ella habló de nuevo— ¿Nos quedamos así todo el día? —preguntó ella, con una sonrisa nerviosa y a la vez, divertida.

—¡No! ¡Discúlpame! —Fede se levantó de golpe, rojo como un tomate, y la ayudó a incorporarse. Sus manos se entrelazaron y algo distinto se sintió en ese tacto. Sus manos unidas, fue algo único. Algo casi mágico que les aceleró aun más el corazón.



#3047 en Novela romántica
#1018 en Otros
#365 en Humor

En el texto hay: amor, romance odio y amor, romance y humor

Editado: 19.09.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.