Aquel río caía sin detenerse, seguía su curso sin cambiar nada. Sin importar si le robaban parte de el, entonces ¿Por qué no podemos hacer lo mismo? ¿Por qué tenemos que quedarnos estancados? Cuando el tiempo te marca no puedes acomodar nuevamente lo que fue. Aquel hombre miró aquel río sin expresión alguna mientras cruzaba sus brazos atrás de su espalda. Como toda las tarde iba al río a contemplar aquellos recuerdos que habían quedado impregnados en aquel lugar, aún podía escuchar aquella risa al igual que aún podía apreciar su bello rostro
—Mi señor —se inclino su guardia
—¿Que ocurre Jimmy?
—Su alteza Reviv solicita verlo
—Bien, iré enseguida
Aquel hombre contemplo una vez más aquel lugar antes de ir hacia su visita. Vio aquel hombre parado de espaldas
—Raviv —hizo un gesto para que se sentara —, ¿Que te trae por aquí?
—Necesito hablar contigo Eliseos
—Tu diras —tomo un poco de té y le sirvió
—¿Recuerdas ese pacto que hicimos hace años? —el asiente —, necesito que lo cumplas ahora
—Claro cuidaré de ella al igual que mis guardias solo es cuestión que mis guardias la sigan...
—No, necesito que hagas más que eso -vio el desconcierto en el rostro de el —, necesito que te cases con ella
—Sabes que un juramento nunca se rompe -suspiro —, pero casarme con ella
—Por favor Eliseos -bajo su mirada —, ella hace poco bajo a la tierra. Se enamoró, pero fue un amor no correspondido
Eliseso se levanto dándole la espalda mientras cruza sus brazos en ella
—Eso era imposible, y ella lo sabía —negó —, recuerda que su majestad había decidido un futuro sobre Reluminium y ella no podía hacer nada para cambiarlo
—Por eso te pido que la hagas tu esposa
—¿Quieres que sea su paño de lágrimas? —cuestionó
—Solo estoy ayudándote —se levantó —, su majestad quiere que te cases y no le importa quien. Ahora podemos ayudarnos mutuamente
—¿Como te has enterado?
—¿Te recuerdo de quien es hija mi esposa? —negó —, estoy seguro que si pides la mano de mi hija ante su majestad estará más que complacido. Caillech es su nieta y desea lo mejor para ella
—¿Y ella está de acuerdo?
—Ella sabe que es lo mejor, antes que su majestad decida por ella
—Bien, me presentaré ante su majestad mañana para pedir su consentimiento y casarme con ella
—Gracias Eliseos
Aquella mujer caminaba por los jardines de su hogar, lentamente acariciaba aquel pétalo de aquella flor. Mirando hacia el lago camino y aquella imagen apareció sobre el agua causándoles dolor. Miraba aquella pareja abrazando aquel bebé
—¿Hasta cuando estarás así? —pregunto un mujer de cabellos blancos
—Supongo que hasta que deje de doler —volteo a verla —, o me dices ¿Como lo hiciste tu?
Aquella mujer suspiró mientras miraba aquella imagen apareciendo aquel hombre con una gran sonrisa
—Dolerá por un tiempo -negó —, pero pronto llegará alguien y el dolor desaparecerá, trayendo felicidad
—¿Y el amor mamá? —vio como ella apartaba su mirada —, no creo poder soportar una vida sin amor. Tendría una vida solitaria y triste
—Eso no es verdad -tomo su rostro —, puedes ser feliz con tu esposo
—No importa yo no... —vio como su madre le daba la espalda —, ya lo decidieron por mi
—Sabes que lo hacemos por tu bien
—¿Quien es?
—Tienes que casarte o su majestad decidirá por ti
—Mi abuelo no seria capaz
—Tu abuelo decidirá pronto un matrimonio para ti —la miro —, te sugiero que aceptes al hombre que hemos elegido para ti antes de que no podamos hacer absolutamente nada por ti
—Pero madre ¿Quien es?
—Es Eliseos —dijo una voz a sus espaldas —, y mañana irá con su majestad para pedir tu mano
Ella volteó a ver a su padre y con cierto pesar soltó aquellas palabras
—Padre, ¿ha dado su consentimiento? —el no lo negó —, bien me casare. Pero antes necesito hablar con el
—Hija...
—Esa es mi única condición
—Enviaré una nota para que venga...
—Iré yo a su casa
—Pero eso... es inapropiado —habló su madre
—Pronto me casare con el... no veo nada malo en ir —les dio la espalda —, al final de cuenta pronto será mi casa
Se paró frente de aquella puerta a unos pasos del lugar que pronto se volvería su hogar, pero aún dudaba poder llamarlo de ese modo. Levanto poco su vestido liso que caía a sus pies, mientras la capa cubría su rostro
—Necesito hablar con su señor —dijo sin mostrar su rostro
—El señor no puede resivir vistas en este momento —dijo duramente —, vuelva después
—Dígale que Caillech solicita verlo, seguro me recibirá
Aquel hombre salió en dirección hacia el jardín donde vio a su señor leyendo
—Mi señor —se inclino —, tiene vista
—No tengo ánimos de ver a nadie —no parto su mirada de aquel escrito —, decid que se marche
—Mi señor... es la señorita Caillech
Aquel hombre bajo aquel escrito el solo escuchar ese nombre, mientras dirigió su mirada aquel hombre
—Hazla pasar
—Si señor
Aquel hombre la hizo pasar mientras esperaba a que el llegara se mantuvo parada apretando levemente su vestido
—Señorita Caillech
—Su alteza —hizo una leve inclinación —, disculpe molestarlo en estos momentos
—No se preocupe —señaló el sillón —, por favor tome asiento
—Gracias
Los dos se sentaron y ante el silencio el hablo
—¿Que la trae por aquí? —pregunto aún presintiendo la respuesta
—Quiero pedirle que cancele la boda
La sopesa fue evidente en el rostro de el ya que no esperaba esa respuesta
—Se que usted como yo no desea esta boda —suspiró —, así que por favor cancele esta boda
—¿Como sabe usted que no lo deseo?
—¿Q-Que? —preguntó confundida
—¿Como está tan segura que no quiero casarme con usted?
—Por que no me ama —se quito su capa —, todo el mundo sabe que aún ama a su difunta esposa
El ante la mención de su esposo sintió un dolor, sin más se levanto