Amor entre Deidades

7. El temor

Los nervios estaban presentes en Caillech y eran notables en la forma que estruja aquel vestido mientras espera sentada en aquella cama. Su sirvienta estaba a su lado esperando la llegada de su esposo, enfrente de ella estaba aquella mesa llena de bocadillos, dos copas de vino y una jarra de vino. Caillech trató de quitarse el velo pero su sirvienta no se lo permitió  

—No mi señora —detuvo sus manos —, eso lo debe hacer su esposo  

—Pero Lia —protesto —, no creo que… 

Antes de que ella terminara aquella frase las puertas fueron abiertas dejando ver la figura de Eliseos  

—Puedes retirarte Lia 

—Si señor —se inclinó para después irse dejando los solos  

Los nervios se dispararon aún más en Caillech cuando escucho como las puertas eran cerradas por su sirvienta. La incertidumbre la carcomía al no escuchar la voz de su esposo pero sus pisadas delataban su presencia. Supo que estaba enfrente de ella cuando pudo ver sus zapatos. Eliseos había dudado en ir a los habitación de su esposa, pero hay estaba parado frente de ella, acerco sus manos rosando la tela de aquel velo toda la velada quería verla sin eso cubriendo su rostro y por fin la iba a ver  


Cuando el alzo el velo ella lo miraba y había un brillo en aquellos ojos que le estremeció. La tomo por el codo, para lentamente ayudarla a levantarse quedando frente de el a una poco distancia de su cuerpo  

—Eres muy hermosa —acarició su mejilla y ella no pudo evitar cerrar su ojos —, te prometo que haré lo necesario para que sea la mejor noche a mi lado  

Caillech abrió sus ojos para observar aquellos que la miraban con la promesa reflejada en ellos. Eliseos la beso posando una de sus manos sobre su nuca al mismo tiempo que la otra la tomaba por la cintura atrayendo la aún más a su cuerpo. Tímidamente Caillech movió sus manos por su pecho hasta enredar los en sus nuca profundizando aquel beso. Para ella ese beso le estaba entregando el alma sin saberlo y eso es lo que menos le importaba ahora. Solo sintió como el movía sus manos por su cuerpo 

Eliseos se separo para verla al mismo tiempo que llevaba sus manos hasta su cabello sacando las horquillas dejando que su cabellera blanca cayera en cascadas sobre sus hombros, sin apartar su mirada desató el cinto que sostenía el vestido, haciendo que quedara suelto. Tomo el borde de ambos lados para dejarlo caer por los brazos de su esposa dejándola en un fondo trasparente dejando entrever su cuerpo  

Caillech no pudo evitar sonrojarse, mientras Eliseos besaba su rostro para luego ir descendiendo hasta su mandíbula hasta llegar a su cuello donde besaba, mordisquea antes de apartar el tirante y dejarlo caer. Sintió una electricidad en su cuerpo al sentir las manos de su esposo sobre su piel. Con cuidado la acostó en la cama mientras el se situaba sobre ella sin dejar todo su peso  

—Eliseos —susurró cuando el tomo su pierna y la acariciaba  

—Shhh, solo déjate llevar —beso su cuello al igual que bajaba has el comienzo de sus pechos  

Eliseos beso y acaricio cada parte de su cuerpo, mientras el se despejaba de su ropa, colocándose en medio de sus piernas  

—Será solo un momento —susurró 

Justo cuando se hundía dentro de ella, escucho el quejido de dolor de ella. Pero la beso para que se olvidara de ese dolor, cuando el sintió que ella ya se había acostumbrado a él. Se movió lentamente con estocadas cortas provocando que ella soltara un gemido en aprobación. Caillech jamás había sentido tanto placer como en esos momentos, era tanto que no notaba como clavaba sus uñas en la espalda de su esposo haciendo que el gimiera de placer, aumento la velocidad en las estocadas cuando sintió como su esposa arañaba su espalda volviéndolo loco de placer  

Después de unas estocadas más, se corrió dentro de ella quedando exhaustos, uno junto al otro  

—Lo siento —dijo de la nada Caillech —, te he lastimado con mis uñas 

El solo negó  

—No lo has hecho, no te preocupes  
Se levanto apoyando su espalda en el respaldo de la cama, mientras la sabana cubría la cintura para abajo —, ¿Te he lastimado?  

Pregunto al verla que cubría su cuerpo mientras le daba la espalda  

—No  

—¿Te duele?

—No 

El poso su mano sobre su hombro y el vio como ella daba un pequeño salto al sentir su piel  

—Si no te gusta que te toque solo tienes que decirme —dijo molesto mientras aparta su mano  

—No es eso… —dijo sonrojada —, me… gusto lo que sentí. Solo que no se que se hace después de eso  

El sonrió mientras colocaba su mano sobre su hombro acariciando aquella marca sobre el 

—Hay muchas cosas que podemos hacer después de eso —se inclinó besando la marca —, pero lo mejor es descansar  

Ella solo asintió y antes de cubrir su cuerpo antes de el hormigueo que sentía en su piel donde él había besado se hiciera más fuerte. Con ese pensamiento dejo que el sueño la venciera dejando a Eliseso observándolo, antes de acariciar su rostro, la culpa no lo dejaba dormir. Se había entregado a otra persona y fue en ese momento que se dio cuenta que no había pensando en ella, Swan. Y el temor de olvidarla se hizo presente, haciendo que abandonara aquella cama, se vistió rápidamente para salir de hay  

La mañana llego y al despertar Caillech esperaba encontrar a su esposo junto a ella pero no fue así estaba sola en aquella habitación  

—Buenos días mi señora —apareció una muy sonriente Lia con las cosas para su aseo —, ¿Cómo amaneció?  

—Bien Lia —tapó su cuerpo con la sábana —, ¿Mi esposo, esta desayunando? 

—No mi señora —alzo la bata mientras se la colocaba a Caillech —, el señor salió muy temprano y no dijo donde iba 

—Gracias Lia  

Caillech dejó que su sirvienta le ayudara con su aseo. Mientras mil preguntas se arremolinan en su cabeza. La mañana se fue rápido y cuando de dio cuenta estaba nuevamente comiendo sola 

—¿El señor aún no ha llegado? —le pregunto a su sirvienta sin mirarla  




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