Sintió la pesadez de sus ojos mientras sentía la boca seca, había tenido un sueño; un lindo y magnífico sueño en el que Eliseos acudía a ella para cuidarla al igual que a sus bebés. Se había enterado de ellos después de dejar a Cefíro en su casa aquel triste día
Flashback
Sintió el dolor oprimiendo su vientre, era un dolor desgarrador como si le arrancarán la carne de su cuerpo. Se apoyo de aquel árbol ya se había alejado demasiado de la casa de su suegra para pedir ayuda
Un grito desgarrador salió de sus labios al sentir el dolor aún más fuerte, cuando lo vio aparecer frente de ella
—Reluminium… por favor ¡Ay! —grito
Reluminium la tomo en sus brazos hasta desaparecer con ella. Apareciendo enfrente de su hermana
—Caillech, tranquila estarás bien
La trataba de calmar mientras Reluminium iba a su cuarto de medicina para ayudarla. En eso el pequeño Ryu corrió hasta donde ellas estaban. Miro su vientre y sus ojos se tornaron totalmente rojos
—To télos tis epochís (El final de los tiempos)
En eso a Perséfone le vinieron visones de caos, sangre, batalla y destrucción. Al mismo tiempo que veía luz, esperanza, humanidad. El bien y el mal luchaban sin fin hasta que alguien de la sobra impedía ver más
—I machi tou kaloú kai tou kakoú (La batalla del bien y el mal) —miro a Caillech —, tienes que ser fuerte Caillech por ti y por ellos tienes que ser fuerte
—¿Ellos?
—Vas a tener dos hijos, el Yin y el Yang —acaricio su cabeza —, pero hay alguien más que no logro ver
Fin del flashback
Se incorporó mirando a su alrededor y vio que tenía razón era un sueño por que Eliseos no estaba a su lado, con mucho cuidado tomo aquella taza antes de olerla y pudo identificar el sabor de frambuesa tomo con cuidado un sorbo antes de dejarla. Miro la mesa donde había muchos platillos, pero ninguno le llamaba la atención
—No puedes dejar de comer —hablo Eliseos saliendo de su escondite
La había visto todo el tiempo desde el momento que se despertó, siguiendo sus movimientos hasta observar que no había comido
—¿Qué haces aquí? —pregunto al mismo tiempo que trataba de ocultar su vientre con la sabana
Gesto que no pasó desapercibido para Eliseos
—No pensabas decírmelo —afirmó mientras tomaba la sopa y soplaba para darle de comer
Ella con nerviosismo tomo aquella cuchara que le ofrecía entre su boca
—¿Cómo te enteraste? —lo miro —. Lia ¿Te dijo?
—No —le extendió otra cucharada de sopa —, vine y te encontré mal. Cuando de repente apreció Reluminium y te salvamos
Ella rápidamente llevo la mano a su vientre preocupada
—¿Ellos están…?
—Si, están bien —dejo la sopa para darle un poco del té —. Debes cuidarte por ellos, al igual que yo cuidaré de ti… de ustedes
—No tienes por que hacerlo —negó —, puedo cuidarme…
—Son mis hijos Caillech y no los dejaré —la miro —. Ellos no tienen que sufrir lo que nosotros estamos haciendo
—No quiero obligarte a esto —esquivo su mirada —. Ya te viste obligado a casarte conmigo no quiero que sientas lo mismo por ellos
Llevo la mano hasta su vientre donde sus hijos estaban creciendo, cuando de la nada otra mano se posó sobre la suya
—Los cuidare —sonrío —, de ahora en adelante me tendrán para lo que necesiten
—¿Podrás? —vio el desconcierto y la vulnerabilidad en sus ojos —, ¿Podrás hacerlo sin sentir culpa?
El se levanto dándole la espalda
—Lo sabes, ¿Desde cuándo? —Miro sobre su hombro
—Desde la primera noche —se levanto y el la ayudo hacerlo —. Pero no te preocupes jamás pediría algo que no puedes darme
Le sonrió y el hizo lo que su ser le pedía. Acorto la distancia que los separaba y la beso, un beso cálido y lento tomándose el tiempo para saborear su sabor. Se separó sin soltarla mientras la miraba directamente a los ojos
—No quiero olvidarla —susurro
—Y no lo harás —acaricio su mejilla —, siempre estará en tu corazón
—Tengo miedo, miedo de olvidarla pero también tengo miedo de perderlos a ustedes —dejo que una lágrima resbale por su mejilla
—No lo harás —le aseguro —, de eso nos encargaremos. Pero mereces ser feliz o al menos intentarlo
Tomo su mano llevándola hasta su vientre
—Quiero saber si tu estas dispuesto hacerlo —sonrío —, si quieres intentar ser feliz con nosotros
—Quiero, quiero intentar ser feliz… que intentamos ser felices —tomo su rostro —, juntos como lo que somos… una familia
—Una familia —afirmo con una sonrisa
Antes de darle un casto beso, para Caillech era como estar en un sueño por fin comprendía la palabras de su madre. Iba a formar su familia e iba a ser feliz a pesar de no había amor
—¿Quieres ir a tomar aire al jardín? —acaricio su rostro —, ¿o quieres quedarte aquí?
—Quiero ir al jardín, me doy cuenta que el aire fresco me ayuda a no sentirme fatigada
Caminaron hasta el jardín llegando casi al río y Caillech se detuvo
—Si quieres puedes dejarme aquí
—No, iré contigo
—Pero… —miro hacia el río
Uno de los sirvientes le había dicho que su esposa pasaba todos los días con su difunta esposa en los jardines cerca del rio. Mientras ella regaba su jardín o le preparaba el té, él le gustaba observarla con una sonrisa
—Vamos —le dijo
Sabia por que quería que ser fuera, pero era verdad lo que le dijo, él quería ser feliz… o intentarlo junto a su nueva familia y eso haría. Solo pedía que Swan lo perdonara por llevarla al lugar que era de los dos
—¿Estas bien? —pregunto cuando se sentó en la banca —, ¿Se te antoja algo para comer o tienes sed?
Ella con una sonrisa negó, mientras extendió su mano hacia el
—Solo quiero que te sientes junto a mi