Caillech al ver la sonrisa que Sloan le brindaba a alguien que no era su futura esposa volteó a ver encontrando a quien ella consideraba su hermana le brindó una sonrisa que ella no le correspondió, en cambio su semblante se endureció al observar su vientre. Para Eliseos no pasó desapercibido el disgusto que sentia aquella mujer al ver el vientre de su esposa así que con protección tomo por la cadera a Caillech mientras posaba su mano en su vientre, le regaló una sonrisa que ella le devolvió. La ceremonia fue tan linda y sin duda se podía notar el amor que se profesaban Sloan y Amina mientras ellos saludaban a todos los presentes en la ceremonia una pareja se alejaba de aquella fiesta para pasar un rato a solas. Cuando llegarían aquel manantial ella con ayuda de Eliseos se agachó a tocar el agua
—Cuando era niña me gustaba meterme a bañar aquí —sonrió y señaló aquella cascada —, detrás de esas aguas hay una cueva. Donde yo me la mantenía oculta cuando no quería ver a nadie
—¿Por qué hay? —le pregunto mientras acariciaba su espalda
—Por que es el lugar más tranquilo —cerró los ojos —, por que cuando cierras los ojos al estar hay adentro puedes escuchar el agua caer mientras el cantar de las sirenas llega hasta ahí
—No sabia que también estaba en el cielo las sirenas —lo miro —, pensé que estaban en la tierra
—Este manantial es la puerta hacia su reino —señaló una gran pared de rocas que tenía tallado una inscripción —, fue la alianza de paz. Cuando el rey de los zorros, el padre de Amina se casó con su madre, ella pertenecía a las sirenas
—¿Sabes la verdad? Que Amina no es mi sobrina de sangre
—Todos en reino celestial y en los clanes saben la verdad
—Cierto
Sonrió y ella imitó su acción antes de sentir sus labios sobre los de ella en un casto beso
—Aún que me hubiera gustado conocerla —abrazo a Eliseos —, dicen que era hermosa
—Lo era
Caillech se separó para verlo
—¿La conociste? —él asintió —, pero… ella murió hace muchos años
—Exacto, tu apenas habías nacido —acaricio su cabello
—Eso quiere decir —sonrió —, que ya estás viejo
Caillech no pudo evitar reír al ver su cara
—No, puede ser —lo señalo —, ando con un viejo
Ella solo sonrió antes de abrazarlo
—Aún así me gusta este viejo —coloca su cabeza en su pecho
Eliseos solo sonrió antes de abrazarla y así se mantuvieron sin saber que alguien los observaba con tristeza y envidia
—Pensé que ya era pasado
Escucho una voz a su espalda a lo que ella volteo
—Tu enamoramiento hacia Eliseos —le hizo saber
—Eso es algo difícil —volvió a verlos —, no puedes olvidar a quien ha sido tu primer amor
—Pero ahora eres casada —señaló con la cabeza a la pareja —, y él también. Al menos deberías guardar distancia por respeto a tu esposo
Ella solo pudo soltar un pequeña risa
—Mi esposo —negó —, mi esposo ni siquiera me hace caso. Y menos ahora que a llegado aquella intrusa al palacio
—¿Quién? —pregunto Sloan —, ¿Quién ha llegado?
Ella soltó un suspiro
—Nadie, olvídalo mejor iré a ver a mi esposo
Dijo para luego ver otra vez a la pareja que estaba besándose, con una molestia en su pecho se dio la vuelta para irse. Aine camino entre los invitados hasta que su esposo aprecio en su campo de visión, lo observo reír y hay estaba esas inmensas ganas de llorar. ¿Por qué ella no podía ser feliz? Había decidido renunciar a su primer amor al enterarse que se casaría con Caillech, tomando la propuesta de aquel rey de convertirse en reina, a pesar que sabía que no habría amor al menos se imagino felicidad que por su puesto no tenía ¿En qué se había equivocado? Cuando su marido la observo le dedicó una sonrisa antes de caminar hacia ella, con ternura la tomo por la cintura para luego darle un casto beso
—¿Dónde te habías metido cariño? —Aine sonrió falsamente —, te presento a Kerr la mano derecha de tu hermano
Ella sonrió y el le devolvió la sonrisa aún más grande al mismo tiempo que un brillo apareció en sus ojos
—Ya nos conocíamos —dijo el guardia —, es un honor volver a ver a la hermana de mi mejor amigo
Tomo su mano y beso el dorso quedando más tiempo de lo normal sin apartar la mirada de sus ojos. Aquella acción no paso desapercibida para Alaric que con posesividad colocó su brazo en su cintura para atraerla a su cuerpo
—Fue un gusto, Kerr —miró a su esposa — pero nos tenemos que ir
—¿Tan pronto? Si acabamos de llegar
—Hay cosas que tenemos que resolver en el reino
—Bueno —suspiro para luego ver a Aine —, espero volverte a ver pronto… en compañía de tu esposo claro
Sin decir más desaparecieron sin despedirse de nadie más
hola mis queridos lectores aquí les dejo otro capitulo de esta historia. He estado pensando seriamente en hacer una mini historia de Aine y Alaric, pero aún no me decido. Pero por mientras me decido dejo ese pedacito para que le vayan agarrando cariño. Sin más hasta el siguiente capitulo 🥰