Amor entre Deidades

30. Galván y Akuma

Ante aquellas palabras los hermosos rayos del sol fueron ocultos al volverse el cielo oscuro mientras unos rayos sonaban alumbrando el cielo  

—Ve adentro y protéjanse  

Le ordeno mientras se encaminaba hacia la mansión  

—No, Eliseos —lo detuvo sosteniendo su brazo — por favor. No vayas  

—Tengo que ir mi amor —le hizo saber mientras tomaba su rostro con ambas manos —. Mi hermana puede estar en peligro  

—Pero tu también puedes estar en peligro, no vayas  

—Te amo —besos sus labios apoyando su frente a la de ella —, lo siento  

Con aquellas palabras desapareció dejándola desconsolada mientras gritaba su nombre. En eso sintió un fuerte dolor en su vientre  

—¡Haa! —gritó al momento que su hermana apareció —. Perséfone, ¡Haa! Me duele  

—Lo se Caillech, tus bebés están apunto de nacer  

—No, ellos aún no pueden nace… ¡Haa! Eliseos no… no está aquí ¡Haa!  

—Lo siento Caillech —le dijo antes de verla  

—Tu, ¡Ha!... tu sabías que esto pasaría, que… Eliseos no estaría ¿Qué… que  más me estas… ocultando?  

—Te dije que tus hijos eran especiales Caillech —miro al cielo —. La vida es así, unos nacen y otro… mueren  

—No, no,  él no pude morir —soltó en llanto —. No me lo pueden quitar  

Sollozo antes de sentir un líquido correr por sus piernas 

—Caillech tenemos que traer a tus hijos al mundo  

Con esas palabras Relumini el cual hasta ahora se había mantenido callado la cargo antes de aparecer en aquella habitación  

—Ve ayudar, yo me encargare de ellos —le dijo su esposa lo que él asintió antes de desaparecer  

Perséfone junto con Lia empezaron a preparar todo para traer a los hijos de Caillech al mundo, pero después de varias horas ellos aún no podían nacer 

—Que pasa señora Perséfone, ¿Por qué los hijos de mi señora aún no nacen? —pregunto una muy preocupada Lia 

—Algo va mal, parece que uno de los bebés está impidiendo nacer al otro  

—¿Qué?, ¿Qué vamos hacer?  

—No lo sé, ella está ya muy débil no creo que resista más 

—Perséfone… salva… salva a mis bebés y… diles… que los amo 

Con aquellas palabras Caillech perdió el conocimiento mientras su hermana y sirvienta trataban de reanimarla, pero cada intento era en vano. Cuando de repente una luz blanca apreció en aquella habitación, Perséfone volteó encontrándose con una mujer de bellos rasgos, su ropaje blanco eran tan relajantes haciendo contraste con su cabellera negra, la sonrisa que estaba pasmada en su rostro trasmitía tanta paz  

—Swan… —susurró Perséfone  

Aquella mujer sonrió mirando aquella mujer que aún permanecía en aquella cama inconsciente, camino hasta ella sentándose en el borde de la cama para luego acariciar su cabellera blanca  

—Has crecido bien —miro el vientre de Caillech —, has cumplido tu promesa. Ahora es tiempo que yo cumpla la mía  

Coloco su mano sobre el vientre justo en el momento que sintió un movimiento  

—Se que tienes miedo pequeña, pero todo va a estar bien, es momento de salir. Aquí hay gente que te espera y una persona en especial ha esperado mucho tiempo por ti  

Con aquellas palabras se acercó hacia el oído de Caillech para susurrar  

—Gracias por cumplir tu promesa, ahora es tiempo que despiertes y de que seas feliz junto con él  

Cuando Perséfone trato de acercarse nuevamente se vio deslumbrada por la luz que destello del cuerpo de Swan en el momento que desapareció, llegó hasta su hermana  

—Caillech —susurró —, por favor despierta  

En eso tanto su madre como la madre de Eliseos aparecieron en la habitación  

—Hija —susurró Cala —, ¿Cómo esta tu hermana?  

—Madre esta muy mal, pero no te preocupes ella estará bien al igual que mis sobrinos  

Las dos observaron a Caillech mientras su suegra se acercaba a ella  

—¿Swan? —ella volteó a ver a Perséfone con una pluma blanca sus manos —. Swan estuvo aquí, ¿Verdad?  

Perséfone solo asintió antes de que la madre de Eliseos sonriera  

—¿Sabes que es lo que significa esta pluma? Significa que Swan le a dado su ayuda para que pueda vivir  

Todo a excepción de la madre de Eliseos tenían la confusión plasmada en su rostro  

—Los cisnes eran considerados las Deidades de la inmortalidad  por que guardaban la esencia de la eternidad —volteó a ver a Caillech —. Pero no sabían que esa inmortalidad solo podían entregarla si un cisne intercambiaba su vida por la de la otra deidad  

La mamá de Eliseos coloco la pluma justo encima de donde se ubica el corazón de su nuera en eso la pluma empezó a brillar y se fue uniendo a la piel de Caillech volviéndose uno, vieron como de los ojos de Caillech salían lágrimas antes de escuchar su grito de dolor 

—Perséfone colócate para ayudar a tu hermana —habló Cala  

Ella así lo hizo, se coloco entre sus piernas para ver atraves de ellas antes de volver a escuchar los gritos de Caillech  

—¡Eliseos! —gritó antes de que escuchara el primer llanto —, mis bebés  

Susurró antes de volver a pujar con fuerza antes volver a gritar con más fuerza  

—Vamos mi amor, tu puedes —le hablo su madre  

—Mamá, mis bebés Aaah  

Volvió a pujar antes de que otro llanto se escuchara en toda la habitación mientras los rayos inundaban los cielos y el cielo estaba totalmente oscuro. Dos hermanos nacidos con una misma marca cada uno; el varón, el cual se mantenía en calma tenía la marca de un ave a unos centímetros del codo mientras que la mujercita estaba muy inquieta y su llanto no cesaba; su marca estaba ubicada en la parte interna del brazo justo en la misma ubicación que la de su hermano  

—Madre, quiero verlos —susurró Caillech —, déjeme verlos  

Tanto Cala como Perséfone le colocaron a sus dos hijos junto a ella, la cual soltó unas lagrimas al ver a sus pequeñas criaturas  

—Mis pequeños —miró al varón acariciando su cabeza —. Galván  




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