---Unos Días Después---
Una joven rubia, con el típico uniforme de enfermería, blanco y en perfecto estado, se encuentra con una cara larga, suspirando, mientras mira su reflejo en el carro rojo donde está contando los utensilios que están destinados para el área de hospital del tercer piso.
-Espero que no se note mucho- Murmura estas palabras en voz baja, mientras anota los resultados de cada material que cuenta y así realizar su reporte diario.
-June, sabes que no está permitido que los internos y quienes hagan su servicio social usen algún tipo de producto de maquillaje- La voz suave de aquel enfermo que se volvió su mentor para los primeros meses de su estadía en este hospital.
Concentrado mientras cuenta cuidadosamente los medicamentos de una gran vitrina que se mantienen siempre bajo llave, y solo muy pocos tienen acceso a estos.
Dando un salto en su lugar, estremeciéndose de pies a cabeza, bajando su mirada un poco avergonzada –Eh… No sé… De que está hablando…- Intenta mentir lo mejor posible aunque sabe que no le va a funcionar de nada.
Sin siquiera apartar su vista y manos de su labor, solo lanza una pequeña risita, muestra de que claramente se divierte con la joven –Oh, ¿Enserió?-
Derrotada, frunce su ceño, mientras cierra la parte superior del gabinete móvil de color rojo, con el resultado de que todo el material está en orden y la cantidad exacta contando lo que se utilizó y verificando que por ahora no se necesita rellenar.
-Solo es un poco… No quiero que el moretón se siga viendo- Deja el registro sobre el mueble de color carmín, para alzar sus manos al nivel de su pecho en forma de puño e inflar un poco las mejillas –Es que… Todos se han estado burlando de mí, por tener este golpe y que “Casualmente”- Alza sus dedos en el aire para hacer comillas –Shun, el nuevo interno para médico General-Pediátrico o lo que sea, también tenga el mismo- Para este punto se señala la frente, justamente en medio, donde ahora no se ve nada por la buen base que está usando.
Al parecer ese joven peliverde, de mirada adorable, soñadora y bastante dulce, se ganó algo el desprecio de la rubia futura enfermera.
Que a plena vista solo puede enfatizar los dos malos momentos que la hizo pasar, las vergüenzas y algunas burlas de cosas mal intencionadas, además de pésimas interpretaciones de la situación.
Pues… Los compañeros tanto de enfermería, como residentes, no dejan escapar la oportunidad de burlarse y hacer preguntas poco agradables.
“¿Qué estabas haciendo con el nuevo interno?”
“Je, je, je, ¿Quién diría que buscarías carne fresca, June?”
“Ha, ha, ha. Pero si June tiene también poco tiempo de haber ingresado a su servicio social. No la juzguen como una vieja. Ha, ha, ha”
Tantas tonterías le dijeron en los almuerzos posteriores al accidente, también en momentos en que se debían reunir por cualquier razón, o que coincidieran la mayoría de los internos en donde Shun se encontraba, no se ocultaban los comentarios mal intencionados por la bajo.
Y considerando que ella quería verse como una joven dedicada a su estudio, a su labor y hermosa vocación, que solo quería aprenderla lo mejor posible… No deseaba estar en boca de todos con ridiculeces que no tienen importancia alguna.
Por lo cual, su panquea imagen de joven dedicada y seria que se formó en el poco tiempo que tiene allí, se derrumbó rápidamente con algo tan simple como un golpe por una caída y un intento de ayuda.
Sus pasos los dirige pesadamente hacia el área de control donde Mu se encuentra, pasando las hojas de registros hacia la carpeta de bitácora diaria, sin mayores ánimos empieza escribiendo la fecha.
-Es que… ¿Por qué pasa esto?- Sigue con el tema, hablándolo en voz alta, aprovechando que para esta hora son los primeros en llegar –No deberían estar pensando cosas sucias las demás personas. Eso de que Shun y yo estamos en algo así es una tontería- Los comentarios y chismes de esta índole que a veces rodean al cuerpo médico, producto de un estereotipo muy arraigado…
Algunos son ciertos, otros solo son inventos para un mal prestigió, que llegan a causar muchos estragos, que a veces no solo se quedan en el trabajo.
Usualmente, el enfermero de cabellera lila que se encuentra atada en una coleta alta, le dedicaría algunas palabras de ánimo o concejos a su joven pupila, pero… Esta vez, se encuentra absorto en su labor, ya que no podía entender una cosa, o mejor dicho… Los números no coinciden.
-Qué extraño- Su tono se vuelve algo serio, mientras sus esmeraldas se fijan en los estantes superiores.
Al escuchar eso, la joven que se encuentra sentada llenando el registro diario, se gira para saber a qué se refiere el mayor, pues noto muy raro su manera de expresarse -¿Sucede algo malo?-
Frunce el ceño, negando con la cabeza y revisando de nuevo la hoja que le habían entregado del turno nocturno –Según el conteo de anoche… Y el registro de uso de medicamentos del área, no deberían faltar ningún controlado, pero…- Hace para un lado la tabla que lleva apoyada en su brazo izquierdo –Faltan dos Alprazolam, tres Clonazepam en gotas y diez Sertralina-
Técnicamente, no era la primera vez que se ve esto en lo que fármacos controlados se refiere… A veces llegaban a faltar, y claramente esto se vuelve un problema enorme al momento de investigar a donde fueron destinados.
Aunque, poco tiempo después de eso, siempre aparecían los registros que “Casualmente” se habían traspapelado, y llegaban de nuevo a los documentos de registro.
Todo muy extraño y había estado pasando algunos meses atrás, pero no habían sido tantos de repente, y eso si solo se refiere a esta ahora, pues puede que otras tengan el mismo problema.
Sin pensarlo dos veces se levanta de golpe de aquella silla algo acolchonado, para dirigirse hacia donde su mentor, y ver con sus propios ojos lo que ha dicho –Pero… ¿No podría ser simplemente un error?- Se cuestiona de inmediato, con una cierta preocupación por la situación y el semblante del pelilila
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Editado: 09.12.2025