¿Ustedes se conocen? – pregunta Marcelo.
No – responde Hanna.
Sí – dice Aragón.
Marcelo queda confundido al ver el comportamiento y respuesta de ambos.
¿No? – pregunta él.
Si lo conozco lastimosamente – contesta Hanna frunciendo el ceño.
Lo fastidiosa no se te quita, así pasen los años – dice Aragón.
Y lo imbécil a ti no se te quita – refuta ella.
Ya por favor, no discutan – suplica Marcelo en la camilla.
Ya no eres la pareja de mi amiga, ahora puedo tratarte como me venga en gana – dice Hanna molesta mientras organiza las órdenes médicas del paciente.
¿Eres amiga de Cherryl? – pregunta él.
Si es mi mejor amiga de infancia – dice ella.
Podemos salir a bailar cuando me recupere con ella – habla Marcelo al conocer a la amiga misteriosa de Cherryl.
Acepto, me caes bien y no como otro que está a mi lado – dice Hanna mirando a Aragón como si quisiera desaparecerlo.
Marcelo – Aragón pronuncia su nombre.
Aquí están tus órdenes, por favor seguir las indicaciones dadas y ve a la caja para que te puedas ir – Hanna se despide y mira mal a Aragón.
Ambos salen de la habitación, Hanna siente que debe hablar Aragón sobre su amiga porque no la quiere ver sufrir más.
Espera un momento, idiota. Por favor trata bien a Cherryl – dice ella.
No te preocupes, ella está bien en este momento – pregunta él.
Si la vuelves a lastimar, juro que te castraré sin anestesia, ¿lo entiendes? – dice Hanna amenazando a Aragón.
Esta loca – refuta él.
Vete, me aburrí de ver tu feo rostro – se despide ella.
De camino a casa, Marcelo y Aragón van conversando en el auto sobre lo ocurrido a su amigo, pero el continuo con su coquetería.
Aragón, no sabía que tu nuevo chofer era atractivo – dice Marcelo mirando en el retrovisor.
Marcelo ¿puedes comportarte? Es hora de madurar – contesta él con seriedad.
No soy descortés, además ¿Cuál es tu nombre? – pregunta el.
Eh Jacob, señor - responde el chofer.
Aragón estaba observando la calle, le dice al chofer que detenga el carro, en su mente le pareció ver a Cherryl y decide seguir aquella chica
Por favor detén el auto - dice él y se baja.
Confirma que es su novia y la sigue.
“Esta casa sigue igual, aunque no me gustaría estar aquí” – piensa Cherryl. Ojalá Aragón estuviera aquí – dice en voz alta.
Aquí estoy, te vi en la calle cuando iba en el auto – responde él.
Cherryl se asombra al verlo, no quería que Aragón se diera cuenta de la situación con su padre. Sabe que tiene su apoyo, pero no quiere molestar.
¿Por qué no me dijiste sobre tu papá? – pregunta él.
Amor, mi padre me llamo de repentinamente y dijo que era urgente – dice ella.
Vale, entremos – contesta él.
Cherryl todavía tiene las llaves de su antigua casa y como de costumbre, ve a su padre en el sillón ya borracho, e inconsciente.
Sigue igual de borracho – dice ella mientras lo observa con decepción y trayendo a su mente vagos recuerdos tristes.