Amor es Amor (gay)

7× Suegro, suegra y perfecto

Narra Aaron

Me cago en todo lo que se menea.

Por culpa del idiota de Clant casi pierdo a mi chico. Quiero matarlo.

Aggg... Juro que si vuelve a hacer algo así no la contará.

A pesar de que todo resultó bien, no esperaba confesarme de esa manera. Quería planear algo lindo para Cam.

Joder, parezco un niño! Pero es Cam, es mi Cam. Puede sonar posesivo pero desde el momento en que me dijo que sentía lo mismo que yo, es mío.

Él es de esas personas que no quieres dejar ir. Y no lo voy a perder, no quiero.

- ¿Cariño?- le hablo

- ¿Ca-cariño?

- ¿Te molesta que te diga así?

- No... Me-e gust-a.

Al escucharlo me alegro, siento la necesidad ser así con él. Antes había pensado que era una tontería llamar a alguien por tonto apodos, pero si voy a ver ese hermoso sonrojo... vale la pena.

– Estaba pensado... ¿Puedo conocer a tus padres hoy?

– ¡¿Qué?!

Lo miro confundido por su reacción.

– ¿No quieres?

– No... Digo si... Pero...

– Descuida. Quizás es muy pronto, lo siento.

– No... No e-es eso, es que con mi papá no hay problema pero mi mamá...

– Una vez dijiste que ella no estaba de acuerdo con que te gustara un chico, ¿Es por eso?

– Si, y-yo no qui-iero que nos separen.

Siento mis mejillas calientes.
¡Rayos, de verdad parezco un puto crío!

– Pe-ero quiero que conozcas a mis padres, solo... Por favor no te alejes de mi.

– ¿Alejarme? ¿Con lo que me costó tenerte? Claro que no bebé, ya eres mío.

Él se sonroja y me sorprende gratamente acercándose a mi y dándome un beso en los labios. Antes de que se separe, lo tomo de la cintura y lo pongo en mis piernas.

Somos los dos, sentados en el pasto. Él sobre mi y yo abajo sosteniéndolo mientras nos besamos.

Un momento perfecto.

La falta de aire nos exige separarnos, y a regañadientes lo hacemos.

– Aaron... Te quiero.

– Yo más bebé.

Le doy un último beso y nos levantamos para ir a la última clase.

Pasa rápido la hora, por lo que cuando me doy cuenta, estoy siguiendo a mi novio a su casa.

– ¿Puedo decirle suegro?– le pregunto de pronto. Él escupe el jugo que está tomando

– No, te matará.

Nos miramos serios y nos largamos a reír segundos después. Es tan agradable estar con él que ni noto cuando estamos frente a la puerta de su casa.

Me da un poquito de nervios pero no lo demuestro, yo le pedí esto y no puedo echarme para atrás.

El saca su llave y la introduce en la cerradura, veo todo como si estuviera en cámara lenta.
¡¿Qué pendejada me pasa?!

– ¡Papá, ya llegué!– grita

Examino el lugar mientras escucho unos pasos acercarse, creo que vienen del segundo piso.

– Solo... Espero que se lleven bien. Ven, vamos a sentarnos a esperar que baje.

Miraba los cuadros colgados en la pared y me causaban ternura. Cam de unos 7 años con un diente en la mano, Cam en navidad con un gorro de duende y una gran sonrisa. Hay facetas de mi pequeño que aún desconozco, como por ejemplo un foto donde sale con un arco en su mano y un trofeo en la otra.
 

- Hijo llegaste tem... ¿y tu eres?

Un hombre alto y musculoso está al comienzo de la escalera mirándome de pies a cabeza. Creo que fácilmente me pasa por una cabeza o más.

Me levanto del sofá y él camina hacia nosotros. Cam le da un beso en la mejilla y los ojos del hombre lo miran con ternura, tiendo la mano para saludarlo.

- Papá el es Aaron mi... no-novio, Aaron el es mi papá.

Puedo ver al hombre fruncir sus cejas cuando mi niño le dice nuestra relación, mira mi mano y la toma. En el momento que hacemos contacto puedo sentir lo fuerte que es, ejerce presión en mi mano, lo suficiente para que hiciera alguna mueca de dolor pero no me dejo intimidar y le devuelvo el gesto sin dudarlo demostrándole que yo también soy fuerte.

- Kevin Carson- se presenta

- Aaron Frish.

- Cariño, porque no le traes algo de beber a Aaron, debe tener sed.

Cam asiente y va a lo que supongo es la cocina. Kevin suelta mi mano y se cruza de brazos extremadamente serio.

- Bien niño, ¿explícame quien diablos eres?

- Pues como dijo Cam, soy su novio.

- ¿y con el permiso de quien?

- Pues con ningún permiso señor, son nuestras vidas nuestras decisiones.

- Buena respuesta chico, pero es de mi ángel de quien hablamos, vas a necesitar más que eso.

Le sonrío. Es todo un padre celoso y se ve cuanto quiere a su hijo, con mayor razón no quiero que se oponga  nuestra relación.

- Si lo que pretende es interponerse, déjeme decirle que es inútil. No voy dejar  Cam, usted lo dijo, él es un ángel, y me ha contado de usted. Sé que su relación es muy cercana y por eso quise conocerlo y decirle que mis intenciones son buenas.

- Tienes agallas niño, venir aquí tan altanero- se acerca y yo no me muevo ni un centímetro, me susurra- Tu eres la razón de que mi ángel tenga esa sonrisa, es por eso que te acepto, pero si en algún momento eres  la razón de sus lagrimas, no habrá lugar donde puedas esconderte de mi.



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En el texto hay: romance, gay, lgbt

Editado: 13.01.2020

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