Amor Esmeralda

02. SECUESTRO

Cuando por fin fue capaz de girar la cabeza para ver de quien se trataba, vio a un hombre de gran estatura con una gran serpiente tatuada en la parte izquierda del cuello, subió un poco la mirada y se dio cuenta que el individuo llevaba cubierto el rostro con un pasamontañas y que la jalaba con más fuerza de la que en un principio había sido consiente; se alteró y trato de zafarse del agarre pero fue inútil; entre más lo intentaba más fuerza imprimía su captor.

Grito, aunque fueron gritos mudos que nadie pudo oír, zapateo, tiro patadas, pero nada daba resultado. 

“¿Porque nadie me ayuda?” pensó, ya que nadie parecía haberse dado cuenta de que la estaban secuestrando.

Y en realidad así era, nadie la ayudaría ya que todos estaban bajo el efecto de un encantamiento burbuja, el cual encerraba al afectado en una esfera de cristal, haciendo que este dejara de oír y enterarse de lo que pasaba a su alrededor.

Al llegar a la salida, después de lo que le pareció una eternidad; sintió el frio viento nocturno, eso la ayudo a despejarse, aunque no duro mucho, ya que, en la esquina más cercana se encontraba estacionada una camioneta negra que al verlos acercase abrió la puerta. 

— ¡Rápido, maldita sea, antes de que nos cachen!— grito una voz ronca de entre las penumbras.

En ese momento Angelinna sintió como su cuerpo caía sobre el asiento helado, el tipo que la rapto la aventó con tanta fuerza sobre este que sería un milagro si no se rompía algún hueso.

— ¡No me estes jodiendo, "Gordo"!— dijo furioso mientras se subía de un salto, cerrando la puerta tras él—. En lugar de estar diciendo estupideces asegúrate de amarrarla bien.

— ¿Y por qué tengo que hacerlo yo?— pregunto el "Gordo" de mala gana.

—Porque te lo estoy ordenando, solo por eso— respondió el otro de manera tajante. Eso hizo que el hombre al que le decían "Gordo" se enfadara tanto que se levantó de un salto de su asiento, se dirigió con paso firme hacia él y apuntándolo con el dedo medio (ya que le faltaba el índice), exclamo.

— ¡Tú a mí, no me das ordenes!, te recuerdo que los dos somos simples peones en este ajedrez, el jefe es... — pero ya no pudo revelar quién era el jefe ya que de la nada salió un puño que se dirigió de manera precisa hasta su mandíbula, el golpe fue tan fuerte que provoco que el "Gordo" se cayera al suelo.

—Gracias, "Lince", verdaderamente se estaba volviendo una molestia.

—Cuando quieras, "Snake"—, contesto este al tipo con la serpiente en el cuello. —Ahora dime, ¿qué haremos con la pequeña conejita?

Antes de responderle a "Lince" "Snake" le realizo una seña al conductor para que se pusieran en camino, tenían que salir de ahí lo antes posible, ya que con todo el alboroto que armaron por culpa del "Gordo" no podían correr el riesgo de que alguien los descubriera. Ya una vez puestos en marcha "Snake" dijo.

—Pues lo que nos mandaron hacer, "Lince", llevarla al infierno y esperar a que el jefe de más órdenes— respondió "Snake" malignamente—. Pero primero hay que amarrarla bien, tanto las manos, los pies y sobre todo los ojos— mientras iba diciendo esto saco de la bolsa de su pantalón un paliacate, fue hasta donde estaba tirado el "Gordo" que todavía seguía en el suelo se lo aventó y le dio una leve patada en una pierna para captar su atención.

—Ahora ve y cumple con tu trabajo, de lo contrario me asegurare que ya solo puedas contar hasta ocho.

El "Gordo" se levantó tan rápido como pudo, fue con paso torpe al asiento en el que Angelinna estaba muerta de miedo viendo como sus esperanzas de salir de ahí se esfumaban. En un acto desesperado, al ver que se disponía a levantarle la cabeza para taparle los ojos, ella trato de morderle la mano, pero él fue más rápido que ella y no lo consiguió. Noto que mientras la terminaba de amarrar al individuo le temblaban las manos, lo que no pudo distinguir fue si la razón del temblor era el miedo a que "Snake" cumpliera con su amenaza o el frío abrazador que había empezado a calarle los huesos.  

Ya con los ojos tapados Angelinna no fue consciente de que el frío tan fuerte que sentía se debía a que se dirigían a una casucha en medio del bosque.

Una vez en frente de esta, oyó como abrieron la puerta y dos de los hombres descendieron, en eso, sintió como era tomada con furia de la cintura por "Snake" para bajarla; ya en el suelo, como tenía los pies atados, al tratar de caminar se tropezó con sus propios pies. 

Como "Snake" se adelantó para abrir la puerta y "Gordo" estaba lastimado a causa del golpe que sufrió cuando cayera al suelo de la camioneta, "Lince" tuvo que cargar a Angelinna hasta adentro para evitar seguir pasando frío y sobre todo que algún animal salvaje los atacara.

La casucha estaba tan maltrecha que mejor les hubiera valido quedarse a la intemperie. Las paredes de madera tenían las tablas tan separadas unas de otras que al colarse el viento por ellas hacía más frío allí que afuera si eso era posible.

El interior solo contaba con una sola habitación y todo ahí estaba revuelto, en una de las esquinas estaba una manta toda raída y fue allí donde "Lince" dejo caer a Angelinna, luego camino a la mesa que se encontraba en el centro de la estancia, se sentó sobre esta y empezó  a jugar con sus dedos mirando fijamente hacía la entrada donde estaba "Snake" prendiendo un cigarro, "Gordo" se hallaba tirado en otra esquina sobre un mugriento colchón todo viejo.

Lo único que rompía el silencio eran los quejidos irregulares del "Gordo", Angelinna también optó por quedarse callada y no quejarse, aunque le dolía todo el cuerpo, ya que imagino que si lloraba o hacía cualquier ruido se podrían enojar y hacerle más daño.

Cuando por fin fue capaz de girar la cabeza para ver de quien se trataba, vio a un hombre de gran estatura con una gran serpiente tatuada en la parte izquierda del cuello, subió un poco la mirada y se dio cuenta que el individuo llevaba cubierto el rostro con un pasamontañas y que la jalaba con más fuerza de la que en un principio había sido consiente; se alteró y trato de zafarse del agarre pero fue inútil; entre más lo intentaba más fuerza imprimía su captor.



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Editado: 21.12.2022

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