Amor Eterno #1 - Todos los caminos me llevan a ti - Editando

Capítulo 24 - PERO...

No quiero oírla, no quiero escucharla decir que le quiere, que está enamorada de él porque eso me partiría el corazón aún más. Sé que la cagué, se que lo fastidié todo, pero también sé que ella lo es todo para mí.

  • Escúchame Marco – me dice mientras coge mi cara entre sus manos para que la mire.
  • Basta María – le suelto bruscamente mientras aparto sus manos de mí.

Termino de preparar la bolsa, la cierro y voy en dirección a la puerta para marcharme, no quiero escucharla, no puedo.

No puedo, solo de pensar que la he perdido para siempre…

Unas lágrimas comienzan a surcar mi cara, mostrando por fuera como estoy por dentro.

  • No estoy saliendo con Saúl – suelta de repente cuando estoy a punto de salir del vestuario.

Tras oír sus palabras me quedo estático. ¿No está saliendo con él? No entiendo nada, no…

  • Sí que es cierto que Saúl me beso en el portal de mi casa – sigue diciendo María – pero eso no significa que estemos juntos – me explica – no lo estamos – dice tajante.

No puedo creérmelo, no puedo.

Me giro poco a poco para mirarla, para ver si sus ojos me están diciendo la verdad. Mientras sigo llorando dejo caer la bolsa con fuerza. María se acerca lentamente hasta mí y me limpia la lágrima que surca mi cara.

  • No estoy con él – vuelve a repetirme para que m quede claro.
  • No lo entiendo – digo por fin sin entender absolutamente mientras mi corazón se acelera y a la vez se ilusiona.

Marco por favor, no pienses por ese camino, no lo hagas porque al final la caída te volverá a doler y más aún.

  • Ven – me dice mientras coge de mis manos y me lleva hasta los bancos para sentarnos y hablar mejor – Sé que he pasado mucho tiempo con él, que hemos quedado pero nunca, hasta ese día nos habíamos besado – empieza a explicarme.

Entonces ese beso que vi fue él, fue él quien se lanzó sobre ella.

  • Siempre me lo pasaba bien con él, me hacia sonreír y pasar muy buenos momentos. Pero era solo eso – sigue diciendo sincera – Saúl solo es mi amigo, nada más que eso. Nunca hubo nada ni nunca habrá nada – me dice mientras me mira a los ojos y veo sinceridad en ellos, me está diciendo la verdad – además ya he hablado con él antes de venir y le he dicho que no quiero nada con él – termino de decir.
  • ¿Entonces tú y él nunca…? – pregunto dudando aún porque no me lo puedo creer.
  • Nunca – responde firme.
  • Yo… - intento decir pero me cuesta expresar con palabras lo que estoy sintiendo ahora – me he comportado como un completo idiota – digo mientras me rasco en la nuca nervioso, como siempre hago cuando lo estoy.
  • La verdad es que sí – me responde riéndose y mi corazón se acelera solo de ver y oír su risa.

No puedo evitarlo y la cojo con fuerza para acercarla a mi lado y la abrazo, con fuerza, sintiéndola conmigo. Vuelvo a respirar con fuerza y a la vez acojonado porque me acabo de dar cuenta de que si la hubiera perdido, estaría acabado.

  • Marco – me dice para que me separe de ella y la presto atención – quería hablar contigo de otra cosa importante – me dice seria.

Tras oír esas palabras mi cara cambia completamente por una seria. ¿Qué pasará ahora? ¿Qué ocurre? No puedo estar más acojonado.

  • Antes que nada me gustaría dejar bien claro que entre Saúl y yo nunca hubo nada – dice con una pequeña sonrisa mientras yo asiento – sólo era por si acaso – me responde.

Y lo que escucho, no me gusta nada, creo que la conversación va a ir por un camino que no me gusta nada y tengo miedo, no quiero perderla, no ahora, no de nuevo.

  • No puedo estar con Saúl ni con ningún otro – me dice y yo no entiendo absolutamente nada – no puedo porque mi corazón ya está ocupado por alguien – me dice.

Es como si el corazón se me parara de repente. Hay otro chico, hay otro. ¡Joder Marco porque tienes que ilusionarte con cualquier cosa! Eres imbécil, eres tonto, ella te va a decir que solo quiere ser tu amigo y nada más.

  • Marco – me llama sacándome de mis pensamientos – mírame – me dice y yo alzo la mirada que tenía agachada para mirarla a los ojos - ¿estás bien? – me pregunta preocupado.
  • Estoy bien – digo como puedo mientras evito que ella note como realmente estoy – sigue contándome eso – le pido para que esta tortura acabe pronto.
  • Marco – me dice mientras una pequeña sonrisa cruza por su cara – sé lo que estás pensando y no lo hagas – me pide – no te hagas una idea equivocada con lo que no es – me dice, pero yo no entiendo que quiere decirme.
  • ¿Qué? – pregunto sin entender nada.
  • Mi corazón está ocupado por otra persona sí – me dice – pero lleva ocupado por esa persona casi toda mi vida – vuelve a decir.
  • Sigo sin entender nada – la contesto mientras mi cabeza no hace más que intentar hilar todo.
  • Marco no te enteras de nada – me dice mientras se ríe.
  • Oye no te rías – le digo mientras le doy un pequeño empujón en el hombro – estoy intentando entenderlo todo – sigo diciendo.
  • Eres tú – suelta de repente – tú eres esa persona que no consigo sacarme de la cabeza, ni si quiera de mi corazón – termina de decir.




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