ROMA
Si todos los caminos llevan a Roma, ¿por qué tenías que ser precisamente tú mi Roma? ¿Por qué no podría ser otra persona? Una que no me hubiera hecho tanto daño como tú, una persona que me creyera sin dudarlo, una persona que no me hubiera echado de su vida como lo hiciste tú.
Y es que a fin de cuentas, aún no sé cómo salir de Roma.
Pero eres tú, y yo… Yo no puedo hacer nada para remediarlo. Porque cuando el corazón siente, no tienes absolutamente nada que hacer. Es inevitable resistirse ya que es el corazón quien manda. Y uno mismo, al final, solamente puede rendirse y hacer lo que cada latido del corazón te dicta.
Eras esa persona capaz de cambiar mi mundo, de ponerlo patas arriba. Capaz de que con una simple mirada, hicieras que mi corazón se derritiera por dentro. Pero es que no solo es eso, incluso en la distancia, eres capaz aún de hacerme sentir mil y una mariposas cada vez que te veo, cada vez que leo una noticia tuya.
Y es que la vida nos ha dado muchos palos, nos ha hecho sufrir, pero a la vez nos ha hecho ser más fuertes. Pero esta vez… Fuiste tú el que lo arruinaste todo. Destruiste la parte inocente de mi vida, provocando que reaccionara, que abriese los ojos y me diese cuenta de la cruel realidad. Que viese de nuevo la vida de otra forma, una muy diferente, tanto que incluso tú, de nuevo, me volviste a cambiar, pero esta vez a peor. Hiciste que me encerrara en mí misma, que no volviera a sentir y que me sintiera con pocas fuerzas para volverme a ilusionar, a amar.
Fuiste tú el culpable, pero sé, en el fondo, que no eras el único.
Así que sí, aquí sigo intentando salir de Roma. Solo quiero coger un camino y alejarme aún más si es posible de esta ciudad, de todo lo que viví allí. Pero por mucho que intento salir de un sitio, de cruzar una ciudad, encuentro numerosos obstáculos que me impiden salir.
Una parte de mi cree que es el destino cruel que no me deja, que insiste en que me quede, en que me vuelva a engancharme e impedir que me separe de nuevo. ¿Será cierto lo que dicen que el destino ya está escrito? ¿Qué el nuestro lo está? Solo sé que nuestros caminos se cruzaron una vez, ¿pero quién dice que no pueda volver a suceder? Nadie. Porque nadie nos dice qué debemos hacer y qué no.
Al final lleve a cabo la solución más fácil, huir. Me alejé de ti, de tu mundo, de tu vida. Aunque en realidad, fuiste tú quien se encargó de que eso ocurriera. Ya que ni si quiera me diste la oportunidad de asistir al funeral y eso… No te lo voy a perdonar nunca. Me echaste de tu vida, así porque sí. Y yo… En vez de aguantar como hacía las últimas veces, en vez de permanecer estoica, firme, no aguanté más y me marche sin mirar atrás.
Y esta vez fue por mí y no por ti. Lo hice para sentirme bien conmigo misma, para volver a encontrarme y volver a ser la misma chica de antes. Porque tú te encargaste de que me perdiera y ni siquiera me ayudaste a encontrarme. Me abandonaste.
Y aquí sigo de nuevo.
Volviendo a Roma, volviendo no al lugar donde todo comenzó, pero si con la persona con la que todo ocurrió. Vuelvo a ti sin remedio alguno. Porque al fin todos mis caminos me llevan hasta ti, todos y cada uno de ellos. Me marcaste a fuego lento la piel, me dejaste tu aroma, tus besos, tus caricias… Y no soy capaz de borrarlas, de hacerlas desaparecer y se quedaron en mi piel como si fueran un tatuaje de por vida.
Hoy es 16 de Agosto de 2016.
Hoy es el día en el que nuestros caminos se vuelven a unir, en el que Roma vuelve a estallar con fuerza, en el que las llamas vuelven a traspasar los muros de la ciudad. Hoy Roma se vuelve a encender.
Hoy es el día en el que todo vuelve a comenzar, aunque seremos nosotros quienes nos encarguemos de marcar el ritmo y de poner el límite al tiempo que durará la travesía en la que nos vamos a embarcar. Solamente nosotros.
Mi nombre es María. Tengo 20 años y esta es mi historia. Una historia marcada por ti, por tu nombre. Una historia imposible de contar si tú no apareces en ella. Porque tú me marcaste, me dejaste huella.
Aunque mi Roma, mi perdición, mi prisión, tiene nombre y apellido también.
Marco Asensio.
Y hoy… Hoy es el día de su presentación con el equipo de sus sueños. Hoy empieza a formar parte de uno de los equipos más grandes del mundo, del Real Madrid.
Hoy comienza todo.
O puede que no, aún no lo sabemos con certeza.
Solo sé que todos mis caminos me llevan a Roma, a ti.