Han pasado dos meses desde que volví a ver a Marco. Dos meses en el que han pasado muchas cosas. Prometí esperarle, al menos para que me explique qué es lo que había pasado. Pero la verdad es que he vuelto a caer, aunque siempre me ha tenido a sus pies. Es algo irremediable, algo que ya no va a cambiar. Estoy enamorada de él, lo estuve, lo estoy y lo estaré siempre.
El otro día casi nos besamos, si no llega a ser por Sergio, nos hubiéramos besado. ¿Y qué habría pasado después? No lo sé. Quiero estar con él y por eso sigo aquí. Tengo la sospecha de qué él no me dejó por que quisiera, creo que pasó algo, algo que le hizo tomar esa decisión. Estoy segura de ello porque su manera de mirarme, de tratarme, de hacerme sentir… Él me sigue amando, me lo dijo en la comida y sé que es cierto. Lo sé.
Estoy dando una clase cuando llaman a la puerta.
Ante mi aparece una de mis compañeras.
Cuando la veo mis ojos se abren completamente de la sorpresa. Ante mi aparece un ramo de flores precioso.
Me fijo que todos mis niños están igual, expectantes y sonrientes ante mi ramo de flores.
Con una sonrisa tonta dejo el ramo de flores encima de la mesa y cojo el sobre de mi escritorio. Ya sé de quién es, son de Marco y lo sé porque estos últimos días me ha estado ayudando a planificar el próximo tema de Ciencias Naturales de los niños y hemos estado investigando los significados de las flores. ¿Puede ser más perfecto? Yo creo que no, pero no sé porqué me las ha enviado. Así que abro la carta y me dispongo a leerla.
Querida María;
Cuando pensaba que en el mundo no había nada que valiera la pena, tú supiste demostrarme que estaba equivocado, que había algo en mí que no se podía dar por vencido así como así. Al principio no quise escucharte, no porque no tuvieras razón, sino porque siempre he tenido tanto miedo de decepcionar a los demás. Incluso lo tengo de decepcionarte a ti, porque siempre has sabido creer en mí a pesar de todos mis errores, a pesar de todo lo que hago para que las cosas salgan como no se supone que deberían. Y tengo miedo de perderte a causa de eso.
Estaba pasando por circunstancias horribles, pero tú supiste llegar a tiempo en el momento más inesperado. Me salvaste de mí mismo y de los problemas que me rodeaban. ¿Puedes hacerte una idea de lo mucho que significas para mí? Nunca antes nadie había hecho tanto por mí. Miento, tú siempre lo has hecho. Nunca antes nadie me había importado de esta manera, sólo contigo.