Amor Eterno #2 - Resurgir

Capítulo 17 - OJOS

Nos pasamos unos minutos así, besándonos, acariciándonos y mirándonos a los ojos. Dejando escapar todas esas emociones contenidas durante las últimas horas. Pero entra el médico para examinarme y romper el momento tan íntimo que estábamos compartiendo.

El médico me dice que está todo bien, que tengo que descansar y hacer reposo. Las heridas irán cicatrizando solas pero estoy de bajo, por lo que no puedo ir a dar clases durante al menos un mes, después tendremos revisión y ya veremos qué es lo que pasa. No sé qué es lo que voy a hacer tanto tiempo sin hacer nada.

Marco y yo nos volvemos a quedar solos. Se sienta cerca de mí y coge mis manos entre las suyas. Me quedo embobada mirándole, así tan perfecto como está mientras le da un beso al dorso de una de mis manos.

  • ¿Qué pasó? – le pregunto y Marco levanta la mirada confuso.
  • ¿Cómo? – me pregunta dulcemente.
  • ¿Qué pasó en el Bernabéu? ¿Qué ocurrió? – vuelvo a preguntarle.
  • Fue un atentado – me dice serio – varias personas se inmolaron en distintos puntos del estadio – me sigue explicando y yo me tapo la boca con una de mis manos separándola de sus manos – ha muerto mucha gente – me sigue diciendo y yo suelo puedo llorar tras escuchar sus palabras.
  • Dios – consigo decir cómo puedo mientras sigo llorando – fue horrible – le digo y Marco se tumba a mi lado para abrazarme – pensé que no saldría de allí – vuelvo a seguir mientras me acomodo en su pecho – al despertarme todo era un caos, la gente en el suelo tirada, llena de sangre, no podíamos salir de allí Marco – le digo temblando – tuvimos que bajar por entre las gradas que habían cedido – me callo porque no puedo seguir hablando.
  • Todo ha pasado – me dice Marco estrechándome más fuerte – todo ha acabado y ya estás a salvo – me dice plantando un beso en mi pelo.
  • Quiero olvidarlo todo – le digo mientras le miro a los ojos – todo – le sigo diciendo.
  • Lo harás, con el tiempo – me responde mientras junta nuestras frentes.

Se acerca un poco más y me besa con dulzura, temiendo hacerme daño. Pero nos separamos al oír voces al otro lado de la puerta. Esta se abre y entran todos en la habitación del hospital.

  • María – me dice Pilar acercándose corriendo hasta mí para abrazarme quitando a Marco.
  • Estoy bien – le digo mientras la abrazo.

Miro por encima del hombro de Pilar y veo como los chicos le dan collejas y se burlan de Marco por habernos encontrado así. Yo sonrío tímidamente y me ruborizo. Sara se acerca para abrazarme.

  • Gracias – me dice con los ojos brillantes.
  • No tienes porque dármelas – la respondo cogiéndola de las manos - ¿estás bien? – le pregunto mientras acaricio su tripa.
  • Sí – me responde – estamos bien, los dos – me dice tranquilizándome.

De repente aparecen dos personas por la puerta que me hace sonréir. Isco se acerca hasta mí y me abraza con fuerza pero sin hacerme daño.

  • No sé cómo agradecerte lo que has hecho por mi hijo María – me dice – gracias de corazón – vuelve a decirme.
  • No tienes porqué agradecerme nada – le respondo – cualquiera habría hecho lo mismo – digo sincera.

Isco me vuelve a abrazar nuevamente y después ayuda a Isquito a subirse encima de la cama. El pequeño no lo duda ni un instante y se abraza a mí.

  • Ha estado preguntando por ti todo este tiempo – me dice Isco.
  • Estoy bien – le digo al pequeño mientras le separo para que me mire – has sido muy valiente – comento.
  • No, no lo he sido – me responde – he tenido mucho miedo – dice agachando la cabeza.
  • Mírame Isco – le digo mientras cojo su carita entre mis manos – has sido muy valiente, mucho. Estoy viva gracias a ti – le digo sincera – has sido tú y solo tú el que me ha dado las fuerzas necesarias para levantarme y buscar una salida. Sin ti no lo habríamos conseguido – sigo hablando mientras veo que empieza a llorar y se me parte el alma al verle así – sé que ha sido muy difícil, yo también tenía mucho miedo, pero estando tú me sentía segura. Has visto cosas que no deberías de haber tenido que ver ni vivir tan pronto, pero te hará ver las cosas de una manera distinta, te hará más fuerte, más de lo que ya lo eres. Juntos, lo hemos hecho juntos – sigo diciendo mientras Isquito me mira atento a mis palabras.
  • Te quiero – me dice el pequeño y yo muero de amor.
  • Yo también te quiero pequeño – le respondo para después llenarle de besos – Eres el hombrecito más valiente del mundo – termino de decir.

Los chicos pasan un rato más hasta que Marco decide que es hora de que se vayan porque necesito descansar. Al despedirse de mí la habitación queda en silencio. Un silencio para nada incómodo. Marco se acerca a mí.

  • ¿Estás bien? – me pregunta – a lo mejor no ha sido una buena idea que hubieran venido – me dice.
  • Estoy bien – le respondo mientras me incorporo un poco aunque no mucho porque me tiran los puntos del costado – necesitaba verlos, sobre todo al pequeño – sonrío con dulzura a Marco.
  • Bueno ahora me encargaré de que la señorita – me mira divertido – descanse y se recupere pronto – sigue diciendo mientras se sienta en la butaca – nos espera una noche larga – termina de decir acomodándose.
  • Mientras estés conmigo no me importa lo larga que sea – le confieso ruborizándome.



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Editado: 25.05.2019

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