Voy a la habitación en busca del sobre con las fotos, mi corazón está acelerado, mis nervios aumentan, tanto que tardo un rato en coger en mis manos el sobre por el temblor que tengo.
No tengo ni idea de cómo va a reaccionar, no quiero que por esto vuelva a desaparecer de mi vida, no lo soportaría, pero tampoco quiero verla sufrir, porque sé que al ver las fotos se sentirá así.
Intento aguantarme las ganas de llorar mientras vuelvo al salón con el sobre en mis manos, pero no puedo más y dejo que las lágrimas fluyan por mi cara. Entro asustado al salón, sin saber cuál va a ser su reacción pero sobre todo cómo va a reaccionar emocionalmente.
María me ve y se levanta decidida hasta llegar a mí, su cara es de preocupación por mí y no era eso lo que pretendía. Me abraza con fuerza, haciéndome sentir seguro y algo preparado para lo que va a venir ahora. Aun así no puedo evitar llorar y seguir temblando en sus brazos.
Ante esas simples dos palabras, pero que contiene demasiado significado y sentimiento para mí, hace que inmediatamente me relaje y me diga a mí mismo que todo va a salir bien.
Nos separamos y María me limpia las lágrimas que surcan traviesas por mi cara. La agarro de la cintura y la llevo con cuidado para que se vuelva a sentar en el sofá. La miro a los ojos, llenos de preocupación y a la vez impacientes. Respiro hondo, intentando tranquilizar mi respiración acelerada. Con manos temblorosas le tiendo el sobre que ella coge con cuidado mientras nuestras manos se tocan. Me mira dulcemente para después centra toda su atención en el sobre.
Veo como poco a poco lo abre y contengo la respiración cuando saca las fotos. Su mirada cambia completamente, sus ojos se abren de la sorpresa y mira las fotos una a una incrédula. No dice nada y a mí eso me mata, más cuando veo que comienza a llorar.
No sé qué hacer, no sé si acercarme, abrazarla, decirla algo o simplemente callarme y quedarme quieto. Ante mi cobardía permanezco quieto y me echo las manos a la cara desesperado pero pasan los minutos y ya no puedo más, necesito saber qué pasa por su mente.
Me mira pero sus ojos están perdidos, como si estuvieran recordando algo. Al verla así me pego más a ella, pasando un brazo por su cintura y pegándola a mí, y con mi otra mano acaricio su mejilla.
Se acerca a mí y me abraza con fuerza, después deposita un beso en mi mejilla y sigue mirando las fotos.
Al oír sus palabras me quedo destrozado. Ella también me necesitaba y yo no estuve ahí para ella, me necesitaba y lo único que hice fue echarla de mi vida. ¿Por qué fui tan idiota? ¿Tan estúpido y gilipollas?