Llegamos a su casa después de una noche tan especial. Antes de entrar por la puerta Marco me para y coge mi cara entre sus manos para mirarme a los ojos. Se acerca lentamente a mí para después besar mis labios.
Me besa nuevamente y yo dejo mis manos en sus caderas para acercarle más a mí. Después Marco abre la puerta con cierta dificultad ya que mis manos pasan detrás de su cuello y no dejo de besarle. Sus besos son mi droga y no puedo estar alejada de ellos.
Al entrar dentro de casa y cerrar la puerta, Marco me empuja con suavidad contra la puerta, acorralándome. Sus manos se posan apoyadas por encima de mi cabeza.
Marco levanta la cabeza para mirarme y me regala una sonrisa ladeada que me hace reír, para terminar dejándome un beso casto. Lo agarro de sus manos y le guío hasta su habitación. Al llegar me paro y me acerco a él para coger su cara entre mis manos y besarle. Marco posa sus manos en mi cintura y me aprieta contra él, comenzando a notar su excitación en su entrepierna. Sin dejar de besarle paso mis manos a sus hombros y le quito la chaqueta, quedándose en el suelo. Sus manos viajan hasta mi abrigo para quitármelo también.
Mis manos viajan hasta la hebilla de su cinturón, desabrochando después el botón de su pantalón y bajárselos, quedándose en bóxers. Marco me ayuda a levantarme y me besa con pasión. Como puedo voy desabrochando los botones de su camisa hasta despojarme de ella, mientras ataca mi cuello. Me separo de él y observo la imagen frente a mí. Cada vez está más bueno.
Tras ver que le hago un repaso se ríe y me agarra de la mano para atraerme a él. Me voltea bruscamente quedando mi espalda pegada a su torso y sus manos pasean por mi estómago. Después me separa un poco y se entretiene con el cierre de mi vestido bajándolo lentamente y cayendo al suelo con el resto de nuestra ropa. Marco besa mi cuello y no puedo evitar soltar un suspiro. Hacía mucho tiempo que nadie me hacía sentir así.
Me giro lentamente mientras Marco acaricia mi piel descubierta. Le miro a los ojos y me pongo de puntillas para besarle dulcemente.
Vuelvo a ponerme de puntillas y le beso con fuerza, con pasión. Marco coloca sus manos en mi culo provocando que me alce y termine enrollando mis piernas en su cintura. Dejo su boca para seguir besando su cuello mientras él anda y me tira encima de la cama. Me río algo nerviosa mientras observo como Marco se sube encima de la cama y gatea hasta colocarse encima de mí para finalmente besarme con frenesí. Sus besos dejan mi boca para recorrer mi mentón y después detenerse en mi cuello. Permanece allí un rato y después comienza a bajar provocando que arqueara la espalda.
Mis manos van hasta su pelo para acariciarlo. Marco mira hacia arriba y sonríe pícaramente. Se incorpora apoyando los codos a mis costados para no aplastarme y después besarme con dulzura. Mis manos se entretienen en su pelo y mis piernas rodean su cintura. Hago fuerza y consigo poner a Marco debajo de mí. Me siento encima de él, cojo sus manos y las coloco encima de su cabeza. Después me agacho y le beso con pasión, terminando el beso mordiéndole el labio. Marco posa sus manos en mi culo y allí las deja mientras nos seguimos besando.
Me separo de él y me quedo mirándole. Marco se incorpora y yo paso mis manos tras su cuello. Después escondo mi cara en su cuello y cierro los ojos mientras siento sus caricias. Sus manos recorren mi espalda y se detienen en el cierre de mi sujetador, para desabrocharlo. Baja mis tirantes lentamente dejando besos en mis hombros y finalmente se deshace de la prenda tirándola lejos. Nos miramos a los ojos y le beso, dejándome llevar por lo que me hace sentir.
Marco me agarra de la cintura y me coloca otra vez contra el colchón y yo me sonrojo al ver que se queda mirándome. Instintivamente me tapo los pechos con mis manos ante la vergüenza que estoy sintiendo.
Sus besos me hacen adicta a él pero a pesar de que quiero que me siga besando, abandona mis labios para prestar atención a mi cuello, mientras sus manos traviesas acarician mis pechos. Sigue dejando besos húmedos hasta que alcanza un pecho y allí se queda entretenido. Después sigue bajando y yo ya no puedo controlar los gemidos que me provoca mientras me quita las bragas. Me incorporo cuando veo que va a llegar a mis partes íntimas y le cojo la cara entre mis manos. Me inclino y lo beso provocando que se ponga de rodillas para besarme con profundidad. Mis manos viajan al elástico de su bóxer y se lo quito. Marco me tumba nuevamente en la cama, va hasta el cajón de la mesilla y saca un preservativo. Después se coloca entre mis piernas y me abraza.