Han pasado varios días desde que conocí a Chris, hemos estado hablando y conociéndonos un poco. Se puede decir que nos estamos llevando bien, demasiado bien para mi gusto.
- ¿Cuantos años tienes? - le pregunto a Chris.
- Tengo 17 - responde - y tu?.
- ¡¿Enserio?! - digo entusiasmada - tenemos la misma edad - respondo y le pico un ojo.
Tenemos muchas cosas en común; la misma edad, vamos a la misma cárcel, perdón, a la misma escuela, somos compañeros de clase, pertenecemos a la misma promoción, queremos ir a la universidad, nos gusta mucho la trilogía "Serás mía, princesa" de María Mercedes, la serie "Chocolate" de Mila Baez, entre muchas otras. Pero ¿Qué es lo mejor de todo?, que somos solteros.
- ¿Quieres que te acompañe a tomar el bus? - pregunta, sacándome de mis pensamientos.
- Okey.
Demonios, ¿Por qué pienso eso?, no lo sé, lo sí sé es que él es un chico muy interesante; es un genio en las matemáticas ¡Que envidia! de la buena.
¿Se imaginan poder hacer su tarea de matemáticas, química o física, sin tener que estresarse o pedirle ayuda a alguien?, eso sería muy cool.
En conclusión me agrada estar junto a él, reírnos como focas, me encanta su personalidad y la forma en que ve la vida. Me gustaría atreverme a vivir como él, sin miedo a lo que digan mis padres, a tomar mis propias decisiones, pero no soy lo suficientemente valiente para eso. lo sé, soy una cobarde sin remedio.
......
La primera semana en la escuela estuvo bastante tranquila y hablé con Chris, nos estamos haciendo amigos, algunas veces hablamos por teléfono y últimamente le gusta llamarme "loquita", es un chico muy agradable, creo que seremos grandes amigos.
Estoy sentada en el sillón negro de la sala de mi casa, frente al televisor, estoy sola así que estaba viendo la película Fifty Shades of Grey, con una taza de palomitas sobre mi regazo, no es que sea cómodo ver esa película delante de tus padres ¿O si?.
Estaba empezando una escena no apta para todo publico, cuando abren la puerta de mi casa, pego un brinco en el sillón, provocando que la taza de palomitas cayeran, me tropiezo con la misma, provocando que caiga de cara al piso, claro que metí las manos para no hacerme daño.
¡Joder!
- ¡Isa ya llegue! - grita mi madre, mi madre frunce el ceño al escuchar ciertas palabras sucias de la televisión.
¡Mierda!, esto no puede ser mas vergonzoso.
Como puedo doy una voltereta y me siento en el suelo para agarrar el control de la televisión y cambiar de canal, rápidamente, me siento en el sofá.
Actua normal.
Mi madre da un paso hacia adelante y entra completamente a la sala, se gira en mi dirección y le doy una sonrisa nerviosa.
- Ho...hola ma - tartamudeo nerviosa.
- Hola cariño - me da un beso en la frente.
Hago una pausa - ¿y papá, no estaba contigo? - ella se tensa un poco y apuesto a que se pelearon.
- Se quedo en el hospital.
- Okey, ¿Compraste lo que te pedí para preparar la cena? - le pregunto cambiando de tema.
Si, yo Isabella Barros Morell cocino, no es mucho lo que se preparar, pero dice mi madre, que quedan deliciosos, además ella es una chef y hay que confiar en la aprobación de uno, así que esta noche haré pasta.
- Aquí está todo, ve a preparar la cena - me guiña un ojo.
Me voy a la cocina, preparo todo lo que voy a utilizar, no me gusta el desorden en la cocina. Me pongo manos a la obra, sirvo la pasta de mi madre y la mía, nos sentamos en el comedor y hablamos de cosa triviales.
- ¿Mamá?
- ¿Si?
- Papá y tu.... pelearon de nuevo verdad? - ella asiente con la cabeza, así que continuó - ¿Por lo mismo?
- Sí cariño - me da un beso en la frente - Lo resolveremos, no permitiré que te envíe lejos amor.
Le doy un abrazo - te amo mamá.
Cuando terminamos, lavamos los trastes y nos fuimos a dormir.
🖤
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Editado: 22.04.2022