Agarro un bolsito negro. Bajo rápidamente las escaleras, me dirijo a la sala para despedirme de mis padres, les doy un beso en la mejilla a cada uno, mientras mi mamá me sermonea.
- No llegues muy tarde, recuerda los peligros que hay en las calles.
Ruedo los ojos internamente mientra me dice cosas que toda madre le dice a sus hijos cuando va a salir. Mi padre solo se limita a asentir a los que mi madre dice.
¿Llevas tu gas pimienta?. Pienso las cosas que se me dirá mi mamá.
- ¿Llevas tu gas pimienta? - pregunta mi madre.
- Sí mamá, llevo mis gas pimienta, ya me voy. - le digo con una sonrisa en la cara - Adiós mami.
Cuídate cariño, me llamas o envías un mensaje cuando llegues.
- Cuídate cariño, me llamas o envías un mensaje cuando llegues.
Me dirijo a la puerta y giro la perilla para salir, dispuesta a averiguar por qué mi corazón palpita como loco cuando escucho su voz, su risa, cuando estoy tan cerca de él.
Cierro la puerta detrás de mi, lo saludo con la mano y una estúpida sonrisa se dibuja en mis labios.
Actua normal.
Pienso mientras camino hacia Chris y a su auto.
¿Por que estoy tan nerviosa?.
Cuando estoy lo suficientemente cerca me dice - Hola loquita - yo ruedo los ojos, porque últimamente me llama así, pero lo mejor del caso, es que no me molesta que lo haga.
¿Quien me entiende?, ni yo misma lo hago.
- Hola idiota. ¿Como estás? - lo saludo y me acerco peligrosamente a él, me pongo en puntitas sobre mis pies y le doy un beso en la mejilla.
Noto como su cuerpo se tensa debido al beso que no se esperaba. Sí, nos estamos conociendo, pero eso no significa que a la primera vez le iba a dar un beso a alguien tan desconocido para mi, ¿O sí? ¿Ustedes lo harían?, porque yo NO.
- Excelente ahora que te veo - me dice, sacándome de mis pensamientos locos.
Lo veo dudar un poco antes de darme un abrazo que me toma por sorpresa, me quedo quieta, pero instantáneamente mi cuerpo se destensa y me relajo en sus fuertes brazos, sintiendo una sensación de seguridad y protección.
Nos separamos luego de unos segundos, con la cara roja como un tomate, le doy una sonrisa tímida y él parece notarlo, porque me da una sonrisa torcida que me vuelve loca y de repente siento que mi corazón se quiere salir de mi pecho.
Está noche Chris lleva puesta una camiseta de color rojo, que dejan al descubierto sus brazos, con un jean negro y unos zapatos deportivos del mismo color...
Se ve muy bien.
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Editado: 22.04.2022