Amor Eterno

Capitulo 12º Siempre te Amare

Pasaron unos meses desde que se vino Estefan a Florencia; él estaba esperando el momento adecuado...

Le había comprado una hermosa sortija con un diamante a Sofí.

Era sábado y había quedado con Sofí para dar un paseo.

—¿Qué te parece si vamos a la Fontana de Trevi? —¡Me gustaría ir y poder verla de nuevo! Así puedes aprovechar en hacer unas bonitas fotos, ¿qué te parece? —dice Estefan.

—¡Sí es buena idea! Además, no terminamos de verla. —¡Sí vamos! —contestó Sofí.

Se montaron en el coche los dos enamorados; Sofí lo miraba mientras él conducía, pensando: "Es el hombre más maravilloso del mundo, que nunca pensé que lo podría haber conocido".

Estuvieron paseando cogidos de la mano, echándose miradas. Estefan la deseaba hacía mucho tiempo...

Llegaron a la Fontana di Trevi.

—¡Te acuerdas! —Aquí nos conocimos, hace un año, amor, todavía me acuerdo hasta cómo te pusiste colorada —dice Estefan.

—¡Sí, claro! —Que me acuerdo, siempre lo recordaré, fue muy bonito —contestó Sofí.

Sofí se apoyó en la fuente, y él la besó.

Se puso de rodillas delante de ella y sacó una cajita de su bolsillo, la abrió; se veía una sortija con un diamante.

Sacó de su bolsillo una carta que empezó a leer:

No hubo nadie antes de ti que pudiera hacerme sentir lo que tú provocas.

Te amé desde mucho antes de conocerte, te anhelé y esperé tu llegada teniendo la esperanza de que un día llegarías a mi vida. Ahora que te encuentras a mi lado, no dejaré que te vayas jamás, porque valió la pena esperar por ti.

Tú has logrado que la soledad sea mi compañera, porque hasta en la soledad te encuentras dentro de mí, dentro de mis pensamientos y eso me hace sentir cerca de ti.

Tus ojos pueden hablarme y no son solo palabras, porque en ellas puedo ver el amor que nadie más puede ver, ese amor que sé que solo es mío y a nadie entregarás.

En cada sitio que visito dejo tu nombre y el mío, porque siempre te llevo conmigo a todas partes. Te llevo siempre conmigo, en un lugarcito muy especial dentro de mi corazón, donde nadie te puede ver, donde nadie te puede tocar.

Tus defectos se convierten en virtudes frente a mí y te hacen especial.

No sé qué fue lo que hiciste en mí, que no puedo dejar de pensar en ti y en nuestra vida juntos, en ese universo que hemos creado solo para los dos.

Un universo dondeellosdonde sólo la luna y las estrellas pueden ser testigos del amor que nos une para siempre.

—¡Te quieres casar conmigo! Sofí, ¡te amo!

—¡Sí quiero, amor! —contestó Sofí entre lágrimas.

No se lo esperaba, que Estefan le pidiera matrimonio en un sitio tan especial para los dos...

Meses más tarde se casaron en la Cattedrale di Santa Maria del Fiore.

Al salir de la catedral se puso de rodillas ante Sofí.

Y le dijo estas palabras:

“Yo te elijo: para caminar a tu lado y dormir en tus brazos, para ser alegría para tu corazón y alimento para tu alma, para aprender de ti y crecer contigo, incluso cuando la vida nos cambie a los dos”.

FIN




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