En nuestro primer día en la secundaria, la directora Lorena nos dio la bienvenida al internado y nos mostró las instalaciones de cada espacio.
Lo más sorprendente fue que conocí a una muchacha llamada Rosangela. Parecía que yo hablaba otro idioma.
El seminternado se estudiaba de lunes a viernes desde las 7:00 a. m. hasta la 5:00 pm
Salíamos los fines de semana.
Luego de bienvenida, nos llevó para donde estaban los profesores, contestó amable la directora.
—¡Buenos días, alumnos! — saludó cariñosamente la maestra Virginia.
— Buenos días, profesora, respondimos los alumnos.
— Alumnos le presentó a la maestra Virginia — sonrió: será su maestra guía.
— ¿Cuándo tenemos nuestra primera clase? Andrea temblando de miedo.
— Después de terminar de instalarse — contestó la directora.
Luego que la directora nos presentó a los profesores, subimos a nuestras habitaciones, para acomodar nuestras pertenencias y después bajar a nuestras clases.
Mi habitación fue compartida con otra compañera llamada Ana Karina.
—¡Buenos días, un placer conocerte! Titubeando soy Andrea.
—¡Buenos días, el placer es mío! —Sonriendo. Me llamo Ana Karina y dirijo un programa llamado La bomba.
Me dispuse a desempacar las cosas que había traído en la maleta y asistí a clases con mis compañeros.
La secretaria nos llevó para el salón de la maestra Virginia; al pasar la secretaría se retiró.
—Alumnos, tenemos dos nuevas compañeras — informó la maestra.
—¡Buenos días, me llamo Andrea Martínez, vengo de Venezuela! Nerviosa.
Los compañeros dijeron “Bienvenida”.
—Puede sentarte, Andrea, contestó la maestra.
— Gracias, maestra, tome asiento.
—¡Buenos días! Me llamo Ana Karina — dije más segura.
“Bienvenida”, respondieron los compañeros.
Después que nos sentamos la maestra nos habló acerca de un trabajo que debíamos presentar para el final de curso con su defensa — explicó.
Podía ser en grupo o individual lo importante era que debíamos realizar el trabajo.
Después de escuchar a la maestra levanté la mano para dar mi opinión.
—¡Estoy de acuerdo en hacer el trabajo! Entusiasmada Andrea. ¿Podríamos realizar una película? Comenté.
—Si van a realizar la película deberían buscar todos los permisos necesarios — sugirió la maestra.
Si la maestra tiene razón pensé.
Sonó la campana y salimos del salón, fuimos a nuestras habitaciones para descansar.
Al subir a la habitación me cambié de ropa, tomé una ducha me acosté a dormir.
Mientras, Ana Karina se quedó revisando el programa que había grabado de la bomba.
¡Encuestas!
¿Qué le parece la novela hasta ahora?
¿Cómo le gustaría el final de la novela?