
-
Compartir
- Reportar
Eduard Castillo Meléndez tenía 30 años y una reputación bien ganada de mujeriego. Disfrutaba sin culpas de los placeres que la vida le ofrecía. No creía en compromisos ni en amores eternos. Dirigía una empresa que su abuela Martina le había entregado en un gesto de confianza, nombrándolo pr...
Hay en el texto:
venganza, romace celos amor prohibido, romance embarazo
14
27
En proceso: 19 Oct
2 pág.