Amor Eterno

Capitulo 20 ¡La sorpresa de Diana! Últimos capítulos.

El emprendimiento de Andrea fue avanzando cada día; llegaban nuevos clientes para encargarle regalos a ella.

Después que Andrea terminó de entregar los regalos que le faltaba recibió una inesperada llamada.

—Buenos días, hija. ¿Cómo estás? —dijo Diana con su voz dulce.

—¿Buenos días, Diana, yo bien y tú?—dijo Andrea sorprendida.

—Yo bien, mi niña, ¿cómo van tus estudios? Te llamo para avisarte que iré a visitarte a casa de tu tía Madelyn —comentó Diana.

—Bien, gracias a Dios, ya terminé el cuarto año. Estoy de vacaciones para comenzar el quinto año —contestó Andrea. Mi papá, ¿cómo le va en sus negocios? ¿Cuándo viene? —le preguntó.

—Los negocios de tu papá están yendo muy bien. Como pasa en cualquier empresa, ha tenido algunos inconvenientes, pero ya se han resuelto. Te compró varios regalos y me pidió que te los entregara— explicó Diana. —Hoy voy a Colombia.

—Me alegro mucho que a mi papá le vaya bien en su empresa; —dijo Andrea, nos vemos aquí.

—Saludos a tu tía, nos vemos—se despidió Diana.

Andrea terminó de hablar con su mamá, bajó a desayunar con su tía Madelyn.

—Buenos días, tía—saludó Andrea, tomó asiento.

—Buenos días, Andrea—sonrió Madelyn.

—Tia Diana, me acaba de llamar, me avisó que venía para acá—, contándole Andrea.

—¿Le vas a decir sobre tu embarazo a tu mamá?—le preguntó Madelyn.

—Sí, tía, por favor prepara una habitación para Diana. —pidió Andrea.

—Está bien, sobrina, yo me encargo de la habitación—contestó Madelyn.

Después de que Andrea terminó de hablar con su tía, recogió los platos y subió a su habitación, ya que recordó que debía hacer una llamada importante.

Andrea, agarró su teléfono y le marcó a la directora.
—¿Aló? Buenos días, directora Lorena—nerviosa, Andrea.

—Buenos días, Andrea, ¿cómo estás? Sucede algo—le preguntó la directora.

—Bien, gracias a Dios, directora. Necesito hablar con usted —solicitó Andrea.

—Perfecto, Andrea, voy para tu casa; hablamos allá —se despidió la directora.

Luego que Andrea terminó de hablar con la directora, llamó a Carlos Santiago.

—¿Hola? Buenos días. Carlos Santiago puede venir a casa; hablé con tu mamá y necesito que estés aquí—dijo Andrea, sintiendo un gran temor.
—Hola, buenos días, mi amada Andrea; está bien, ya voy para tu casa —dijo Carlos Santiago.

Andrea terminó de hablar con Carlos Santiago, alistó a la niña y bajó a la sala para recibirlos. El momento de decir la verdad había llegado, y Andrea sentía muchos nervios.

Mientras en Venezuela, la mamá de Andrea alistaba sus maletas, fue a comprar el pasaje de avión para ir a Colombia.

La madre de Andrea llegó a la agencia de viaje.

—Buenos días señorita, vengo a reservar un pasaje de avión—amable Diana.

—Buenos días, señorita. El vuelo para Colombia sale en la noche; debe estar a las 7:30—indicó la aerolínea.

—Está bien, gracias—sonrió Diana y se retiró.

La directora Lorena, llegó a la casa de Andrea; la tía de Andrea la recibió. Poco después, llegó Carlos Santiago, quien tomó asiento al lado de su mamá.

—¡Buenos días, directora Lorena! ¡Buenos días, Carlos Santiago! —contestó Andrea nerviosa.

—Buenos días, mi amada Andrea, ¿cómo estás?—saludó Carlos Santiago.

—Buenos días Andrea, ¿cómo estás, qué ocurre?—le preguntó la directora Lorena.

—Buenos días, Carlos Santiago. Yo bien, gracias por venir—dijo Andrea.

—Buenos días, directora. Yo bien, gracias por venir. Le quería decir algo —le informó Andrea.

—¿Qué sucede?—le pregunta la directora Lorena, sin entender.

—Carlos Santiago y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. Tuvimos una amistad y luego nos hicimos novios —reveló Andrea con tristeza—. Salí embarazada y me vine con mi tía Madelyn. Tenía mucho miedo de decirle a mis padres; ellos no lo iban a entender. Aquí, en Colombia, comencé a estudiar y a estar pendiente de mi hija, Evelyn Naomi.

—¿Por qué no me dijiste nada cuando te pregunté?—dijo la directora Lorena.

—Carlos Santiago y yo acordamos en decir la verdad juntos; —expresó Andrea.

—¿La niña que tienes cargada es mi nieta, verdad?—indagó la directora Lorena.

—Si directora es su nieta, se llama Evelyn Naomi—dijo Andrea.

—¿Me permite cargarla—preguntó la directora Lorena.

—Sí, claro, directora, solo cárgala con cuidado; está dormida—indicó Andrea.

—Si, está bien, gracias—sonrió la directora.

Andrea le dio la niña a la directora para que la cargara, y la directora la tomó con cuidado y besó su frente.

—Hola, Evelyn Naomi. Soy tu abuela Lorena y estoy muy feliz de conocerte. Eres una niña hermosa. Prometo cuidar de ti y llevarme bien con tu mamá, Andrea —dijo la directora a su nieta.

—Gracias por permitirme conocer a mi nieta. Quiero que sepas que cuentas conmigo, Andrea —contestó la directora, sin poder contener las lágrimas de felicidad.

—Gracias, directora Lorena—Andrea.

La directora, Lorena, le entregó a la niña a Andrea y le dio unos regalos que compró para su nieta. La tía de Andrea preparó un rico chocolate, lo sirvió y se lo llevó a Carlos Santiago y a la directora.

Posteriormente la directora se fue con su hijo Carlos Santiago.

Andrea subió a la habitación, acostó a la niña en su cuna, aguardó los regalos que le trajo la directora, fue ayudar a su Madelyn a preparar la cena para Diana.

En Venezuela:
Diana llegó al aeropuerto y tomó asiento mientras la llamaban para abordar el avión. Unos minutos después...

—El vuelo 555 con destino a Colombia, por favor, aborde el avión —indicó la aerolínea por megafonía.

La mamá de Andrea abordó el avión con los demás pasajeros. Al estar sentada, pensó: "Espero que mi hermana Madelyn no haya hablado con mi hija Andrea acerca del secreto".

Uno de los pilotos cerró la puerta del avión y comenzó el despegue.

—Señores pasajeros, por favor ajusten sus cinturones, ya hemos arrancado —informó uno de los pilotos.



#809 en Novela romántica

En el texto hay: juventud, traicin, ronance

Editado: 26.04.2025

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