Capítulo 24 La Historia De Esteban y Yenifer, Mi Nuevo Capítulo En España.

En España, el hermano de Andrea preparó las maletas y guardó el anillo que había comprado con la ayuda de Diana para dárselo a Jeniffer y proponerle matrimonio durante la cena. Luego, se dirigió al aeropuerto para comprar un boleto de avión hacia Colombia.

Al llegar, la agente de la aerolínea lo atendió:
—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarlo?—preguntó Valeria Cortes.

—Buenos días, por favor, me gustaría un boleto para Colombia —respondió Esteban, nervioso.

—Hay un vuelo disponible que sale a las 9:30 p.m. — indicó Valeria.

—Está bien, lo aceptaré, muchas gracias—dijo Esteban mientras pagaba el boleto.

Después de que Esteban pagó el boleto, se regresó a la universidad y llamó a su hermana, Andrea.

En la casa de Andrea, ella se despertó temprano y llevó a su niña a su habitación. La bañó, le cambió de ropa y le puso un hermoso vestido que le compró su abuela Lorena, junto con sus manoplas y gorrito. Luego, le dio su tetero y la acostó nuevamente en la cuna. En ese momento, su teléfono comenzó a sonar y ella contestó.

—¿Hola? ¡Buenos días! —dijo Andrea.

—¡Buenos días, hermana! ¿Cómo estás? Ya compré el boleto de avión para Colombia y me gustaría pedirte ayuda para organizar una cena especial para Jeniffer y sus padres. —dijo Esteban.

—Voy a reservar en un restaurante—contestó Andrea.

—Haz la reservación para la tarde; yo compré el boleto para la noche —le comentó Esteban.

—Cuídate mucho, hermano. Cuando llegues al aeropuerto, avísame para ir a buscarte—dijo Andrea.

—Gracias, hermana—se despidió Esteban.

Andrea salió de la habitación y se dirigió a la cocina para prepararse un café. Una vez que lo tuvo listo, se sentó en el mueble y revisó su página de Instagram de emprendimiento. Al abrirla, se sorprendió al ver que muchas personas habían dado "me gusta" a su publicación sobre la fiesta de Adele por sus 15 años. Recibió numerosos mensajes de felicitación y varias propuestas para contratar su servicio como organizadora de eventos. Andrea se sentía feliz porque su emprendimiento estaba dando frutos y recibiendo reconocimiento. Además, estaba considerando la oferta de trabajo que le hizo la señora Miriam.

Ana Karina se levantó de la cama, se acomodó el cabello y se puso un vestido cómodo antes de salir de la habitación.
—¡Buenos días, hermana! ¿Cómo te encuentras? —preguntó Ana Karina, sonriendo.

—¡Qué sorpresa que me digas hermana! ¿Cómo te encuentras?—exclamó Andrea, sorprendida.

—Bien, hermana. ¿Y tú? ¿Te pasa algo? —le preguntó Ana Karina.

—Estoy bien, hermana. Toma asiento; voy a prepararte un café—dijo Andrea.

Ana Karina se acomodó en su asiento, mientras Andrea le traía el café. Al llegar, le entregó la bebida y se sentó para continuar la conversación.

—¿Recuerdas mi visita a la señora Miriam? —comentó Andrea—. Me ofreció un trabajo para organizar eventos en una de sus sucursales en España. Antes de que firme el contrato, los inversionistas quieren reunirse conmigo. Además, me brindó su apoyo para que pueda estudiar en la universidad allí. ¡Y, para colmo, me dejó su casa!

—Me parece una propuesta fantástica, ¡cuenta conmigo! ¿Iremos juntas o irás sola? ¿Has considerado mudarse a España? —respondió Ana Karina.

—No te dejaré sola; iremos después de que terminemos el liceo. Escucharé lo que digan los inversionistas y, si la sucursal no va bien, nos quedaremos en España —contestó Andrea.

—Todos nuestros amigos y familiares están aquí y hemos construido nuestra vida en Colombia; en cambio, en España tendríamos que empezar de nuevo—dijo Ana Karina.

—Tienes razón, Ana Karina. He estado pensando en ello, y será una gran oportunidad de trabajo. Tú puedes terminar tu trabajo por ahora y solicitar una carta de recomendación; no perderás tu puesto, ya que siempre tendrás la puerta abierta para regresar. Además, gracias a tu buen desempeño, incluso te dieron acceso exclusivo. Si decides no quedarte en España, puedes volver y vivir en mi casa, y terminar tus estudios aquí en Colombia —expresó Andrea.

—Gracias por tu apoyo. Quiero buscar ayuda para superar la pérdida de mi abuela. La extraño mucho y cada mañana me despierto soñando con ella. No quiero tomar medicamentos—dijo Ana Karina, con tristeza.

—Vamos al parque. Necesitamos descansar después de tanto trabajo. Luego iremos al hospital a pedir ayuda —dijo Andrea.

Andrea se levantó del mueble, se dirigió a la habitación y se cambió a ropa cómoda. Preparó la pañalera de su niña, mientras Ana Karina se puso un conjunto y se arregló el cabello. Finalmente, ambas salieron de la casa.

Al llegar al parque, compraron un helado y se sentaron. Fue entonces cuando se acercó una chica embarazada a Andrea y Ana Karina.

—¡Buenos días, Andrea! Un placer conocerte—dijo Cristina mientras le daba la mano.

—¡Buenos días, Cristina! Es un placer conocerte. ¿En qué puedo ayudarte? Toma asiento —dijo Andrea con amabilidad.

—He estado viendo tus publicaciones sobre decoraciones y me gustaría contratar tus servicios para organizar mi baby shower. Estoy de 7 meses de embarazo y será una celebración íntima con algunos familiares y amigos—dijo Cristina acariciando su vientre.

—¡Qué lindo! Muchas felicidades por tu embarazo. También soy mamá de una hermosa niña y con gusto te ayudaré a organizar tu baby shower. Este será mi último trabajo por ahora, ya que empezaré a estudiar y no creo que pueda seguir trabajando —contestó Andrea.

—Te agradezco mucho por tu ayuda, mantengámonos en contacto para darte los detalles sobre la decoración—se despidió Cristina

—No te preocupes, está bien —dijo Andrea.

Luego, Andrea y Ana Karina salieron del parque y se dirigieron al hospital. Al llegar, Andrea se sentó, mientras Ana Karina se acercó a la recepción.

—Buenos días, señorita. Necesito información para contactar a un psicólogo, ya que necesito ayuda —dijo Ana Karina, mostrándose nerviosa.