Una prueba.

El rey junto a su reina lo ven llegar en su corcel negro demostrando gran impotencia lo que lo hacía perfecto para el puesto. El joven Vlad baja y se arrodilla ante ambos ofreciendo sus respetos.

- Párate muchacho, he escuchado maravillas de ti.

El joven ilusionado por la idea de que por fin tomaría el puesto de coronel levanta la cabeza con arrogancia. - Todo es por mi fuerza de voluntad, estoy dispuesto a todo por mi nación mi rey.

- Eso es bueno de hecho muy bueno porque estoy a punto de darte el máximo honor, claro está si pasas una pequeña prueba.

- Puede pedirme lo que sea.

- Tienes que ir al bosque oscuro y traer la cabeza del oso que habita en él. Si puedes cumplir esa misión en 3 días te daré algo que te cambiará la vida y te pondrá por encima de cualquier soldado.

- Tendrá lo que me pide mañana mismo.

La reina da un paso adelante mirándolo desafiante. - La arrogancia no es buena joven paladín, procure su propia salud antes que demostrar valentía.

- Gracia por sus sabias palabras mi reina. Ahora me marchó.

Ambos se quedan observando como el joven se va a todo galope. - Se ve que es arrogante.

- Nuestra hija necesita del más fuerte paladín para su protección y si ese intrépido joven puede conseguir la cabeza de ese animal para mañana tendrá toda mi confianza.

- Mi hermosa Ayla pronto cumplirá 16 y comenzará su doctrina, no quiero dejarla ir aún es muy joven.

- Es su destino, lo mejor que podemos hacer por ella es buscarle a alguien digno para que la proteja hasta que llegue el momento de unir su vida a la del gran dragón y con ello traiga la tan añorada paz que todos necesitamos.

Adentro del castillo Ayla practicaba su baile mientras intentaba despejar su cabeza. Desde niña le habían enseñado la magia elemental para curar heridas, ayudar a crecer los cultivos y bendecir a sus fieles creyentes. Esa vida aunque pareciera grandiosa significaba un gran sacrifico de su parte.

- Princesa se volvió a equivocar. Está a punto de debutar, necesita ser perfecta.

- Estoy cansada de ser perfecta María, todos esperan tanto de mí que no dejo de pensar que no soy tan buena.

- Aleje esos malos pensamientos, idea nació del deseo de todos nosotros, es nuestra última esperanza de vida.

- Eso no me ayuda en lo más mínimo al contrario me sigues poniendo más presión.

- Todo acabará bien, su futuro será increíble pues nació bajo la bendición de los cielos y cuenta con un don increíble.

Me quedo observando en el espejo, veo esa luz brillar con más fuerza en mi pecho. ¿Cómo será el emperador dragón? Mejor aún estará dispuesto a aceptarme como su pareja para toda la vida.

- María no sabes como es el emperador dragón.

- Nadie lo sabe, dicen que la última vez que se le vio fue hace siglos.

- Entonces como se supone que me casé con el sí nadie sabe si siquiera está con vida.

- Dicen que tiene el don de reencarnar, justo ahora mismo puede estar caminado entre nosotros.

- ¿Cómo nos uniremos?

- Ya lo sabe, el cielo brillará de colores y dice la leyenda que sus corazones se conectarán al verse a los ojos.

- También decían que él vivía en las lejanas llanuras, en un castillo negro custodiado por orcos y que poseía un gran tesoro. Que los antiguos Reyes mandaban a sus hijas para lograr ganar su simpatía, pero estas jamás regresaron.

- Bueno por muchos años se buscó ese castillo, pero ya ve que nadie lo ha podido encontrar.

- Yo leí que el castillo tiene un encanto para no ser visto.

- Bueno lo que tenga que ser pronto lo sabremos, usted siga esforzándose mi princesa.

Estoy cansada de siempre esforzarme, pero parece que a nadie le importa eso. Me pregunto que pasará ese día, el emperador aparecerá de la nada frente a mí y me llevará lejos o tan vez me ponga de esclava. Que miedo no saber siquiera como luce la persona a la que supuestamente le perteneces..

Mientras en castillo se preparaba para el debut de Ayla, Vlad llegaba a todo galope al bosque oscuro percibiendo rápidamente el rastro del oso.

- Sin duda alguna una vez que pase está prueba voy a conseguir ser el general de todo el ejército, nadie más me verá por debajo y llenaré de gloria a todo el reino.

Con su espada empuñada comienza a seguir las huellas del animal hasta un gran páramo con una laguna en su centro. Puede ver a las criaturas convivir pacíficamente y algo en su pecho se siente pasado, una sensación familiar lo invade olvidando su objetivo hasta que un gran rugido se escucha a su espalda llevándose toda su atención.

- Que bueno que me ahorras las molestias de buscarte bestia.