Por fuerzas mayores y debido a que la princesa se negaba a continuar nos quedamos 3 días en el lugar hasta que gran parte de la gente se recuperó, después de eso la vi irse a una cascada no muy lejana acompañada de sus damas de compañía.
- Lo siento Sir. La princesa necesita limpiar su cuerpo así que vigile desde una distancia considerada y prudente.
- El agua está helada.
- Ella ya está acostumbrada, no se preocupe.
Me voy dejándola atrás aunque entiendo que la higiene es importante obligar a alguien a bañarse en agua congelada es simplemente cruel, ni siquiera mi abuelo hacia eso conmigo. Como puede ser que ellos siendo más civilizados obliguen a una princesa a hacer algo así.
Incluso esas damas se dañaron en una choza con agua caliente anoche, hay tantas cosas que no entiendo, pero no creo que nadie me lo quiera aclarar. Puedo ver un siervo caminando no muy lejos así que tomó mi arco y flecha, al menos tenemos proteína para comer.
- Ustedes dos cuiden a las damas en lo que yo limpio esto y ni se les ocurra espiar.
- Como ordene capitán.
Capitán, luche tanto por ese puesto y nunca imaginé que terminaría aquí haciendo la comida mientras las mujeres se bañan. Que vida más miserable.
- Huele delicioso.
- Veo que ya termino, princesa.
- Así es y ahora estoy hambrienta.
- Coma mucho que tenemos que seguir nuestro camino.
- Sir usted cree que nos encontraremos a esos demonios, he visto una que otra criatura en los alrededores.
- No sé, lo más seguro es que sí. No tiene de que preocuparse yo la protegeré.
- Ya veo. Gracias por la comida.
Los días siguientes fueron un caos total, el camino se volvió difícil y el carruaje poco a poco comenzó a fallar, lo bueno fue que 5 días después llegamos al siguiente pueblo y este estaba un poco mejor que el anterior.
Las personas al ver a la princesa la rodearon de inmediato ofreciendo su gratitud y llenándola de bendiciones, ella con una sonrisa amigable no rechazaba el contacto de nadie como si fueran su igual y eso puso de muy mal genio a sus damas quienes alejaban a todos.
- Déjenlos, yo quiero bendecirlos también.
- Pero princesa.. Están sucios y puede que enfermos.
- Prefiero la suciedad de la carne a la del alma. Estas personas son buenas y quiero darles mis bendiciones.
- Como ordene. Por favor formen una fila par a ver a la sacerdotisa.
Ese acto de bondad nos llevó 8 horas, la princesa curó las heridas de los enfermos, paseo por los cultivos y nuevamente limpio el agua, a cambio un herrero arreglo el carruaje y afilo nuestras armas.
- Más adelante hay un fuerte enemigo, una gran cantidad de monstruos se apoderaron de una pequeña aldea y todos los que fueron a ayudar no volvieron. Gracias al cielo ustedes llegaron antes que ellos, nosotros solo estábamos esperando nuestro fin, pero ahora estamos llenos de esperanza en que podemos sobrevivir.
Así que ese es el don de la princesa, ella da esperanzas incluso cuando ya no las hay.
- No se preocupe y gracias por afilar mi espada, con esto le prometo aniquilar a todos los monstruos.
- Tiene que llevarla a salvo para que la sacerdotisa nos libere a todos al unir su vida a la del gran emperador dragón.
- ¿No es eso muy injusto y cruel? Ustedes no saben que pasará cuando la princesa llegue a ese castillo, que tal si el dragón se la come viva.
- Ese es su destino, ella tiene que unirse a él en sagrado matrimonio o dentro de sus entrañas para que todos seamos libres.
Que hipócritas mal agradecidos, no les importa como, lo único que piensan es en ellos mismos. Tomo mi arma y salgo de ese lugar antes de cometer una locura, por alguna razón llegó a la tienda de la princesa y la veo leyendo.
- Sir. Que lo trae por aquí.
- Tengo una duda.
- Lo escucho.
- Sabe exactamente que le pasará cuando lleguemos al castillo.
- Pueden pasar dos cosas. La primera es que el emperador me tome como su esposa y emperatriz y la segunda es que me convierta en su cena.
- Entonces ya lo sabía.
- No soy sorda o estúpida, pero también hay una tercera posibilidad y es que el emperador no esté en ese lugar, ya sabes nadie lo ha visto en décadas.
- Que pasa en ese caso.
- Supongo que muero de todas formas.
La veo tomar un sorber su té mientras dice esas palabras como si nada, tan tranquila y en paz. Ella ha sido entrenada desde niña para esto es por eso que no muestra temor o duda.
- Mañana partiremos a un lugar muy peligroso por lo que sé.
- Será complicado.
- Por favor permítame obsequiarle este amuleto para protegerlo.
Su mano va directo a mi esposa y coloca las guirnaldas en la funda. - Esto tiene mis mejores deseos para usted, una larga y bendecida vida, llena de felicidad y prosperidad.
- ¿Por qué hace esto?
- Porque de usted desprende que yo llegué con vida a mi destino sea cual sea este y cuando ese momento llegue por favor no mire atrás y déjeme cumplir con mi deber.
- Es solo una niña.
- Solo en cuerpo, al igual que usted Sir. He notado que su cuerpo está lleno de cicatrices que demuestran su valor al igual que el cansancio en su mirada. Usted también es joven, pero su alma es de una persona ya mayor y experimentada que ha vivido mil veces.
- Sigo pensando que usted es una persona muy extraña.
- Puedo vivir con eso.
Ja Ja No la entiendo en lo más mínimo y comienzo a darle cuenta de que no me importa. Siempre y cuando me mantenga cerca de ella sé que podré descubrir más de esa encantadora y a la vez espeluznante forma de ser que tiene.
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Editado: 22.08.2025