Año 1723 muchas cosas cambiaron, ahora soy un príncipe heredero en un nuevo mundo donde las bestias ya no habitan, las reglas en cierta forman cambiaron, ahora hay leyes, juicios aunque todavía se mantienen las sentencias a muerte. El mundo se dividió en 6 grandes regiones y mi familia es la que dirige una de estas.
¿Qué como llegue a este puesto si yo nunca puedo morir? Es un proceso simple, una vez todo acaba mis energías desaparecen volviéndome un niño otra vez y divagó por el mundo, esta vez fui adoptado por esta familia quien no podía concebir un heredero.
La mujer amenazada porque su puesto fuera arrebatado un día me encontró y me hizo pasar por el hijo de su esposo así ella seguiría siendo la flamante primer esposa y yo el primer hijo que heredaría todo.
Aunque no todo era tan sencillo, a quien yo llamaba padre tenía en total 4 concubinas y eventualmente ellas dieron a luz a más niños, pero debo de admitir que esa mujer sabía muy bien realizar su trabajo. Solo le permitirá vivir a las niñas mientras los varones morían de manera "misteriosa" por alguna enfermedad o lo que fuera.
Mis recuerdos se desvanecieron poco a poco con el transcurrir de los años y ahora mismo que tengo 25 ya no recuerdo nada de mi infancia y mucho menos de mi vida anterior. Pero debo de admitir que los dioses siempre me están vigilando. ¿Cómo lo sé? Mi nombre, no importa cuantas vidas pasen, mi nombre siempre es el mismo.

- Hermano he escuchado que todos es tan preparando un gran banquete para tu boda. ¿Ella es linda?
- Ella es hermosa.
- Que envidia. Me gustaría yo también poder casarme y quedarme aquí, pero cuando el momento llegue me tendré que ir a otro territorio lejos de la familia.
- Eso es lo de menos tonta, ruega a que te tomen como esposa principal y no como concubina.
- Eso es verdad, aunque es casi imposible, ya que yo nací de una concubina y por ende seré vendida como una.
- Haré todo lo posible por conseguir un buen pretendiente para ti, lo prometo.
- Gracias hermano.
Estoy a solo 4 días de casarme con una hermosa mujer de un territorio vecino para afirmar alianzas y crear un puente que nos beneficie a ambos lados, aunque después de tomarla a ella ya tengo una lista de las posibles concubinas que me tocaran y yo debo de cumplir mi obligación con todas ellas.
- Hijo mío la dama Brisa llegará pronto tienes que verte guapo para ella y dar a este territorio herederos fuertes que nos enorgullezcan.
- Si madre.
- También he seleccionado a varias de tus concubinas. ¿Quieres verlas?
- No ea muy pronto para eso, ni siquiera me he casado y la ley marca que luego de 6 meses de matrimonio recién puede entrar las concubinas.
- Es mejor separarlas desde ahora así no corremos el riesgo de que ellas se casen con alguien más, además...
- Quieres que sean sumisas a mí.
- Aliadas, tienen que ser buenas aliadas no como estas víboras que lo único que quieren es mi puesto. Ellas tienen que entender cuál es su lugar y no pretender más de lo que merecen.
- Justo ahora estoy por salir a entrenar, puedes dejar los papeles sobre el escritorio y está noche los reviso sin falta.
- Gracias cariño, eres el mejor de todos.
Mi madre ha sufrido el favoritismo que mi padre le ha dado a otras mujeres y cuando el hombre favorece a una sobre otras nacen los celos y la envidia lo que provoca una batalla silenciosa que se lleva a cabo detrás de estas grandes paredes. La muerte deambula en silencio en cada rincón y todas ellas lo saben. Las mujeres dan miedo, no tienen piedad ni siquiera de un indefenso ser.
No dudan en matarlos desde el vientre de su madre o cuando apenas llevan horas de nacidos. Creo que esa fue la razón por la cual mi madre me tuvo lejos de aquí, en una casa de campo alejada de todo y me trajo de regreso cuando yo tenía 2 años de edad aunque enfrente a la muerte en varias ocasiones nunca sufrí de legiones graves lo que me hizo digno de ser el heredero de todo esto.
Luego de un largo entrenamiento con la espada recreo a mi habitación y comienzo a leer los informes, todas son hijas de casa nobles y también de conocidos cercanos de mi madre, ahora veo porque era tanta su insistencia. Ni siquiera se para qué me da esto si ella ya tomo la decisión por mí de quienes serán mis compañeras.
La única que abiertamente es ajena a todo esto es Brisa porque ella fue elegida por mi padre quien es un buen amigo del padre de ella. Brisa una mujer que no es solo hermosa, sino que también cuenta con los modales y la elegancia digna de una monarca, ella es perfecta para el puesto de esposa aunque mi corazón no se sienta emocionado por tenerla.
De hecho nunca he sentido deseo por ninguna mujer en toda mi vida, no me importa si está desnuda frente a mí, mi cuerpo simplemente no reacciona a ellas y eso mi madre lo sabe muy bien, ya que ella misma mandaba a las damas a buscarme por las noches y estas siempre salían decepcionadas de mi alcoba.
Me pregunto si está vez será diferente o si este problema mío traerá consecuencias graves a sus planes.
Los días pasaron rápido y por fin llegó el gran día. Con todo listo veo por fin a Brisa a la cara, ella ya estaba presente días atrás, pero no podíamos estar a solas hasta hoy.
- Buenas tardes, bella dama.
- Es un placer verle por fin mi lord.
Luego de la ceremonia comienza el banquete y luego de dar nuestro primer baile como marido y mujer mi padre da su discurso.
- Los cielos hoy nos han bendecido con esta unión que no es solo entre Naciones, sino que también estaré familias lo que nos traerá un grandioso futuro que espero llegue de la mano de muchos niños sanos y fuertes.
Con esas palabras comenzó mi vida siendo un esposo.
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Editado: 22.08.2025