Esta vez pasó mucho tiempo, más del que puedo contar o recordar. Los días eran eternos y las noches muy solitarias, a mi alrededor lo que una vez fue páramo poco a poco se convirtió en una selva de asfalto.
Donde antes había calles de tierra ahora hay grandes edificios y autos. La gente ya no viste ropas formales y parece que entre menos se use mejor queda. El dinero maneja el mundo, pero algo que sigue igual es el estatus que este te da. Los que tienen mucho se posicionan en lo más alto mientras lo que no lo poseen están en lo más bajo.
Se podría decir que yo con mi vida eterna he podido mantener increíble riqueza, pero la cuestión es que no recuerdo donde están esas valiosas posesiones así que como todos empecé desde abajo.
Esta vez me críe en un orfanato y al transcurrir el tiempo llegué a tener un buen trabajo que me permite vivir bien. Soy profesor en una academia para deportistas olímpicos y este año tendremos muy buenos talentos.
Como de costumbre llegó a mi oficina y comienzo a releer el informe. - 10 nuevos aspirantes, 7 mujeres y 3 hombres. Cada vez más flojos.
- Ja ja Los chicos de hoy en día tienen otras prioridades. Vamos por unos tragos luego del inicio de ciclo Vlard.
- Esta vez no Betty.
- Vamos hombre no seas tan aburrido nadie que te conozca pensaría que estás en tus 27 años.
- No me molesta que piensen que tengo 50, disfruto de la tranquilidad de mi hogar.
- ¡ABURRIDO! Sabes que incluso corre un rumor de que eres homosexual porque nunca se te ve con una novia.
- Ya te lo dije Betty no me molesta lo que la gente piense de mí siempre y cuando yo realice bien mi trabajo lo demás no me molesta en lo más mínimo.
Tomo mi saco y salgo al salón para ver a los recién llegados, ellos ya están muy animados pensando que esto será como ir de campamento. Que equivocados están.
- Muy buenos días, mi nombre es Vlard Moors y yo seré su profesor. ¿Por qué solo hay 9 personas?
- Señor Moors falta una compañera aunque no sé que ha pasado, ya que no responde su teléfono.
- Está bien, pasen a sus habitaciones y pónganse ropa cómoda, comenzamos en 30 minutos.
Les doy la espalda escuchando sus comentarios, cada año es lo mismo ojalá está vez también se les pase rápido.
- Que profesor más guapo, los rumores eran verdad.
- Tienes razón está fue la mejor decisión de mi vida con un hombre así vale la pena el esfuerzo.
- Chicas no les parece raro que Ayla no esté aquí, ella era la más emocionada por esta oportunidad.
- Ya llegará, tampoco es para tanto o simplemente se arrepintió.
- No lo sé, ella nunca se arrepentiría.
- Bueno si la quieres ayudar elige un una habitación conjunta antes de que se queden durmiendo fuera del campus.
Ayla porque no respondes mis mensajes, que te ha pasado que no estás aquí. Ojalá todo este bien.
Una semana entera transcurre y todos están acostumbrándose al entrenamiento, las chicas son coquetas y los chicos se mantienen siendo chicos intentando llamar la atención de su opuesto. Incluso es gracioso verlo.
- A donde vas este fin de semana compañero de trabajo.
- Tengo alguien a quien ver.
- Buena suerte Vlard, nos vemos el lunes.
- Gracias Betty, nos vemos.
Aunque no tengo familia me gusta venir de vez en cuando al orfanato a saludar a las monjas y también a los niños. Uno en particular es mi mejor amigo y si lo sé un hombre adulto siendo amigo de un niño de 7 años. Pero Pedro es ciego así que no tiene amigos y me gusta pasar el tiempo con él.
Hoy en especial es su cumpleaños así que antes de llegar pasó por una pastelería y le compro su bizcocho favorito, al salir mientras camino una chica me golpea y sigue su camino apresurada.
- Hoy en día nadie tiene modales, espero que el pastel no se dañe.
Cuando llegó los niños me rodean y puedo ver a Pedro sentado junto a la ventana.
- Porque tan solo campeón.
- Vlard si viniste.
- Nunca me perdería este día amiguito. Que haces aquí.
- Escucho a las aves cantar, la primavera ha traído a muchas nuevas buscando su hogar.
Siento ya es primavera, los árboles florecen y las aves están de regreso. - Quieres soplar las velas de tu pastel.
- Vlard crees que yo también encuentre algún día un hogar.
- Claro que sí.
Después de una agradable tarde la madre superiora me invita un café y sé que es para hablar de Pedro.
- Mi querido niño tengo noticias para ti, sé que quieres adoptar a Pedro, pero...
- Otra vez negaron mi petición.
- Todo sería más fácil si tuvieras una esposa, es casi imposible que te den la custodia de un niño siendo padre soltero y más cuando ese niño tiene una discapacidad. Eres joven y muy apuesto no entiendo como es que no consigues una buena mujer.
- Lo voy a seguir intentando, esto no me detendrá. Cuídelo por mí por favor.
- Gracias por todo mi niño.
No entiendo por qué todos quieren emparejarme, no es como que disfrute tanto de mi soledad yo también quisiera tener a alguien que me espere cada día al llegar a casa, pero completa nunca he conocido el amor.
Mientras camino por las calles ahora iluminadas por las carteleras siento un perfume particular y algo familiar. Es uno de mujer lo que me llama la atención, ya que yo nunca he tenido una novia que me deje ese recuerdo.
Frente a mí veo a una joven en una florería, paso junto a ella y ese perfume se me impregna haciéndome voltear de inmediato, pero ella ya no está. Que me está pasando está noche.
Camino unas cuantas cuadras más cuando alguien me jala por detrás empujándome a un costado con gran fuerza.
- Perdóneme por favor.
¿Una mujer?. - Que crees que estás haciendo.
- Un momento.... Por favor quedémonos así un momento.
Otra vez ese perfume, acaso es la misma mujer que vi antes.
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Editado: 22.08.2025