Después de esa conversación y ese abrazo que fue como si se funcionarán nuestras almas Ayla se fue sin decir más y me tocó esperar nuevamente al lunes para volver a verla. Los dos sabemos que este sentimiento está prohibido para nosotros y aun así nuestros corazones se niegan a entrar en razón.
Que momento más maravilloso fue cuando de su boca salieron esas palabras, tanto así que casi no resistí el impulso de hacerla mía. Mi conciencia dejó de funcionar y únicamente quedaron mis instintos más bajos y primitivos. Su aroma tiene el poder de activar todo lo que tengo dormido en mi interior y aunque quiera alejarme de ella ya es muy tarde para mí.
- En que tanto estás pensado Vlard.
- Ja ja Nunca dejas de sorprenderme Pedro. ¿Qué te pareció la chica que te presente?
- Ella es mágica.
- ¿Mágica?
- Es un secreto entre nosotros dos y no puedo decírtelo.
- Ahora me guardas secretos he pequeño Bribón.
- Me gusta mucho y a ti también te gusta mucho o no Vlard.
Me sorprende ver cuanto puede ver un niño no vidente, ojalá las personas aprendieran a ver con el corazón así todo sería diferente.
- Creo incluso que la amo más que a mi vida.
- Entonces que esperas para hacerla tu novia.
- Es complicado.
- Los adultos siempre dicen que es complicado, yo no le encuentro sentido, si te gusta alguien se lo dices y si esa persona siente lo mismo bien.
- Que pasa si no le gustas de la misma manera.
- Sigues adelante.
- ¿Y si ambos se gustan, pero no pueden estar juntos?
- Vlard soy solo un niño, si lo dos se gustan entonces se casan y viven felices para siempre.
Que patético me debo de ver ahora mismo contándole mis problemas personales a un niño pequeño y lo peor es que él en su corta edad me dé consejos de esta manera. Las personas se complican por voluntad propia porque de verdad no hay nada complicado, ya que Ayla siente lo mismo que yo y aun así no puedo lanzarme de lleno al vacío.
¿Por qué dudo tanto? Si nunca he tenido nada, no me importaría darlo todo por ella y aquí estoy dudando. Algo dentro de mí me dice que ella estará mejor lejos de mí y que si estamos juntos algo malo pasará.
Esa noche tengo un sueño extraño en el que veo a una mujer muy parecida a Ayla muriendo en mis brazos una y otra vez. No importa cuanto me cueste nunca logró salvarla y veo como la oscuridad se la lleva otra vez lejos de mí.
Me despierto agitado sudando frío, la sensación es tan extrema que comienzo a llorar mientras observó a la blanca luna colarse por mi ventana. Me gustaría que alguien me dijera que es lo que tengo que hacer, cuál es el camino que debo de seguir, porque me siento tan confundido y adolorido cuando pienso en Ayla y lo más importante... Porque ella nunca sale de mi cabeza.
La mañana llega encontrándome desvelado todavía sentado en la cama observando todo afuera sin respuesta a ninguna de mis preguntas. Tengo miedo a dormir y volver a soñar con ella muriendo por mi culpa y tengo miedo a estar despierto y verla sonreír como ya estoy acostumbrado porque esa sonrisa derrite toda mi armadura.
Para cuando llega el lunes me reporto como enfermo y dejo de ir unos días, lo mejor es mantenerme alejado aun así sus mensajes no paran de llegar, los ignoro a todos. El conserje del gimnasio me informa que cada día Ayla va por mí sin falta, pero soy tan cobarde que no me atrevo a darle la cara.
Tan cobarde como esa vez, a pesar de que me recupere y de que amaba luchar decidí que era hora de parar y tome el camino más sencillo. ¿Por qué? Ni yo mismo lo sé simplemente estaba tan cansado de todo, como si llevará demasiadas vidas haciendo lo mismo.
Supongo que no soy tan genial como Pedro piensa, solo soy otro cobarde más que camina por estas tierras arrastrando cadenas muy pesadas intentando encontrar un lugar en el cual descansar.
Inevitablemente, me tocó volver a la realidad y a la escuela, ya no había escusas que poner además de que soy un adulto y no un niño que corre asustado a esconderse. Trate con frialdad a Ayla desde mi regreso, ella no dudo en venir a mi preocupada, pero ya había tomado mi decisión.
- Porque no habías venido, te extrañaba tanto que todos los días fui al gimnasio.
- Estaba ocupado, no creí que te debiera explicación alguna.
- ¿Sucede algo malo?
- Ya estoy mejor y estas son horas de clases así que por favor ve a tu salón y déjame hacer mi trabajo que como puedes ver estoy muy atrasado.
Ella rodea el escritorio buscando mi mirada aunque se la niego, si la veo de frente no podré soportarlo.
- Dime que está pasando, no creo que de un día para otro cambiarás tanto. ¿Es por lo que dije esa noche?
- No me conoces así que no puedes asegurar tal cosa Ayla.
- Mírame a los ojos y dime que quieres que me vaya.
- Por favor, soy un profesor y tu una alumna que tanto te cuesta entender que yo soy la autoridad aquí y que no te tengo que dar explicaciones.
- ¡DIJE QUE ME MIRES A LOS OJOS!
Siento sus lágrimas caer en mi mano y me siento la peor basura del mundo, nunca quise hacerla llorar.
- Vete ahora Ayla.
La veo salir corriendo mientras sostengo mi cabeza soportando el gran dolor de mi pecho, perdóname Ayla, pero yo no soy bueno para ti y tú te mereces mucho más que un simple cobarde.
#1178 en Fantasía
#726 en Personajes sobrenaturales
amor dolor dulsura, amor tristeza y felicidad, amor eterno traiciones y engaños
Editado: 22.08.2025