Salimos al patio y nos sentamos a tomar el cálido sol mientras le comparto el pastel que preparé para él.
- Pedro si pudieras pedir un deseo cuál sería.
- Encontrar una familia que me quiera y acepté tal cual soy.
Me asombra ver la rapidez con la que contestó, no lo dudo ni por un segundo y además sus palabras eran las más sinceras que jamás escuche.
- Pensé que dirías recuperar la vista.
- Si me gustaría conocer el mundo en el que vivo y toda su hermosura, pero prefiero a alguien quien me quiera tal cual soy. Si nací de esta manera es por algún propósito o simplemente porque así tenía que ser.
- Pero puedes encontrar una familia y también ver el mundo.
- No tengo dudas de que tal vez tener una buena vista me ayudaría a conseguir una familia más rápido, puesto que nadie quiere a un niño defectuoso, pero yo creo en el amor y de seguro allá afuera abra alguien quien me ame así tal cual soy.
No puedo evitar abrazarlo, yo tenía pensado devolverle la vista y esperar a que Vlard viniera por él, ahora ya tiene una mujer que de seguro convertirá en su esposa y podrán darle un hogar a Pedro. Pero jamás esperé escuchar estas palabras de un niño pequeño.
- Además, estoy feliz por el regalo del otro día, siempre soñé con que el cielo se viera así aunque debo admitir que fue muchísimo más hermoso de lo que imaginaba.
- Pedro yo puedo ayudarte, puedo hacer que veas todo lo hermoso de este mundo si así lo deseas.
- ¿De verdad?
- Claro que sí.
- Acaso peleaste con Vlard.
- Porque preguntas algo así de la nada.
- Puede que sea ciego, pero no soy tonto y esto se siente como un obsequio de despedida más que como uno de bienvenida.
- Yo sé que Vlard te dará un hogar lleno de amor y a mí me gustaría poder darte este detalle de mi parte. Aunque es verdad, después de todo me voy a ir lejos y tal vez ya nunca nos volvamos a ver aun así quiero que sepas que siempre estaré rezando por tu felicidad.
- Cuando te vas Ayla.
- En unos dos meses y si no es que antes.
- ¿Puedo pensarlo un poco más? Yo sé que está es una oportunidad en un millón, pero...
- Lo entiendo y lo respeto, no tienes de que preocuparte.
- Si digo que si a ti no te pasará nada malo.
- Nada malo me pasará a mí te lo prometo.
Luego de pasar todo el día con Pedro me voy con la promesa de volver a visitarlo pronto, de verdad espero que me diga que si, ya que es un niño encantador y muy noble si alguien se merece disfrutar de una buena vida sin dudas es él.
De regreso a casa pasó por el gimnasio y no sé por qué, ya hace tiempo que dejo de ser un lugar especial, ya solo quedan recuerdos de lo que un día fue y nunca más será. Me frenó un instante contemplando el paisaje y los recuerdos cuando lo veo salir apresurado.
Quiero bajarme y correr a su lado cuando veo a esa mujer salir detrás de él y tomarlo por el brazo. Que ingenua fui al pensar que este lugar era igual de especial para los dos. Arrancó el auto y me voy sin mirar atrás.
- Ya te lo dije deja de buscarme Mary.
- No puedo hacerlo, por favor Vlard dame una oportunidad.
- NO...
- Yo tampoco entiendo por qué hago esto, te juro que no sé porque todo el tiempo me veo siguiéndote y molestando. Pero mi cuerpo se mueve por voluntad propia hacia ti como un imán buscando su opuesto.
- Mary si sigues asiendo esto solo te lastimaras más y más y yo no quiero cargar con esto porque no te amo y no lo voy a hacer.
- Me siento tan miserable, tan patética..
Ya estoy cansado de esta mujer y su estúpida insistencia conmigo, vine aquí con la esperanza de encontrar a Ayla, pero aquí estoy nuevamente con Mary. Si ella viera está situación de seguro la malinterpretaría así que supongo que es bueno que Ayla no viniera.
- Ya deja de hacerte daño y déjame en paz o tomaré medidas drásticas Mary.
- Una noche, dame tan solo una noche y si no logró hacer que sientas algo por mí me rendiré.
- Si siento algo por ti.
- ¿De verdad?
- Siento asco y desesperación al verte tan desesperada por alguien como yo. ¿Quieres una noche? Ni dándote toda mi vida lograrás hacer que sienta algo por ti más allá del desespero de que me dejes tranquilo y te mantengas lejos de mí.
- Porque... Porque eres ya cruel.
- Porque ya no lo soporto más, te quiero lejos de mi vida.
- Entonces mátame y así ya nunca me volverás a ver.
- Nunca encontrarás el amor, ya que ni siquiera valoras tu propia vida y estás dispuesta a darla por alguien que no vale la pena. Madura eres una mujer grande no una niña que no entiende nada.
Le doy la espalda y me voy, si esto continúa así no sé que voy a estar dispuesto a hacer para que me deje en paz, siento que me sofoco con tan solo verla y si se acerca me pone de muy mal humor. Es inevitable pensar que no estamos hechos el uno para el otro y que si continuamos así algo malo va a pasar.
Al llegar a casa le aviso al guardia que Mary tiene prohibida la entrada al edificio y que si se presenta llame a la policía...
Me doy una larga ducha pensando solo en Ayla y en cuanto la extraño y necesito a mi lado. Extraño perderme en sus hermosos ojos y ese perfume que encendía cada parte de mi ser, su calor... Como quisiera poder volverla a ver y decirle que fui un imbécil, que me perdone y nos demos una oportunidad.
Saco mi celular y la llamo, pero como antes no entran las llamadas. Puede que cambiará su número o puede que me bloqueara para ya no saber más nada de mí.
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Editado: 22.08.2025