Los meses siguientes pude mantenerme cerca de Ayla y aso también de Vlard. Odiaba ver como él la trataba con tanto amor y cuidado, con tanta dedicación como si ella fuera la gran cosa mientras a mí ni siquiera volteaba a verme.
Pero también gracias a eso pude entender muchas cosas como que mis poderes no funcionaban directamente con Vlard, pero no era el caso de Ayla así que planee un gran plan para quedarme con él sacándola a ella del juego. Si tiempo era lo que necesitaba entonces no me importaba pasar una eternidad para conseguir el corazón del hombre al que amaba.
- Ayla no has mejorado en lo más mínimo.
- Lo siento mucho, señorita Brisa si me esfuerzo, pero no entiendo por qué me cuesta tanto.
- Tal vez porque siempre te escapas para ir con el señor Vlard.
- Él me dice que me ama tal cual soy y que yo lo he ayudado mucho a entender a los seres humanos. La verdad yo pienso que con eso me basta, ya que Vlard ahora es bueno y ayuda a los demás.
- Eres tan tonta.
- Nos vamos a casar pronto, estoy muy feliz porque ahora por fin voy a ser completamente suya y él va a ser solo mío.
Eso va a pasar solo sobre mi cadáver porque te maldigo Ayla, te maldigo de la peor forma posible, cada vez que le entreges tu corazon sufriras de una muerte dolorosa y volverás a la vida una y otra vez solo para volver a morir, nunca vas a poder estar a su lado y ser feliz.
Luego de decir esas palabras comienzo a mover los hilos y no pasa mucho antes de que la gente devota viniera a llamar a la puerta. Era una completa aberración imaginar que una simple plebeya tomara el título de emperatriz. Ya que no solo se hablaba del futuro de una nación completa sino que también de las bendiciones y prosperidad que esta traería a la gente.
Más nunca me imagine lo que ocurriría a continuación.
- Ayla no me importa lo que ellos digan, son unos mal agradecidos qué siempre quieren más. Eso era lo que más odiaba cuando los veía desde los cielos, yo les entregaba lo justo y necesario y cada día los veía pidiendo más y más. Nunca era suficiente.
- Es mi culpa, yo no soy digna de usted y de ser su esposa.
- Ayla tu has logrado que yo los entienda, que yo los comprenda y sobre todo que los aguante. Si ellos no pueden ver lo generosa y grandiosa que eres entonces no merecen mi misericordia.
- Vlard por favor no lo hagas, no los lastimes. Hazlo por mí, mi amor.
- Cásate conmigo.
- ¿Ahora?
- Si, aquí y ahora yo soy un celestial y tengo la autoridad de hacerte mi emperatriz, mi única mujer y reina de los cielos.
- Te amo y siempre voy a estar a tu lado... Mi corazón es únicamente tuyo ahora y para siempre.
- Ayla me aceptas como tu fiel esposo, ese que te ama más que a nada en la tierra.
- Te acepto Vlard rey de los cielos y la tierra como mi amado esposo al que voy a amar en esta y en todas las vidas que se me permita vivir.
- Ahora no solo eres mi mujer sino que también mi emperatriz y la dueña de mi corazón.
Esa noche en la fuerte al centro del castillo mientras vemos salir una gran luna qué lo alumbra todo Vlard y yo nos juramos amor eterno, esa luna sería la única testigo de algo que trascendencia los límites de la vida y la muerte mientras nos besábamos.
- Señor nos están invadiendo.
- Quieren se atreven a invadir mis dominios.
- Es un gran ejército, ya cruzaron los portones.
- Ayla busca un refugio.
- ¿Vas a estar bien?
- Por supuesto que sí porque tengo que volver con mi esposa.
Salgo a ver que es lo que está pasando mientras veo como Ayla es acompañada por la sacerdotisa. Jamás pensé que esa sería la última vez que la vería sonreír.
- Señorita Brisa no tenemos que buscar refugio.
- Todo esto fue tu culpa Ayla, has logrado con tu egoísmo que el pueblo se levante en contra de Vlard. ¿Estás feliz?
- Yo...
- Sabes que el puesto que hoy ocupas era originalmente mío. Yo fui elegida por los cielos para ser la esposa del emperador dragón, la madre de sus hijos y su única mujer hasta que llegaste y lo arruinaste todo. Una mugrosa campesina con su asqueroso olor a cerdo jamás podría ocupar una corona.
- ¿Señorita Brisa?
- Ahora vas a ver con tus propios ojos como Vlard muere por tu egoísmo y ambición.
La sujeto para dirigir su vista hasta donde los soldados están sometiendo a Vlard mientras el idiota trata de no volverse loco solo para cumplir su promesa con esta sucia mujer.
- No por favor no lo lastimen.
- Tranquila que ahora también vas a morir.
Entierro la espada en su espalda viendo como sale por su frente mientras la dejo caer al suelo..
- ¡AYLAAA!
Lo único que recuerdo después de verla caer es oscuridad, al volver en sí pude escuchar a algunos sobrevivientes decir que me converti en una bestia y que con mis gritos desperté a muchos monstruos que no dudaron en acabar con casi todos. Corro a intentar ayudarla y puedo ver como la vida se le escapa de a poco.
- Ayla mi amor aguanta un poco más yo te salvaré.
- Recuerda que te amo y que te estaré esperando.
- Ayla por favor no puedes dejarme. Yo no sé que hacer sin ti. Ayla... AYLA sin ti mi vida no tiene sentido y como te lo jure mi corazón es únicamente tuyo ahora y siempre.
Tomo una daga y la entierro en lo más profundo de mi pecho arrancándome el corazón y colocándolo sobre el de ella.
- Te prometo que vamos a tener una segunda oportunidad así que cuida bien de esto porque volveré por él. Nos volveremos a encontrar Ayla y nos volveremos a amar con más intensidad la próxima vez mi único y verdadero amor.
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Editado: 22.08.2025