Amor eterno

~Capítulo15~

Cuando Anna volvió a su lugar, con Chloe y Lucy, las dos la atacaron a preguntas. Las tres hablaban en voz baja.

-Cuéntanos ya que fue lo que pasó. -La obligó su hermana.

-Nada, solo fuimos a dar un paseo por el jardín. Solo eso.

-Ay, que tierno. -Sonrió Chloe.

-¿De qué estaban hablando?

-De la fiesta, nada importante.

-¿No te dijo nada si siente algo por ti?

-Ay Lucy, no seas ingenua, solo somos amigos. No creo que sienta más que una simple amistad hacia mí.

-Discúlpame Anna, pero está más que claro que el señor Henderson siente algo más por ti que una simple amistad. -Le advirtió su hermana.

Anna lo aceptó internamente, pero no lo dijo.

-Exacto, Lucy tiene razón, el marqués siente un cariño distinto, del que el que se puede tener hacia una amiga o una hermana.

-Por favor, acaben ya con el tema. Esta bien, me siento atraída por el marqués, pero no va a pasar nada entre él y yo, ni ahora ni nunca.

-Yo no estaría tan segura, a una simple amiga no la invitas a caminar a la luz de la luna.

-¿Y que sugieren según ustedes? - preguntó intrigada Anna.
-Que vayas y hables con lord Henderson y le digas lo que sientes, antes de que sea tarde.

-¿Qué? No, no, definitivamente no. Te volviste loca Lucy. De última, el que tiene que venir a hablar de sus sentimientos es él, no yo.

-Ay, pero si seras testaruda hee. Esta bien, me rindo. -Dijo Lucy con un suspiro de derrota.

Justo terminaron de chismear, cuando Constance se sentó al lado de sus hijas.

-¿De qué hablaban, si se puede saber? -preguntó Constance esperando a que una de sus hijas respondiera.

-De nada madre, de los invitados y de la linda noche que hace.

-Ha, yo pensé que de Lord Henderson, los vi bailando juntos. Hacen muy linda pareja. -Sugirió Constance con un brillo de esperanza en los ojos.

-No madre, entre el marqués y yo no hay nada. Solo se acercó y me invitó a bailar.

-Ay, que pena, sería una lástima que lo dejaras pasar de largo. -Se lamentó su madre.

-Ya mamá, no sueñes con los ojos abiertos.

-Yo solo digo que es un buen partido para ti hija.

Robín llegó a su casa después de la fiesta. Subió uno a uno los peldaños.

Entró en su cuarto, cerró la puerta y apoyó la espalda en ella. 
¿Qué le estaba sucediendo? Se le estaban debilitando las defensas. Anna se las había debilitado. ¿En qué momento dejó que pasara? ¿Desde cuándo su mundo y su cabeza giraban en torno a una mujer? Había estado con otras mujeres, pero las había olvidado fácilmente, pero con Anna era diferente. Ella era inocente, había llegado a conocerla. Estaba consciente de que se sentía atraído por ella. Y eso era lo que mas lo intrigaba. Alejarse de ella ya no era una opción.

Aquella noche al verla sentada, allí con las demás damas, sintió que el corazón le daba un vuelco. No entendía porque ella lo hacía sentir así. Se estaba volviendo loco. Esperaría a que Anna confesara lo que sentía por él, si es que sentía algo. Luego de llegar a esta conclusión, se apartó de la puerta, se metió en la cama luego de desvestirse y se dispuso a descansar.

Lucy se encontraba tendida con el camisón puesto en la habitación de Anna, con la vista clabada en el techo, hablando sobre la fiesta.

-¿Qué vas a hacer con el señor Henderson? -preguntó Lucy cambiando de tema.

-Aún no sé, no quiero arriesgar a jugar una carta y que vuelva a desaparecer en las sombras.

-¿Pero te sientes realmente atraída por él?

-Si, ya se los había dicho.

-Ay, hermanita, espero qué tengas suerte.

-¿Y tú? ¿qué me cuentas?

-Hoy vendrá Frederic a hablar con papá, vamos a anunciar nuestro compromiso. -Contó Lucy emocionada.

-¡Felicitaciones Lu!, me pone muy contenta escuchar esa noticia.
-Gracias Anni!! -Respondió su hermana emocionada- Espero tu también puedas lograr tus sueños.

-Gracias. -Respondió Anna con una sonrisa.

-Bueno, me voy a descansar estoy agotada de tanto bailar con Fredy. Hasta mañana, Anni.

-Hasta mañana, Lu.

Anna se sacó la última horquilla y se metió bajo las sabanas.

Mientras intentaba dormir, recordó el paseo por el jardín con Robín, sabía que estaba poniendo demasiado en juego, su reputación, la de su hermana y la de sus padres, pero sobre todo ponía en juego su corazón. No podía alejarse de él. Se sentía demasiado atraída hacia él como para alejarse.

A la mañana siguiente Anna se levantó temprano, luego de vestirse, bajó a desayunar junto a su familia. Mientras tomaba un café con bollos, sonó el timbre de la entrada.

Desde el comedor se escuchaban los pasos de Charles y el sonido de una voz masculina conocida.

Philip hizo su entrada con una reverencia.

-Disculpe señor. Acaba de llegar el señor Frederick Pearson.

A Lucy se le iluminó el rostro por la alegría.

-Excelente, hágalo pasar a mi despacho, me reuniré con él en unos momentos. -Arthur apuró su café y con una reverencia se alejó por la puerta.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.