Amor eterno

~Capítulo16~

Las tres mujeres se dirigieron al saloncito. La madre se movía con rapidez de un lado hacia otro en la habitación parloteando sin parar. Lucy miraba atenta la puerta esperando el momento en que entrara su prometido y Anna, estaba leyendo un libro.

Al cabo de media hora, alguien llamó a la puerta, Lucy salió disparada hacia ella y la abrió. Al ver la sonrisa en el rostro de Frederick se aferró a él en un fuerte abrazo.

-Felicitaciones a ambos. Me pone muy feliz por ustedes. -Dijo Anna con una sincera sonrisa en los labios.

-Gracias Anni. -Dijo Lucy con lágrimas de felicidad en sus ojos.

-Señora Brighton, ¿me permite ir con su hija a dar un paseo por Richmond? Después vamos para el picnic.

-Por supuesto muchacho, ya eres el prometido de mi hija. -Dijo emocionada.

-Gracias madre. -Contestó Lucy emocionada.

Y ambos salieron del saloncito.

Anna se quedó pensativa con la vista clavada por donde acababa de salir la pareja.

-¿En qué piensas Anna? -le preguntó Constance después de observarla detenidamente.

-En... En nada madre. Estaba ansiosa Lucy por qué llegara este momento. -le contestó ocultando lo que sentía.

-Pues a ti también te va a llegar el momento jovencita. -Le advirtió su madre señalándola con un dedo.

-Si tú lo dices madre... -Se burló Anna.

-Como que me llamo Constance. -Le afirmo su madre.

-Apuesto que sí. -Dijo contenta. Mientras dejaba el libro en la mesita auxiliar, se levantó y fue a abrazar a su madre.

-Me iré a preparar para el picnic en Regent's Park.

-Te veo dentro de un rato, iré a hablar con la señora Mini así prepara una cesta.

Anna subió a su habitación, se cambió de vestido por uno celeste, que hacia que le resaltara el cabello rubio. Tomó su paraguas y bajó entusiasmada.

Estaba llegando al último escalón cuando llegó a su encuentro Constance seguida de Philip con la canasta en una mano.

-¿Estas lista Anna? -preguntó Constance.

-Si madre, vamos.

Una vez instaladas en el carruaje, el cochero se puso en marcha.

Al llegar a Regent's Park, se encontraron con Chloe, Jonatan y sus madres.

-¿Y Lucy?, ¿no ha venido con ustedes? -preguntó la madre de Chloe.

-No, Beatríz, es que hoy fue Frederick a casa para hablar con mi esposo. Le pidió la mano de mi hija.

-Oh, ¡Pero que alegría Prudence! Mis felicitaciones a ella y a ti. -La felicitó la madre de Chloe contenta.

-Gracias Beatriz. Estamos todos muy contentos.

Mientras las tres damas conversaban animadamente, Anna, Chloe y Jonatan preparaban el almuerzo. Luego de tender una manta en el suelo, Anna sacó de la cesta presas de pollo, pan, rebanadas de queso y una botella de sidra. Mientras Chloe y Jonatan hacían mismo.

Cuando terminaron de preparar el almuerzo los seis se sentaron sobre la manta para comenzar a almorzar, cuando llegaron Lucy y Frederick. Saludaron y se sentaron y comenzaron a comer.

-Felicitaciones Lucy y Frederick. -Los felicitó Beatriz.

-Gracias Lady Bincent. -Contestó Lucy- Estamos muy felices.
-¿Ya pusieron fecha para la boda?

-Aún lo estamos decidiendo.

Anna se encontraba comiendo con la vista perdida en las demás personas que se encontraban en el parque almorzando.

-Anna. -La llamó Cloe, tendiéndole una copa de sidra.

-Gracias Chloe. -La aceptó Anna saliendo de su ensoñación.

-¿Estas bien? -le preguntó su amiga llamando la atención de Jona.

- Si, sí. No pasa nada, solo pensaba.

-¿En qué o quién? -preguntó Jona esta vez.

-En... -Anna dejó la frase sin terminar.

-En el señor Henderson, ¿Es así? -terminó Chloe por ella, sintiendo algo de lástima.

-Ann, ¿Que pasó ayer mientras ustedes caminaban por el jardín? -Chloe se preocupó.

-¿Tú caminaste por los jardines sola con él sin una carabina? ¿Te has vuelto loca? Mira si te veía alguien. -La reprendió su amigo.

-Pero no nos vio nadie, además no hemos hecho nada indecoroso. -Anna respondió ocultando el momento íntimo que había tenido con Robín la noche anterior.

-Solo dimos un paseo.

-Ayer estuve hablando con tu hermana, y llegamos a la conclusión de que no quieres aceptar el hecho de que el marqués de winchester está interesado realmente en ti y yo opino lo mismo. Es una verdadera lástima que no abras los ojos. Quizás no es consciente de lo que siente y por eso no te ha dicho nada. -Contó Chloe.

-¿Por qué lo dices? -preguntó Jona.

-Con Lucy llegamos a la conclusión de que como él ya estuvo comprometido anteriormente y le rompieron el corazón, quizás es consciente de que le atrae, pero no de que le ame. Además, él la estuvo observando más de la mitad de la noche.

Anna se quedó boquiabierta, no se había percatado de que alguien más lo pudiera haber notado.

-Cada vez que pasaba un caballero cerca de ella se ponía más serio de lo que se encontraba. Yo opino que están enamorados uno del otro, pero no lo admiten y Lucy dijo que para nuestra sociedad una unión como la de ellos sería unión más que aceptable, y Anna lo sabes, tu hermana me contó que se lo preguntaste a Lady Marshall. No veo cual sería el inconveniente.

-El inconveniente es que si yo le digo lo que siento por él y él me rechaza seria el hazmerreír de toda la alta sociedad.

-No digas tonterías, Ann. Ve y dile lo que sientes. -Dijo su amiga.

-Es preferible a que lo hagas a que te descubran y sea peor. -La aconsejó Jona.

Anna se quedó pensando en las opciones que tenía, o le decía lo que sentía o esperaba que él se le declarara. Ya no había vuelta atrás.

Robín estaba en su casa en Upper Grosvenor street almorzando. Entró el mayordomo informando que su carruaje estaba listo. Al terminar salió a la calle, subió al carruaje y se dirigió al estudio de Maurice Lyton.

-Buenas tardes, señor Henderson. -Lo atendió la secretaria.

-Buenas tardes, señorita.

-Pase, el señor Lyton lo está esperando en su despacho.




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