Amor eterno

~Capítulo18~

Anna al salir de la galería, fue en busca de Jona y Chloe, si acaso había llegado. Los encontró en la mesa de los refrigerios.

-Hola, Ann. -Saludó Chloe con una sonrisa, pero al ver su semblante cambió de cara- ¿Qué sucede Amiga?

-Me ha ofrecido matrimonio, pero no me dijo que me ama.

-¿Qué? ¿Robín te propuso matrimonio? -preguntó Chloe sin poder creerlo.

-¿Qué le contestaste? -preguntó exasperado Jonatan.

-Que no, que los argumentos que esgrimía no eran suficientes.

-Ann, ¿Qué has hecho? -se lamentó su amigo.

-Quiero algo más, con el pretexto de mi reputación no alcanza. -Se defendió Anna.

-¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? -le dijo Jona, intentando que se dé cuenta del error que cometió- es un buen partido Ann.

-Lo sé, por eso quiero todo de él, no solo lo monetario y las normas sociales.

-Ann, ¿y que piensas hacer para lograr que te diga lo que quieres oír? -preguntó Chloe.

-Aún no lo sé -dijo Anna-, pero algo se me ocurrirá.

Robín llegó a su casa hecho una bola de enfado, aquella hechicera de ojos azules llamada Annabet, se había negado en rotundo a su proposición de matrimonio. Cualquier otra mujer se habría arrojado a sus brazos, pero ella no. No entendía como una joven como ella fuera tan testaruda. Sonrió con amargura, aquella faceta que descubrió le agradaba bastante. Sabía que Anna era distinta a todas las demás, y eso era lo que lo atraía tanto de ella. Subió por las escaleras y se dirigió a su cuarto.

-Dime que pasó en la fiesta Anni. -Le dijo su hermana una vez que estuvieron en su casa.

-Como todos las noches, me encontré con Robín, solo que esta vez me propuso casarme con él. -Le contó.

-Le dijiste que si, supongo. -Dijo Lucy entusiasmada.

-Le dije que no. -Anna agachó la cabeza.

-¿Por qué Anni?, estabas esperando que se te declarara.

-Si, lo sé, pero también espero que me diga que me ama.

-¿Qué razones te dio cuando te propuso matrimonio?

-Dijo que por que no quería arruinar mi reputación ni la tuya, y por que nos habíamos visto sin una acompañante de por medio.

-Ann, no sé que decirte, solo que tengas cuidado.

-No voy a aceptar hasta que él no me diga "Te amo".

-Espero que sepas lo que haces Anni, me dolería verte con el corazón roto.

-Vas a ver que todo se va a solucionar. -Le sonrió a Lucy.

A la mañana siguiente, Anna se encontraba tomando su desayuno junto a su familia, estaban comentando los últimos chismes de la noche anterior, cuando sonó el timbre.

En el vestíbulo se escucharon los pasos de Philip y al abrirse la puerta, la voz de un hombre. Unos segundos después se escuchó la puerta al cerrarse y las pisadas del mayordomo acercándose por el pasillo.

-Señorita Anna, le han traído esto para usted. -Le comunicó el mayordomo mientras le entregaba el paquete.

Anna lo recibió y se dispuso a desenvolverlo.

-¿No trae tarjeta? -preguntó su madre alegremente.

-No señora, y el joven que lo trajo no me dijo quien lo enviaba.

Anna término de desenvolver el regalo envuelto en papel de seda y vio que contenía una pequeña caja de terciopelo azul, al abrirla, extrajo una pulsera de perlas.

-Anna es bellísimo, ¿Quién se tomaría el tiempo de comprar una pieza tan costosa?

Anna le dirigió una mirada a su hermana, ambas sabían quién había mandado el presente.

-Póntela esta noche, así sabrás quién te la envió.

Anna guardó la pulsera dentro de su estuche y se dirigió a su habitación. Lucy la siguió detrás.

-Anni -la llamó una vez que entró en el cuarto tras ella- ¿Será de quien creemos que es?

-No se me ocurre quien más pueda haber sido. -Contestó Anna- Además es un regalo muy caro.

-Es muy lindo y un detalle muy tierno. -Sonrió Lucy- ¿Todavía tienes dudas de si te ama?

-No, no las tengo, solo digo que quiero que me lo diga.

-Anni, hermanita, me pone feliz saber que has encontrado a alguien que sea digno de ti. No me imaginó a nadie más perfecto para ti que él.

-Ojalá no fuera tan complicado. -Suspiró Anna.

-¿Complicado?, ojalá tu no fueras complicada. -Contestó Lucy riendo.

-Ay, ya, pero yo tengo motivos. -Dijo riendo Anna a la par.

-¿Me acompañas a comprarme mi ajuar de novia? -le preguntó su hermana. -en un rato iremos con mamá.

-si, me cambio rápido y te encuentro en el vestíbulo.

-Bueno, te veo en un rato. -Y sin más Lucy salió de la habitación.

Luego de cambiarse y retocarse el peinado, Anna bajó al encuentro de Constance y Lucy.

-Voy a aprovechar y a comprar unas cosas que necesito.

Las tres bajaron la escalinata hasta el carruaje y se dirigieron a la calle comercial de Londres.

Mientras Lucy y su madre elegían el ajuar, Anna fue hasta la tienda a comprar un jabón con aroma a rosas, talco y horquillas.
Cuando salió de la tienda, fue al encuentro de su madre y su hermana que ya habían comprado prácticamente todo lo que necesitaban.

Al salir a la calle, se dirigieron al restaurante Flower's para almorzar.

Un mozo se acercó a tomarles el pedido y veinte minutos después estaban almorzando.

-¿Ya pusieron fecha Frederick y tú de la ceremonia? -preguntó su madre.

-Si mamá, nos casaremos a finales de este mes. Queremos una ceremonia sencilla, con los más allegados.

-Ay, me emocionan mucho las bodas. -Dijo su madre secándose una lagrima con la servilleta.

-Ya ma, nos vas a hacer llorar. -Le advirtió Lucy.

Aquella mañana Robín se había levantado temprano para ir a cabalgar, cuando volvió, se bañó y bajo a desayunar. Luego, pidió que le tuvieran listo el carruaje.

Cuando llegó a destino, entró a la joyería y le compró una pulsera de perlas.

Si iba a cortejarla, lo haría como dictada la norma.

Luego de llegar a su casa, mandó el paquete con un mensajero.
Esperaba que Anna entendiera que debían casarse para evitar posibles habladurías y lo aceptara de una vez.




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